Poéticas de Milán
Además, no hay lugar para la imaginación.
¿Qué se dice en estos casos? ¿Qué dice una “Poética” en estos casos? Un conjunto más o menos ordenado sobre un tema artístico —literario, mejor y mucho mejor, poético— que dé cuenta además de su momento histórico. Y del presente de ese tema de cara al hecho histórico. Puede decirse: “El pasado puede ser recuperado”, por ejemplo. Sin duda, en este caso: la vivencia tensa y amenazante de los años sesenta durante el esplendor de la Guerra Fría vuelve a la memoria y a la escena de la memoria. Concretamente la amenaza nuclear. Ahora de manera altamente sofisticada. No hay lugar para la imaginación en esta guerra: una guerra distante puede ser vista y seguida casi “en directo”. Pero insisto, una poética, ¿qué dice? ¿Hay “poéticas del miedo”? Sería un conjunto de ideas sobre poesía amedrentado, temeroso, no de lo que enuncia: de lo que puede suceder fuera del arte o de la poesía. O sea: una “poética del miedo” tendría que contemplar el contexto en el cual se enuncia más que el texto de su enunciado. Una “poética del salirse de poética”, una “poética del afuera”. Estamos casi en Maurice Blanchot y su concepción del afuera como lugar del poeta. Pero una cosa es el lugar afuera del poeta —la intemperie donde nace la palabra poética— y otra el afuera de la poética. En ciertos casos históricos de alto riesgo las poéticas, en general —no conozco poéticas “en caliente”: ese lugar lo ocupan principalmente los manifiestos— son indirectas en sus manifestaciones. Y ese es el principal problema. Esa “indireccionalidad” suele tocar los fundamentos del arte de un momento o de una época. Dadá atacó el sentido del arte de toda una época tomándose como referente, en primer lugar, a sí mismo: “Dadá no significa nada”, dice Tristán Tzara en el “Manifiesto del señor Antipirina”. Pero el sentido es clave para el arte de Occidente —ni qué decir del arte para Oriente—, tan clave que el arte en Occidente llega a cultivar poéticas del sin sentido. San Juan de la Cruz: “También el sin sentido es sagrado”. Pero fuera del ámbito de lo suprasensible que al parecer todo lo cobija, conocemos poéticas límite que se le asemejan a una poética del sin sentido: las poéticas del teatro del absurdo, con su insuperable Esperando a Godot de Beckett (aunque el significante “Godot” es una clara alusión a God, lo que la englobaría irónicamente dentro de un ámbito suprasensible). Pero en fin: no alcanza abrumar con referencias estético-literarias para consignar el miedo a algo muy concreto, el miedo a una tercera guerra mundial-nuclear que retorna como lo reprimido retorna aunque se considerara perimido.