por Laura Chalar
.
“Mi monstruo es la salud de los que van/ a vivir unas décadas”, dice Hernán Bravo Varela (México, 1979) en este libro —dos libros, en puridad— a la vez introspectivo y místico, que transita desde un hijo hasta su padre y pinta, al mismo tiempo, visiones fugaces de un momento histórico, un país y una familia.
La salud es uno de los temas que atraviesan la obra: primero la del hijo, con sus contracturas inexplicadas, su incomodidad y la mala postura que, para su terapeuta, “Es tu pasado”; después, la del padre, que confiesa: “fumé sesenta años me entretenía viendo series de policías y recibí la extremaunción en mi cama de urgencias y aunque resucité por unos meses el aire se hizo tímido”. Nos toca a los hijos, parece decir el poeta, presenciar el progresivo deterioro de los progenitores (“la madurez que te convierte en padre/ de tus padres”) y hasta recibir los testimonios de su pasaje a un estado diferente (“sé cuándo cruje la madera por vieja o por tu padre cada vez cruje menos ya se va// para eso le prendo veladoras”).
Bravo Varela es un gran retratista de la vulnerabilidad en sus múltiples formas, desde la enfermedad (“Aquí un hombre de 76/ allá familiares que toman decisiones/ hacen guardia”) hasta el terremoto (—mis amigos iban de aquí para allá con sus maletas arrastraban calzones y camisas entre las piedras regadas por el suelo mientras veían su edificio acordonado pateaban esas piedras alejaban su casa medio metro como mucho–).
Pero donde moldea de verdad su virtuosismo, permeado de compasión y suave ironía, es en el retrato de ese padre “abogado primer lugar en el concurso nacional de oratoria diputado suplente esposo de la momis y padre de toñito y de nanchito”, autor de una tesis académica (“El estado empresario mexicano”) cuya carátula es tapa del libro, al igual que la carta que el padre dirige al profesor de Historia de uno de sus hijos, que le ha puesto mala nota por “disentir del mentor con argumentos fundados en contra”. Es en estos poemas finales del libro donde la ternura por el padre alcanza su mejor expresión. “Como abogados dice thomas moyer raspamos la piedra damos forma a la roca// usamos la mirada del escultor a fin de revelar la belleza la proporción que norma toda ley”. Tiene razón. Cualquier buen abogado poeta lo sabe.
EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN seguido de EL ESTADO EMPRESARIO MEXICANO, de Hernán Bravo Varela. PreTextos, 2023. Valencia, 94 págs.