Termina el 2022 y en medio de la tempestad de los titulares y la catarata de noticias de cada día, es importante tomarse un tiempo para analizar con mayor tranquilidad en qué estamos como país y cómo se vienen desarrollando las acciones del gobierno.
Luego de casi 2 años de pandemia, que modificaron el escenario planificado por cualquiera y a todo nivel, 2022 fue un año de relativa estabilidad, al menos en lo sanitario. El contexto económico internacional, sin embargo, estuvo marcado por una inflación elevada en la mayoría de los países del mundo como consecuencia del conflicto en Europa, y determinó adversidades extraordinarias también en nuestro país.
De todas formas, los resultados al hacer balance del año en Uruguay reflejan que se consolidaron y vieron los frutos de decisiones responsables tomadas en momentos de crisis en materia económica, social y sanitaria. Pese a lo que se pedía desde algunas tribunas políticas durante la pandemia, que reclamaban y hacían planteos ilógicos como el de la cuarentena obligatoria o el de una renta básica social, las decisiones tomadas en base al liderazgo político y la sensatez del Presidente y su equipo, reflejan que estamos en el camino correcto. En materia económica, son clarísimos los resultados positivos. Termina el año con el país creciendo a una tasa de 5,5%, mayor al crecimiento del mundo en líneas generales. A su vez, en materia de inflación, el país cierra el 2022 con un número menor al previsto y que determina el comienzo de la recuperación del salario real. En relación al empleo, termina con un promedio anual de 4 0.000 puestos de empleo creados, que no solo recupera los empleos perdidos en la pandemia, sino plantea un escenario que supera los indicadores del 2019.
También son de destacar las millonarias inversiones en materia de vivienda y desarrollo de obras a nivel público, que alcanzan indicadores históricos en nuestro país. Entre otros, el Plan Avanzar, un esfuerzo interinstitucional liderado por la Presidencia, el MVOT y las Intendencias Departamentales, propone la mayor inversión de la historia en políticas dirigidas a asentamientos, con una inversión de más de US$ 480 millones.
Pese a un relato insistente por parte de actores de la izquierda, es claro que el impacto de las políticas sociales lideradas por el Ministerio de Desarrollo Social ha logrado modificar un escenario adverso y de fragilidad. La inversión económica en materia alimentaria, buscando paliar déficits de vulnerabilidad e inseguridad alimentaria existentes desde el año 2016, la modificación, ampliación y diversificación de los dispositivos para personas en situación de calle, la reforma del sistema nacional de cuidados, la ampliación cuanti y cualitativa de las políticas públicas dirigidas para la primera infancia, así como la promoción y desarrollo de nuevas políticas de juventud, son solo algunas de las demostraciones de ello.
¿Es verdad que estamos en el peor momento del gobierno? La realidad es que no, porque tal vez la principal variable para evaluar un gobierno es el bienestar de su gente y hoy, sin dudas, estamos mejor que antes. Claro que quedan enormes desafíos, y el gobierno, pese al palo en la rueda constante de la oposición, continúa a paso firme con las reformas necesarias. Los legados de la reforma de la seguridad social y la reforma educativa, serán sin dudas los grandes resultados de una coalición responsable y comprometida con la realidad nacional. ¡Feliz 2023 para todos!