La Nación - GDA
En un verano en el que algunos eligen las playas brasileñas para descansar, las autoridades del Estado de San Pablo confirmaron un brote de gastroenterocolitisen Guarujá, ciudad costera de Brasil cerca de San Pablo, conocida por sus numerosas playas. Aunque informaron que “aún se necesita recabar más información para definir la extensión de la eclosión”.

Se estima que, solo en las zonas turísticas del municipio, se registraron 2.000 casos de la afección en diciembre; hecho que demandó un aumento de médicos y enfermeros del sistema municipal de atención. Ya la semana pasada las autoridades ampliaron el horario de atención en al menos dos Unidades de Pronta Atención (UPA) debido a las largas esperas, que superaban las cuatro horas para atender síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, mareos y debilidad general.

Con motivo de alertar y prevenir aún más casos, se aconsejó prestar especial atención a las condiciones de higiene de los establecimientos a los que se asiste así como también con los alimentos que se consumen y las piletas y playas que se visiten.

“Es una inflamación del estómago, intestino y el colon que puede deberse a causas de tipo infecciosas o no infecciosas”, explica Francisco Dadic, médico toxicólogo. En el caso de las infecciosas, señala, se asocian habitualmente a distintos patógenos como bacterias, virus y parásitos. Uno de los casos más frecuentes que destaca es el de la Escherichia coli (E. coli), una bacteria que se encuentra en la materia fecal y en lugares donde hay agua estancada y que puede provocar cuadros inflamatorios.

Romina Fischman, médica gastroenteróloga y experta en salud digestiva integral, afirma que sí es una afección de tipo contagioso que se puede transmitir de persona a persona o por elementos contaminados. “En el caso de Brasil, si se confirma que el origen es el agua contaminada, se debe procurar hacer todo con agua segura como por ejemplo, cepillarse los dientes o bañarse con agua mineral”, agrega.

Foto: Freepik.

Ambos profesionales consultados enumeran los siguientes indicios más recurrentes:

• Náuseas
  
• Vómitos
  
• Dolor de estómago
  
• Distensión de la panza
  
• Diarrea líquida, con sangre o pus
  
• Fiebre

Foto: Freepik.

Sí, tomando ciertas medidas: utilizar o beber agua que esté correctamente potabilizada, priorizar el lavado de manos y la esterilización e higiene al momento de cocinar. “En la tabla o plato donde se corta carne cruda no se deben de cortar verduras ni tampoco usar el mismo cuchillo”, añade. Además señala como fundamental la correcta cocción y temperatura de los alimentos.

En primera instancia e independientemente de la gravedad del cuadro, con abundante hidratación. Una vez que se acude a la consulta, el médico puede indicar tratamiento sintomático, es decir, específico para revertir síntomas y, de acuerdo con Dadic, en base al estado del paciente, se indican antibióticos y reposo digestivo.

Puede ser severa en casos de extrema deshidratación, señala Fischman. “Es una causa de mortalidad elevada en pacientes pediátricos y adultos mayores; por eso, al dar el diagnóstico indicamos hidratarse constantemente”, dice.

 Dadic advierte: “Atención con los menores de 5 años que tengan episodios de gastroenterocolitis y presenten fiebre, deshidratación o decaimiento de manera persistente. Se los debe llevar obligatoriamente a consulta médica porque existe la posibilidad de que tengan síndrome urémico hemolítico (SUH una enfermedad grave que afecta principalmente a los riñones y puede ser fatal)”.

“La duración depende del origen. No es lo mismo una gastroenterocolitis causada por un virus, que por una bacteria o un parásito”, advierte Fischman. En el caso del tipo parasitario, explica, puede llevar semanas eliminarlo por completo del cuerpo; por otro lado, los cuadros bacterianos o virales “suelen resolverse en un periodo de 10 días aproximadamente”, informa. 

Cabe acotar que en casos de pacientes inmunodeprimidos, niños o ancianos, la duración del cuadro puede prolongarse aún más.

“La gastroenteritis habitualmente compromete al estómago y al intestino y no tiende a provocar diarrea sino dolor de panza, distensión o hinchazón, náuseas y vómitos”, desarrolla Dadic. En contraposición, la gastroenterocolitis tiene como síntoma obligatorio a la diarrea dado que compromete el colon de forma más profusa e intensa.