Descontracturantes, relajantes, con piedras calientes… Estos son algunos de los masajes más populares en Occidente. Sin embargo, el mundo de las terapias corporales es mucho más amplio. Existen técnicas milenarias y otras más actuales que difieren en origen y método, pero comparten un mismo objetivo: promover el bienestar integral.
La palabra masaje viene del francés massage, probablemente del portugués amassar, que se traduce al español como amasar. En la cocina, amasar implica modelar, reformar, transformar. Y en el masaje, pasa lo mismo con la mente y el cuerpo.
Masaje tailandés.
“Es tan diferente de lo que pensamos como masaje que a menudo se describe como que alguien te hace yoga”, dijo Paola Shakti sobre el masaje tailandés, un método que combina acupresión y estiramiento similar al del yoga. Ella y Luca Bahaudin son cofundadores de la escuela de masajes y terapias Anahata.
En Tailandia, este masaje se considera un trabajo energético. Así lo explicaron los especialistas: el terapeuta se guía por una red de 72 mil líneas o vías llamadas sen, donde se ubican los puntos de acupresión, y se busca estimular o relajar la energía de la persona para promover el proceso de curación natural.
Se utiliza para aumentar el rango de movimiento y la flexibilidad, así como para mejorar el tono muscular. Además, ayuda a prevenir la degeneración ósea, potenciar la circulación linfática y sanguínea y reducir el estrés. Tomar sesiones de forma regular puede prevenir lesiones, promover la salud del sistema nervioso y favorecer el buen funcionamiento de los órganos internos. También aporta serenidad y armonía e incrementa la capacidad sensorial, entre otros beneficios.
La sesión se realiza sobre un colchón en el suelo y puede durar entre una y tres horas, según lo que desee la persona, señalaron desde Anahata.
Está totalmente desaconsejado durante los primeros tres meses de embarazo. Ante patologías o condiciones específicas, el practicante adaptará la técnica para evitar movimientos contraindicados.
Masaje abhyanga.
Este masaje es una de las terapias corporales que conforman el Ayurveda –medicina tradicional de la India–, un tipo de medicina originado hace al menos cinco mil años en la cultura védica. Virginia Calabria, educadora de salud Ayurveda y fundadora de Casa Sai Ram, expuso que el masaje es suave y relajante, y su técnica varía según el biotipo o dosha en desequilibrio.
Pero, ¿qué es un dosha? Para el Ayurveda, todo en el Universo está compuesto por cinco elementos (éter, aire, fuego, aire y tierra) y éstos se combinan en el organismo de las personas en forma de tres biotipos (doshas) conocidos como vata, pitta y kapha.
Tras un diagnóstico que determina cuál es el biotipo predominante en la persona –el o los doshas que tenemos en mayor proporción son los que más tienden al desequilibrio–, y una evaluación del tipo de piel y el objetivo del masaje, se define cómo desarrollar el abhyanga. Calabria indicó que se utilizan diferentes aceites para cada dosha: de sésamo para vata, de coco y girasol para pitta, y de mostaza para kapha.
Con respecto a los beneficios, la experta señaló que genera relajación, promueve pensamientos positivos, ayuda a liberar emociones bloqueadas y reduce el estrés. En cuanto a lo físico, mejora la circulación sanguínea, da movilidad y elasticidad a músculos y articulaciones, mejora la digestión, ayuda a eliminar toxinas y mejora la respuesta inmunológica. A su vez, dijo que “el masaje abre canales, normaliza el flujo energético y la fuerza vital y permite que el cuerpo utilice sus propios recursos para revertir las enfermedades y promover la salud”.
Es clave considerar las contraindicaciones: estados febriles o procesos inflamatorios o infecciosos, fatiga crónica, náuseas o vómitos, flebitis aguda y várices, lesiones en la piel, hipertensión arterial, presencia de tumores y patologías del sistema nervioso donde hay alteraciones de la sensibilidad y el umbral del dolor. Tampoco se aconseja luego de una ingesta abundante, durante los primeros tres meses de embarazo ni en el período de menstruación.
Masaje TNDR.
Significa Técnica Natural Desbloqueante Regeneradora y fue creado por el doctor español Cayo Martín Valencia, médico cirujano por la Universidad de Medicina de Bilbao-Vizcaya. Abarca procedimientos y recursos naturales que disuelven bloqueos dolorosos y ayudan a recuperar la salud física y psicoemocional.
El doctor Valencia estudió medicinas complementarias como la Medicina Tradicional China y la Homeopatía, y entiende que el dolor físico está estrechamente vinculado a las dimensiones psíquicas y emocionales del ser humano. En este sentido, el masaje TNDR estimula el cuerpo y la mente, promoviendo la salud integral.
Tiago Abascal, fundador de Holistic Uruguay, señaló que este masaje sirve para aliviar contracturas, nudos, esguinces, tendinitis, lumbalgias, dolores cervicales, lesiones de meniscos y artrosis de rodilla, entre otros. “Se consigue que el dolor evolucione hacia la regeneración del tejido y la mejoría de las molestias”, expresó.
La sesión de TNDR comienza con una fase de exploración donde se detectan los tejidos alterados que generan dolor. Una vez identificados, se realiza el masaje en la zona específica de dolor. En total, el proceso lleva 45 minutos.
Si bien la cantidad de sesiones depende de la patología a tratar, desde Holistic Uruguay mencionaron que, por lo general, recomiendan hacer tratamientos de cuatro sesiones con dos o tres días de descanso entre cada una de ellas. A su vez, aconsejaron evitar el masaje cuando hay hongos o infecciones en la piel y lesiones recientes graves.