Una coalición indecisa

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No corren buenos tiempos para la coalición gobernante. El Presidente de la República acordó cambios en temas fundamentales de la futura ley de jubilaciones y pensiones, sin la adecuada información a sus restantes integrantes. El cálculo del salario base jubilatorio pasa de los veinticinco años de actividad del proyecto original a los veinte que reclamaba Cabildo Abierto. Una modificación que altera en más de un veinte por ciento la base prevista y que según cálculos preliminares, costará no menos de trescientos millones de dólares anuales. Dicho sea esto pese a las dificultades de cálculo que la misma implica.

El Partido Colorado considera que se violó el pacto del 17 de octubre del años pasado según el cual todos los coaligados coincidían en las líneas fundamentales del proyecto, permitiéndose solamente alteraciones menores que no hacían a su esencia. A esto agregó que no es un buen proceder coalicional que el Presidente de la República, pasado un largo período en que se alegó por colorados, blancos e independentistas que modificar las variables básicas del cálculo alteraba la sustentabilidad de la propuesta, ahora, sobre el filo de su aceptación, acepte cambios en esta materia sin la aquiescencia de todos sus componentes. Visto lo cual manifestó sentirse habilitado para proponer los agregados que creyera del caso, por más que aclarando que no con ello promovía no votarla. Una postura que a la vista de los argumentos alegados parece más que razonable.

En política no solamente lo que en forma inmediata satisface al demos, en el caso la imprescindible aprobación de una reforma jubilatoria razonable que autorice un sistema fiscal equilibrado, sino su propia superviviencia como protagonistas principales, es considerada por los partidos como esencial para la colectividad en la que desarrollan su actividad. Como si el sistema de partidos debiera ser inmutable y su propia desaparición impensable. Y es en ese sentido, de orden existencial, que aquí se mezclan las cartas. Cabildo Abierto aparece en las encuestas sufriendo un cataclismo electoral, sus adhesiones en el mejor de los casos se reducen a la mitad, algo no muy diferente a lo que también le ocurre al partido colorado con predicciones de derrumbe en sus adhesiones. En ese sentido resulta acorde a sus intereses que Cabildo pretenda ser visualizada proponiendo posiciones propias que no impliquen un mero seguidismo de la coalición que integra, una estrategia que hasta ahora poco le ha brindado. Algo similar a lo que le sucede al Partido Colorado, con la diferencia que en el caso, éste se enfrenta a un rompimiento de acuerdos, una inmoralidad que lo deja en una posición doblemente deslucida. Como si los argumentos que sostuvo para rechazar las propuestas de Cabildo, fundadas en la sustentabilidad económica del acuerdo, hubieran carecido de verdad.

Por su lado, para el partido de gobierno la reforma jubilatoria no solamente es insoslayable para el país sino que su prestigio como colectivo político exige su aprobación. En semejantes circunstancias y con una coalición incapacitada para formalizarse como tal (se trata de un acuerdo de cada partido con el presidente), no deja de ser natural que se cometan pifias como ésta, en directo beneficio de la oposición.

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