¿Qué va a pasar? ¿Quién va a ganar? ¡Qué quilombo!, co-mo dicen ellos; el que se va armar y el que ya está en funciones desde hace un buen tiempo.
Entre tanto barullo y entrevero -más el griterío- en un espejo cascado y difuso como que se reflejan tres caras. Quizás más. Pero vamos por las que yo vislumbro, y quiero compartir; eso sí preguntando, “buscando junto con vosotros”.
La mejor y en lo inmediato, hoy por hoy pero no se sabe hasta cuando, se nos muestra amable y accesible. Sobre todo si se va con ansias de comer. De comer bien. Además Buenos Aires es una ciudad siempre maravillosa; “cual una querida”, decía Gardel. Si uno no se sale de Recoleta, de los barrios de onda, las cosas lindas que se pueden ver y los gustos que uno puede darse. Engordar a tope. En ese circuito se dan las tres B: bueno, bonito y barato.
Si va a un súper se amarga, sobre todo si también aquí va al súper. Entiendo a la gente del litoral. ¡Viva el dólar a 400!, aunque la inflación sea de más del 100%.
Eso sí, no vale alejarse mucho porque uno puede tropezarse con otros Buenos Aires y otras Argentinas; según se lo narran y lo que en algunas medida tienen confirmación, y como adelanto, en el propio circuito recomendado: cartoneros y gente en situación de calle.
Las otras dos son las que se muestran y se las ve por televisión. Desde aquí nomás. Si uno hace zapping, las diferencias son abismales: esto es, lo que relatan unos y lo que cuentan otros sobre un mismo hecho. Unos blanco y otros negro. No exagero, cualquiera lo puede comprobar. Un tipo de periodismo muy poco ortodoxo. Mucha militancia, expresión de deseos, todo opinado y bien adornado. Información, muy poca. ¡Las cosas que dicen! De cualquiera y ni que hablar de quien ocupa la presidencia, el que además alimenta ese decir con sus continuas… -humm.., déjenme buscar la palabra- “boludeces” (No hay otra). Hay que reconocer que no es del todo fácil encarar algunas cosas en un país en que se dio un “magnicidio” frustrado a cargo del sicario más abombado del mundo: el revólver no tenía balas (o era una pistola de agua, como notablemente graficó Arotxa).
Y en ese contexto, ¿quién cree que va a ganar las elecciones? Todos dirían que el kirch-nerismo pierde (con peronistas que votarían una “heladera”, incluso). Eso es casi seguro, pero no seguro. Los movimientos populistas, progresistas, que luego pasan a ser autoritarios, cuentan con la suerte de que la oposición, favorita ciento por ciento, se deja dominar por las ansias y se divide y les dejan el camino expedito. Pasó en Venezuela con Chávez y Maduro, pasó en Nicaragua, en Honduras, en Colombia, y en alguna medida en Brasil. Y eso en Argentina también está pasando.
Es cierto que también está Javier Milei. Un liberal fanático, y por ello mismo no tan liberal, que hace política hablando mal de los políticos y la política. Algo no tan extraño que se repite en muchos lados. El le llama “la casta”. Mejora en las encuestas y aparentemente está cambiando el tono. Quizás por ello mismo se piale. Es una especie de bicho raro. Algo así como lo era Menem con sus patillas y poncho; razón por la cual se le podría jugar algún boleto.
Y una ultima, de aquí a las “pasos” (primarias) de agosto y las elecciones de octubre, gane quien gane ¿qué cree que va a pasar en la Argentina?