por Juan de Marsilio
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De proverbial perfil bajo, Pablo Galante (Montevideo, 1970) es poeta, guionista, crítico y dibujante. Como su fecha y lugar de nacimiento lo indican, fue niño en dictadura. Y de eso trata La caída, su más reciente poemario. El tema de la dictadura en narrativa no se terminará —parafraseando al ex presidente Mujica— cuando hayan muerto los protagonistas; lo tomará la narrativa histórica. En cambio, en poesía, será diferente. Parafraseando a José Carbajal, hay que haberla vivido para poderla cantar (o llorar o rumiar o exorcizar). Y eso tiene término: los más jovencitos de los protagonistas pasan ya el medio siglo de edad. Libros como La caída —que no es ni el primero ni el único en tratar el tema— muestran de manera lúcida o entrañable, dependiendo del talante de cada poeta, el daño temprano y duradero que sufrieron dos generaciones. Los lectores y ciudadanos más jóvenes tienen en libros así un valioso insumo para su compromiso con el “Nunca más”.
El gobierno de facto pervirtió en niños y adolescentes el concepto de patria, convirtiéndolo en algo acartonado, insensato y ominoso. En palabras del poeta:
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“Hoy la bandera está a media asta fijense” dice la maestra
“murió Juana de América”
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Es verdad: ni flamea ni puede porque diluvia
y vamos a ver la maqueta de la represa de Salto Grande
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ubicada en un edificio de la ciudad vieja.
No obstante, en un contexto que hizo más duro el descubrimiento del dolor a niños y muchachos, de forma terca y esperanzadora también se hacía visible la belleza del mundo:
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Me desmayo en casa
tengo un foco epiléptico:
las baldosas del piso son duras
de hermoso diseño.
El diseño de tapa, a cargo de Maca (Gustavo Wojciechowski) acierta al presentar, en tonos de gris, a un niñito que traza en su cuaderno los primeros palotes.
LA CAÍDA, de Pablo Galante Martorelli. Yaugurú, 2023. Montevideo, 24 págs.