Reedición muy uruguaya
Se acaba de reeditar Manual de Parapsicología de Mario Levrero, un libro que abre la discusión sobre qué lugar le merece en la producción del escritor uruguayo.
A mediados de abril de 1979 Mario Levrero (1940-2004) puso “punto final a un ‘Manual de Parapsicología”’. Así se lo contó a Elvio Gandolfo en una entrevista en la que le decía también que era “un intento de darle al tema un tratamiento semejante al de los textos de ciencias tradicionales que se utilizan en Enseñanza Secundaria” (en Mario Levrero. Un silencio menos, 2013). Hasta ese momento había publicado y firmado como Mario Levrero Gelatina (1968), La ciudad (1970), La máquina de pensar en Gladys (1970); y como Jorge Varlotta Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo (1975). La tapa del primer libro como la de los cuentos de 1970 estaban basadas en dibujos de Jorge Varlotta. Todavía no había logrado publicar las novelas El lugar, escrita en 1969, y París, en 1970. Estos detalles, que pueden resultar un poco engorrosos, pretenden hacer visible que, cuando editó el Manual de Parapsicología en 1979, en ediciones de la Urraca (Buenos Aires), Jorge Mario Varlotta Levrero ya había decidido dividir su nombre civil en dos nombres de autor, y había utilizado múltiples pseudónimos para firmar los artículos de humor y las historietas (ver Diego Vecchio, Cuadernos LIRICO 14, 2016).
Esquizofrenia narrativa
Explicó en más de una oportunidad que había elegido dejar Mario Levrero para la literatura y Jorge Varlotta para un “otro” muy amplio, en principio, no a la altura del prestigio de lo literario. A lo largo de los años justificó esta división de diversas maneras. En algún momento hizo responsable a la rigidez de la Generación del 45 o, más en general, a la crítica uruguaya. En una entrevista de Eduardo Berti y Jorge Waley argumentó que, dadas las características de la generación anterior a la suya, la llamada Generación crítica, “me hubiera resultado muy penoso (…) presentar una obra tan liviana, un folletín como Nick Carter, al lado de las cosas literarias con mayúsculas y cuello duro”. Al ser preguntado por Gustavo Escanlar y Carlos Muñoz por su “esquizofrenia narrativa”, respondió: “la crítica uruguaya es bastante rigurosa y un poco engolada. Entonces ciertas cosas no las autoriza. No debía mezclarse lo humorístico con el material más serio”. Una de las tantas paradojas que surgen al acercarse a la obra y la figura de Levrero es que esta actitud de ataque y la ironía con que explica el doble “sello” (Levrero/Varlotta) mantiene la separación entre la “alta” literatura y todo lo “otro”, al mismo tiempo en que la cuestiona. Jorge Varlotta siguió existiendo en los ochenta y principios de los noventa vinculado al humor, la historieta, los textos musicalizados y a la prensa. Cuando firma Mario Levrero el Manual de Parapsicología está volviendo más complejo el juego planteado por sus nombres de autor.
El Manual de Parapsicología fue reeditado en 2010 por Irrupciones, y en 2019 por Criatura, en una hermosa edición ampliada, con un preciso e inspirado prólogo de Matías Núñez. En él afirma que mucho del Manual... “está latente en las ficciones levrerianas”, y cita, a la vez, una entrevista de Cristina Siscar en la que Levrero rechaza una posible conexión entre su literatura y el Manual... En ella decía que escribirlo le sirvió para liberarse de su interés en la parapsicología. Hay, entonces, un problema planteado por la relación del Manual... con la literatura de Levrero al que habría que agregar el de la consideración de la firma. Cabe preguntarse si no será una indicación para que el Manual... sea leído con su literatura.
El Manual... dice que “la Parapsicología es la ciencia que tiene por objeto la comprobación y el análisis de los fenómenos aparentemente inexplicables que pueden ser resultado de las facultades humanas”. Levrero hizo un importante esfuerzo de condensación de conceptos; y el resultado es claro, ordenado y didáctico.
Si intentáramos un juego de cercanías y distancias entre el Manual... y la literatura de Levrero, habría que señalar que es posible establecer un enlace explícito de contenidos: la idea del arte como hipnosis (aspecto central tomado como eje de la exposición “Levrero hipnótico” que se puede ver en el Centro Cultural de España de Montevideo), el interés por comprender el estado de “trance” y los diversos rituales (“mancias”) que permiten un trato más directo con el Inconsciente, la atención a “todo cambio brusco, espontáneo o provocado, de la personalidad psicológica”. La distancia mayor estaría en el lenguaje. El Manual... es una explicación normalizadora de lo insólito que presenta de forma depurada un conocimiento vulgarizado, mientras que su literatura se place en la subversión y el riesgo. Un ejemplo menor y llamativo es el uso que hace de las siglas en el Manual... En la página 101: “La ST (sugestión telepática) y la HT (hipnosis telepática) son tan posibles como la sugestión y la hipnosis en presencia del sujeto”. Es imposible no recordar la burla que Levrero escribirá, en su columna de la revista Posdata en la década del noventa, en las “Irrupciones 13”: “Leyendo un periódico (LUP), me empezó a molestar en cierto momento (CM) la proliferación de siglas (PDS), que continuamente remitía a otros lugares (OL) del artículo, en busca del significado (BDS)…”.
Folleto para estudiantes
Esta última edición del Manual... suma dos textos: un inédito, fechado el 4 de junio de 1978, “Tratado especulativo de Parapsicología” (Apéndice IV) y un artículo titulado “Parapsicología: una ciencia frente a los prejuicios”, publicado en el diario La Mañana el 31 de agosto de 1981 (Apéndice V). El inédito pudo haber integrado el Manual..., y resulta muy significativo que haya quedado afuera, porque es un hermoso texto, libre, atrevido, inseguro, extraño al tono del Manual... El artículo publicado en la prensa argumenta de manera combativa por el carácter científico del conocimiento que aporta la parapsicología. Al final, hace una defensa del intento de arrojar un “poco de luz en las tinieblas del Inconsciente humano, el gran protagonista”. En algún momento del Manual... se nombra al pasar a Sigmund Freud, que aparece citado en la bibliografía con el libro Esquema del Psicoanálisis, y la aclaración: “editado en Montevideo en forma de folleto para estudiantes”. Esta manera de citarlo, en un formato de divulgación, podría tomarse como un apunte más para el análisis de la relación ambigua que Levrero tenía con Freud, como con todas las figuras de autoridad. Este Manual..., un objeto que los lectores de Levrero pueden percibir tan ajeno como propio de su mundo, está cargado con las ambivalencias que caracterizan la vida y la obra de su autor.
MANUAL DE PARAPSICOLOGÍA, de Mario Levrero (edición ampliada). Criatura Editora, 2019. Montevideo, 138 págs. Distribuye Escaramuza.