La primavera y las pelusas vienen de la mano: en esta época del año los plátanos, un árbol que está presente en varias zonas de la capital y del país, dan que hablar, ya que las pequeñas partecitas que se desprenden y vuelan con el aire causan reacciones alérgicas.
Picazón y ardor en los ojos, malestar en la garganta, son algunos de los efectos comunes de ver y vivenciar. En esta nota, respondemos algunas de las preguntas más recurrentes sobre el tema: desde qué son estas pequeñas partículas tan molestas hasta qué hacer para proteger nuestros ojos.
Las pelusas de los plátanos.
Estas pelusas se desprenden de los plátanos, una de las especies que habitan las calles de Montevideo y también de algunas localidades del interior de Uruguay.
En sí mismas, no son causantes de las alergias, pero sí tienen propiedades irritantes de las vías respiratorias, los ojos y, en algunos casos, también la piel. Causan molestias que pueden afectar a todos en mayor o menor grado, pero son especialmente intensas en personas alérgicas.
La pelusa de los plátanos puede causar una molestia momentánea en los ojos o la nariz, pero la situación no queda allí, ya que también puede traer irritaciones de mayor importancia si la persona afectada se frota los ojos o se rasca bruscamente los párpados. Por ese motivo, sin poner a este árbol en el lugar del malo de la película, resulta necesario tomar medidas efectivas de protección, especialmente en el caso de las personas hiperreactivas y alérgicas.
“Los plátanos que vuelan en el ambiente pueden impactar en nuestros ojos y producir una úlcera de córnea si intentamos retirarlos. Por lo tanto, si sucede esto, hay que intentar realizar un lavado suave de nuestros ojos y si la molestia no cede consultar un especialista”, explicó la oftalmóloga Paola Pacheco.
Las alergias estacionales.
Las alergias oculares, así como también aquellas que generan compromiso del aparato respiratorio, se incrementan en primavera porque aumenta el recuento de alérgenos en el ambiente, como por ejemplo el polen, que es mucho más alto que lo habitual, detalló Pacheco.
Si bien en esta época del año se habla mucho de las pelusas de los plátanos, no son las únicas que pueden causar reacciones alérgicas. Las especies cuyos pólenes viajan en el aire primaveral son muchas, como por ejemplo las de los cipreses, pinos, acacias, fresnos, sauces.
Los síntomas de alergia a estos pólenes son casi siempre respiratorios y oculares: aparece la rinitis alérgica con secreción nasal acuosa o mucosa, picazón nasal, estornudos, congestión nasal con sensación de bloqueo al pasaje del aire.
A nivel de los ojos puede haber lagrimeos, intolerancia a la luz, y picazón, agregó Pacheco.
La garganta no se escapa del malestar y suele sentirse afectada: picazón, ronquera, cambios en la voz, son algunas de las reacciones que podemos notar.
Consejos para protegerse.
Dejar de salir a la calle no es una opción, pero los expertos en salud brindan algunas recomendaciones para cuidarnos de los efectos que pueden provocar estas molestas pelusas.
En esta época, especialmente las personas alérgicas, deben evitar las caminatas en el campo, jardines o áreas verdes y las actividades al aire libre durante las horas de máxima polinización. A saber: entre las 5.00 a 10.00 de la mañana y de 19.00 a 22.00 horas, cuando ocurre el período de descenso del polen de la atmósfera que sucede al enfriarse el aire.
Durante la época de polinización, es recomendable evitar cortar el césped y trabajar con plantas en casa. Se puede usar tapabocas cuando los niveles de polen en el ambiente son altos y en las caminatas por parques o áreas verdes. En el hogar, es bueno ventilar los ambientes, pero más que nada desde la mañana y hasta primera hora de la tarde.
Pacheco agregó que una de las primeras medidas que hay que tomar para minizar las molestias de las alergias en primavera es el uso de lentes, para proteger los ojos del polen. Pero no todo termina allí: al llegar a casa, “es bueno quitarse la ropa, sombreros, zapatos, para evitar que estos alérgenos se depositen en nuestro hogar. Si tenemos alfombras, además, éstas deben estar bien aspiradas y hay que tratar de no tenerlas en los dormitorios, para que las partículas del polen no se instalen en el espacio en el que dormimo”, señaló.
Otra recomendación que dejó la experta es ducharse antes de irse a dormir: “Eso permitirá retirar todas las partículas de polen que podamos tener en la piel y en el cabello”.
Pacheco resaltó que en cualquier caso no haya dudas en consultar a profesionales de la salud, ya sea un oftalmólogo o dermatólogo.
Los plátanos, más allá de las pelusas y su mala fama.
Un informerealizado por el Jardín Botánico de Montevideo explica que los árboles elegidos para el ornato público deben cumplir una serie de condiciones que los hacen apropiados para el medio urbano. Para las alineaciones de las veredas, por ejemplo, se buscan árboles de follaje caduco, que generen sombra y refresquen las calles en verano y que dejen pasar los rayos del sol durante el invierno. La velocidad de crecimiento y la resistencia a la contaminación también son características importantes a la hora de elegir las especies apropiadas para el arbolado urbano.
Por eso el plátano está presente en tantas partes: es fuerte y tiene resiliencia frente a las agresiones se pueden agregar otras virtudes puramente estéticas, como el atractivo de ramas y troncos que se destacan sobre todo en invierno cuando el árbol pierde el follaje. Los plátanos poseen una corteza peculiar, formada por placas de diferentes colores que van del verde al gris pasando por tonalidades intermedias de colores predominantemente claros. Así, una calle con plátanos será más luminosa que una calle con árboles de cortezas oscuras.
En Montevideo, estos árboles han acompañado el desarrollo de la ciudad. En 1913, veintidós años después de que comenzaran las plantaciones de plátanos en Montevideo, la ciudad contaba con más de 40.000 ejemplares en sus espacios públicos. Hay distintas especies de plátanos.
El que se plantaba originalmente era el Platanus x acerifolia; ahora se planta el Platanus occidentalis. Son similares, pero la diferencia fundamental, y razón por la que hoy se prefiere esta especie a la anterior, es porque tienen menor cantidad de flores y producen menos frutos.