Una conexión que resulta vital: así se relaciona la salud mental con un corazón saludable

Entender la relación entre el cuerpo y la mente permite tener una mayor consciencia sobre nuestra salud y bienestar integral.

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Corazón.
Foto: Pixabay

Milenka Duarte/El Comericio GDA
A lo largo de la historia, la preocupación por la saludfísica ha sido más predominante que la salud mental, debido a una serie de factores sociales, culturales e incluso científicos; sin embargo, actualmente, con los avances en investigación, la compresión y el tratamiento de los trastornos mentales, existe un mayor reconocimiento de la necesidad de abordar ambas de manera integral para lograr un bienestar óptimo. Desde luego, es casi imposible concebir una sin la otra, pues como define la Organización Mundial de la Salud (OMS), una buena salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades como tal.

En definitiva, una mente saludable hace que el organismo funcione mejor y a su vez, un cuerpo sano genera un mayor bienestar emocional evitando el desarrollo de afecciones. Por esta razón, no debería sorprendernos lo propuesto en diversos estudios, en los cuales se afirma que, las personas afectadas por algún problema de salud mental tienen más probabilidades de sufrir de patologías, como diabetes, cardiopatías o incluso cáncer.

Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard y publicado en la revista médica británica The Lancet, vincularon el efecto del estrés constante en una zona del cerebro con un mayor riesgo de padecer ataques cardíacos. Específicamente, tras una evaluación en más de 300 personas, los expertos observaron que los individuos que presentaban más actividad en la amígdala- área cerebral encargada de procesar la emociones- podían desarrollar alguna enfermedad cardiovascular.

Por su parte, la American Heart Association (AHA) realizó un artículo basado en la revisión de más de 299 investigaciones sobre la relación entre la salud mental y la cardíaca, en donde determinaron que, una serie de aspectos psicológicos pueden tener un impacto negativo en la salud física, aumentando así el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, lo que refleja la fuerte interconexión entre la mente, el corazón y el cuerpo.

¿Cuáles son los aspectos psicológicos que puede afectar la salud cardiovascular?

Como bien se ha mencionado, el estrés crónico puede tener un impacto negativo en la salud del corazón, pues cuando uno experimenta un estrés prolongado, el organismo empieza a segregar hormonas, como el cortisol y la adrenalina, lo cual puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Asimismo, la evidencia científica apunta a que, al existir una correlación entre el distrés y el aumento de colesterol, la hipertensión, el tabaquismo y el sedentarismo, también puede repercutir de forma directa en la salud cardiovascular.

Otro punto clave para entender esta interconexión entre la mente y el corazón, es que las personas con depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad cardíaca, pues una serie de comportamientos poco saludables, como la falta de ejercicio, los malos hábitos alimentarios o el consumo excesivo de alcohol o tabaco pueden afectar la salud, al igual que, al verse alterado el equilibrio químico del cuerpo, esto repercute también en la función del sistema inmunológico y aumenta la inflamación, lo que podría causar un daño en los vasos sanguíneos y en el corazón.

Por otro lado, la ansiedad puede producir una serie de cambios físicos, como una subida de la presión arterial y un ritmo cardíaco acelerado, lo que podría generar a largo plazo una sobrecarga del corazón y aumentar el riesgo de problemas cardíacos, como arritmias. Además, las personas con una enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca, pueden experimentar un aumento de los síntomas cardíacos durante episodios de ansiedad.

De acuerdo con un estudio longitudinal desarrollado por el Hospital Central de Paijat-Hame en Lahti, en Finlandia, en el cual participaron más de 3.000 hombre y mujeres, se llegó a la conclusión que, las personas con una actitud negativa o pesimista tenían hasta el doble de posibilidad de morir debido a un problema del corazón a diferencia del resto de individuos con una mentalidad más orientada al optimismo.

¿Cómo podemos mejorar la relación corazón y mente?

En primer lugar, es fundamental establecer un estilo de vida saludable, es decir, llevar una dieta balanceada, que permita regular correctamente el estado de ánimo, así como, una buena la circulación sanguínea, la cual es esencial para llevar nutrientes y oxígeno al cerebro y al corazón, mejorando su funcionamiento y promoviendo la salud mental y cardiovascular. De igual forma, se debe priorizar el ejercicio físico regular, ya que ayuda a aliviar la tensión, el estrés, la ansiedad y la depresión.

Igualmente, para aplacar los altos niveles de estrés, es importante incorporar a la rutina diaria, una serie de técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, el yoga o practicar actividades relajantes que proporcionen bienestar. También es crucial establecer vínculos y relaciones interpersonales saludables, pues como bien se ha envidenciado, el aislamiento social y la soledad pueden tener un impacto negativo en la salud integral de una persona.

En efecto, la calidad de sueño es un aspecto sustancial para la salud mental y cardiovascular, por esta razón, se debe contar con una rutina de sueño regular y crear un ambiente propicio para el descanso, evitando las pantallas electrónicas antes de dormir. Por último, es fundamental llevar a cabo revisiones médicas periódicas para monitorear la salud física y mental, por un lado, realizar pruebas de salud cardiovascular, como análisis de lípidos, presión arterial o evaluaciones de riesgo cardíaco y por el otro, buscar orientación si es necesario para poder gozar de un mayor bienestar emocional.

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