La lengua española es tan rica que a veces lo mismo no significa lo mismo. Cabildear -RAE- supone arte o maña para ganar voluntades dentro de una corporación.
Cabildo se da maña para exprimir ese perfilismo que lo aleja de los partidos de la Coalición buscando ganar adeptos en causas de alta simpatía popular y presionando a la interna.
Pero también se Cabildea; y allí viene la 2ª acepción RAE: “Emplear intrigas”. En criollo: tener agenda oculta y propia fuera del colectivo de gobierno al que pertenecen. Descarto mala fe en Cabildo pero no dudo que, por su propia conformación e historia, el no querer participar de un programa común con el resto de la coalición alienta esa agenda propia en la que prefiere pensar más en sí mismo que en un compromiso compartido.
Frente al planteo de programa común del senador Coutinho, Cabildo se aferra a su estrategia. Es válido y cada uno sabe dónde le aprieta el zapato. Es más. A muchos nos disgustó cuando este partido político irrumpió la escena electoral. Pensábamos que tenía una impronta militar de casta, con mucho de emprendimiento personal y sesgo en la figura del Gral. Manini. O sea, un Partido Político que, si Manini abandonara la política, dejaría de existir. Con el paso del tiempo he visto que algunas causas positivas fueron abordadas desde allí y también veo transitar buena gente en tareas de responsabilidad del mismo. El General mismo parece una persona de bien. Debo confesar que no le viene mal a este país que un sector de la población con un pensamiento de derecha ultra nacional (político) pero también pseudosocialista (económico) tenga una representación electoral y un líder que pueda encauzar delirios voluntaristas de algunos votantes.
Para citar ejemplos donde ellos se confiesan “diferentes”: Se han preocupado de un grupo de deudores con cuentas que tienen ya una etiqueta de “clearing” en sus vidas. ¿Está mal eso? Claro que no. Nos viene bien a todos que Cabildo lo denuncie.
El problema de los voluntarismos se da a la hora de ofrecer soluciones. Ese lío se lo endosan al gobierno. Y el gobierno tiene que lidiar entre el problema en sí, los principios de seguridad jurídica y los precedentes que se instalan.
En octubre del pasado año escribí un libro: Confesiones de un Colorado. Buena parte del mismo lo dedique a la importancia de comparecer a las próximas elecciones con nuestras identidades, pero con un programa común. No darle ese “changüí” al FA. Si no lo hacemos, lo van a usar en contra nuestro mostrando a la ciudadanía todas nuestras desafinaciones corales.
La Coalición es un grupo de 5 partidos que son diferentes pero que deberían tener el tronco común de la libertad como valor y el apego a los derechos más sagrados (vida, libertad, propiedad, trabajo, salud).
Estas definiciones per se deberían tener el peso suficiente para poder disimular diferencias que son naturales entre colorados, cabildantes, independientes y blancos. Nos une lo más importante. El resto es letra de murga. Dejémonos pues de Cabildeos. Lo dice un colorado que reconoce nuestras propias imperfecciones. Tengo la esperanza que todos pongamos al país primero en nuestro ranking de prioridades.