Cacho de la Cruz o el arte de reír hasta el infinito

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Cacho de la Cruz
Nota a Arturo de la Cruz, Cacho de la Cruz, humorista, musico, productor y presentador de television argentino, en el ciclo Encuentros en el estudio de El Pais en la redaccion, Montevideo, ND 20170315, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

Biografía del uruguayo

Con gran cantidad de datos y una buena narración, el autor Joaquín Doldán logra llegar al ser humano detrás del personaje público.

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Arturo “Cacho” de la Cruz vino a Uruguay en la década del cincuenta a probar suerte en el carnaval. Era músico —hasta hoy toca el trombón y es amante del jazz al estilo dixieland— fue animador, humorista, hizo pantomima y varias cosas más para subsistir. Alguien le sugirió probar en la joven televisión uruguaya. Llegó a Canal 12 para hablar con el Sr. Voiro. Se anunció. La secretaria cerró la puerta y nunca la volvió a abrir. En Canal 4 le fue mejor y participó en algunos programas. Un día se cruzó con Voiro. Le preguntó en qué andaba, “Acá estoy, esperando que tu secretaria me abra la puerta…”. Al poco tiempo comenzó a participar en el primer programa en vivo que trasmitía Canal 12, El show del mediodía.

El libro anuncia, desde el título, que algunas cosas pueden ser difíciles de creer. Una noche, cuando actuaba en la boîte Pigmalión, se le acercó un norteamericano. Le preguntó en inglés si le gustaría ir a Estados Unidos a probar suerte en el teatro. El músico “Bachicha” Lencina ofició de traductor, pero Cacho pensó que el motivo de la propuesta era un encuentro sexual y se molestó. Esa persona era uno de los dramaturgos más importantes del siglo pasado, Arthur Miller, y estaba casado con la mujer más bella, Marilyn Monroe. Años después recibió una tarjeta de Miller que decía “Hola, ¿aprendió a hablar en inglés?”

De la Cruz, a través de la correcta pluma de Joaquín Doldán, narra su vida de actor, músico, ídolo de los niños, empresario y otras actividades donde fue exitoso. Al leerlo, es como si Cacho se estuviera expresando en alguna de las muchas entrevistas que le han hecho. El tono es leve, amable y las anécdotas parecen mínimas. Es la forma en que el actor desacraliza su vida, quita trascendencia a varios de sus logros y puebla el relato con su forma de ser. Como parte de esa personalidad, o acaso por la propia opción tomada por el personaje y el escritor, lo que se cuenta suele quedar en la superficie. No se ahonda en reflexiones ni se profundiza en personas que fueron importantes en su vida. Un elogio, una referencia cariñosa o alguna breve historia alcanza como reconocimiento. En el final hay un resumen de la trayectoria del actor deteniéndose en su retiro. El relato se vuelve reflexivo sin abandonar el humor, y es un digno cierre de un libro que ayuda a conocer a este argentino que llegó a Uruguay casi por casualidad y que tuvo como el más importante objetivo de su vida, hacer reír a través de seis décadas.

TODO ES MENTIRA. La verdadera historia de Cacho de la Cruz, de Joaquín Doldán. Fin de Siglo, 2022. Montevideo, 253 páginas.

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