por Juan de Marsilio
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La actriz y poeta Natalia Lambach (Montevideo, 1996) ha recibido varios reconocimientos por su labor teatral, dio a conocer sus textos en varios ciclos de lecturas y con Espejismos de agua entra en la categoría de autora con libro propio. Nació con Síndrome de Down.
Este libro debe leerse como se lee un libro de poesía. Mal le haría a la autora —y al lector— que se leyese estos textos desde una condescendencia disfrazada de compasión. Bien entendida, la compasión es imprescindible para que la vida valga la pena, pero debe dirigirse, de modo activo y respetuoso, a las personas de carne y hueso y a su circunstancia.
Una lectura atenta de esta ópera prima revela que la autora sabe escribir poemas y no meras expresiones del sentimiento (aunque por momentos en tono naíf). Para muestra el poema “Del tiempo”, al que el acápite de Rubén Darío —Todo esto viene en medio del silencio profundo…— convierte en un homenaje:
La muerte
se contradice
la alegría es una trinchera de la vida
la sombra del pasado
se invierte
en el futuro
la noche transforma
la terrena ilusión
los papagayos viajeros en los barcos
llevan bufandas de colores.
Hay un tiburón azul que vive
dentro de una lámpara de oro.
Una quebrada que reluce
a través de los vidrios
se desprende del sueño
de la sonata de sal.
Ratones que se deslizan desde las escaleras
y caen en la superficie del mármol.
El amor y el dolor
dan vida y luz en la habitación
donde el tiempo hace su propio cálculo
cuando se paran los relojes.
El prólogo del poeta y docente de Idioma español Jorge Nández les hace a la autora y a los lectores el buen servicio de señalar temas, rasgos de estilo e influencias, sin caer en el golpe bajo de convocar a la sensiblería fácil, esa que nunca es —ni de lejos— compasión verdadera.
ESPEJISMOS DE AGUA, de Natalia Lambach. Deletreo ediciones, 2023. Montevideo, 62 págs.