Narrativa a contrapelo
El libro de cuentos de la autora argentina desnuda la crueldad que el colectivo cordobés ha recibido.
En esta primavera floreciente que desde hace algunos años vive latinoamérica en literatura feminista o de índole LGTBIQ+, podría decirse que una de las últimas voces en ser reconocidas fue la voz de la literatura travesti. Aún cuando hace más de una década circulan voces muy potentes en cuando a la lírica y la narrativa trans —o incluso en el ensayo—, esta parte de la tinta disidente parecía estar un poco invisibilizada.
Es cierto que la chilena Claudia Rodríguez tiene su obra bien filosa, o que Naty Menstrual crea en sus poemas un universo del disparate hipersexuado rayano con la parodia, o bien que la ternura de Susy Shock viaja en sus coplas, relatos y canciones. Pero para el establishment literario de lectores, editores y críticos esto no parecía bastar hasta que llegó alguien que dejó de lado las pretensiones de armonía, de risa, o de autocomplacencia. Las Malas (2019) de Camila Sosa Villada vino para explotar en la cara.
Es una bomba sobre la crueldad que el colectivo travesti cordobés ha recibido desde siempre por parte de una sociedad heteropatriarcal y conservadora. Es el canto épico de las travestis escrito por una travesti, el relato denso de la violencia machista, del cuerpo maltratado, de la pobreza que las travestis viven desde la pluma de alguien que lo ha vivido en carne propia. Por si algo faltaba, el texto es un enorme poema fantástico de inquebrantable calidad donde el mundo transexual tiene su realismo mágico propio, un Macondo agresivo y travesti hecho a fuerza de ser expulsadas y marginadas. En ese contexto no queda otro recurso que darle algo de magia a la realidad para hacer menos dolorosa la supervivencia.
Viaje inútil
El primer libro de Camila Sosa Villada, La novia de Sandro (2015), propone desde su inicio una voz travesti entre el amor idealizado y el dolor de no encontrar en su objeto de deseo más que a un hombre que la usa como un cuerpo extraño para un exótico y secreto placer. No hay feminidad pura sino un mundo propio al cual pertenecer y se hace innecesario habitar otros espacios que no sean los de la diferencia. Si bien es cierto que en el aura novelesca del libro la voz lírica quisiera sentirse amada, nunca desearía ser otra cosa que lo que es para poder lograrlo. El amor deberá venir hacia el cuerpo construido por sí misma.
Aquí está una de las claves de la literatura de Sosa Villada; nunca se reniega del cuerpo deforme, de la monstruosidad orgullosa. Hay una búsqueda de una belleza “alter” en sí misma, detrás de las siliconas, los maquillajes y las barbas a medio crecer. En cambio, los hombres que se desean son la contracara plástica de la esencia violenta masculina; espaldas y brazos fuertes, actitudes desafiantes, falos enormes que destruyen cualquier delicadeza. El hombre que se ama, lejos de cualquier construcción hipócrita, es la hegemonía mega sexualizada del macho.
En El viaje inútil (2018), bajo la forma de ensayo autobiográfico, es donde la autora cuenta cómo el devenir travesti es la génesis de la escritora. Se produce una especie de “Arte Poética Trans” en la que la lectura de los textos a los que Sosa Villada podía acceder en su infancia repleta de carencias, despiertan la posibilidad de un escape y una creación de un mundo distinto, donde el costado femenino que guarda ese niño se va gestando hasta la explosión en un pueblo pequeño y prejuicioso. Del mismo modo en que un día el niño-fémina fabrica un vestido hecho de sábanas y sale maquillado, la escritura se gesta con el dolor, con la soledad, y un día florece en el papel. Tan inevitable como su condición, soltar las letras es un destino.
Puro cuento
El último libro de Sosa Villada, Soy una tonta por quererte, reúne cuentos en los que, si bien se continúa con la fotografía de la disidencia y sus dificultades, la variedad de escenas permite encontrar otros colores que escapan a los temas ya tocados en sus trabajos anteriores. Tal vez por eso la fuerza impactante de Las Malas y su poética cruda se difuminan en momentos de mayor intensidad literaria y otros que funcionan como acordes de paso hacia los cuentos realmente buenos. Mantener el mismo nivel en un libro de relatos puede ser muy difícil y —¿por qué no?— abrumador.
La estética del lenguaje que la autora propone tiene un tono particular. No solo conviven en su escritura el registro de lo oral y el cálculo de alguien que ejerce su oficio de narradora con paciencia, sino que, por otra parte, la belleza del modo como cada voz cuenta fluye con tal naturalidad que pareciera devenir de un instinto, una manera de poner el toque de magia aún sobre la pobreza, los cuerpos destratados o el ejercicio doloroso del heteropatriarcado. Por lo demás, persisten algunas obsesiones de la autora; la música, la niñez vejada, los mitos populares, los barrios de la periferia dando el abrigo que pueden a las minorías marginadas.
El cuento que da título al libro, “Soy una tonta por quererte”, es el punto más fuerte. Dos travestis se hacen amigas de Billie Holiday mientras la cantante se encuentra en una exquisita decadencia una vez que ha atravesado de manera pública escándalos vinculados a las drogas y al alcohol, además de una violenta relación que el texto recrea con Louis Armstrong.
Sosa Villada construye una forma de travestismo que escapa a los lineamientos actuales de la coyuntura LGTBIQ+. La protagonista entra en una relación de amistad tan estrecha junto a la cantante que la diva se enamora de ambas personas; del chico gay que de noche usa maquillaje y ropa de mujer, y de la travesti que conserva su sensualidad de varón latino. El cuerpo como espacio del deseo se pone al límite de la deconstrucción; la travesti ama y es amada, el cuerpo detrás de la travesti ejerce el deseo y es deseado. En definitiva, parafraseando a Paul Preciado, Billie Holiday se enamora del “monstruo”.
La prosa, con su estética consolidada y particular, genera una manera nueva de ver la literatura travesti. En ella no hay panfleto y tampoco parodia, no tiene la misión o la intención de cambiar el mundo con otra cosa que no sea el poder de la estética. Soy una tonta por quererte es una muestra más del compromiso de la autora con la literatura. Su ser travesti la atraviesa, la moldea, incluso la embellece, pero no la ata, y ese es el mejor modo de pararse en el arte con la disidencia a cuestas.
SOY UNA TONTA POR QUERERTE, de Camila Sosa Villada. Tusquets, 2022. Buenos Aires, 209 págs.