por László Erdélyi
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El creador de la saga del Comisario Montalbano, el siciliano Andrea Camilleri (1925-2019) cometió algunas travesuras narrativas más allá de la novela policial, como este La masacre olvidada, un ensayo histórico preciso y ameno, con una cuota de humor negro y la contundencia narrativa de un Jorge Luis Borges. Trata de la muerte olvidada —o el asesinato, para ser más precisos— de 114 presos comunes en una localidad de Sicilia (hoy Porto Empedocle), en enero de 1848. Allí, durante la revuelta contra los Borbones el pueblo se dedicó a asediar a los adictos al régimen y a los soldados invasores que se retiraban, llegando incluso a degollar a un buen número de policías (honrando así costumbres mafiosas, como no podía ser de otra manera). En la Torre estaba la prisión, custodiada por una pequeña guarnición a cargo de Emanuele Sarzana. Los parientes y amigos de los presos se movilizaron, conquistando simpatías, con la finalidad de liberarlos. Una multitud, entonces, fue hacia allí. Sarzana descubre que no puede cuidar a los presos y enfrentar a los revoltosos a la vez. No tiene hombres. Entonces encierra a los presos en un foso, que gritan, se enfurecen, y amenazan con romper las rejas y atacar por retaguardia. Para evitar esta posibilidad, Sarzana ordena cortar la comunicación con el foso, que es a su vez la única vía de ventilación. Entonces los infelices mueren lentamente por asfixia.

Camilleri explora cómo la historia y la memoria borraron estos hechos. Lo que él llama una “conjura de silencio sobre la masacre” es parte de algo más profundo, de costumbres muy arrraigadas sobre la forma de construir memoria. “El material con que nosotros, los sicilianos, preferimos construirnos es la madera de ébano pulida de negro, como la de los ataúdes, la de los féretros” relata Camilleri. Para llegar a la verdad, a la más incómoda, el escritor se concentra en las 114 actas de defunción que han sobrevivido y en la burocracia que les dio forma. Interpreta hechos, deslices, gestos, anotaciones, incluso cuestiona relatos laterales que son, por supuesto, funcionales al relato central, el que dice, susurrando, que no hacía falta preocuparse si solo eran presos, una lacra miserable. A partir de allí Camilleri señala, acusa y reivindica la humanidad de los que están en los márgenes.

LA MASACRE OLVIDADA, de Andrea Camilleri. Destino, 2024. Montevideo, 96 págs.