Desde Sicilia

Nada es lo que parece: un policial eficaz de Andrea Camilleri, pero sin el comisario Montalbano

Novela corta donde, de forma curiosa, el pintor impresionista Renoir también cobra protagonismo

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Andrea Camilleri
Andrea Camilleri
(Ernesto Ruscio/ Getty Images/ Archivo El País)

por Juan de Marsilio
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Muerto Andrea Camilleri (1925–2019), y tras haber escrito la muerte de su personaje estrella, el querible Comisario Salvo Montalbano, se hace más fácil justipreciar el resto de la obra de Camilleri, sea o no policial.

En El cielo robado, Camilleri aborda la intriga policial de un modo inusitado: la novela epistolar, es decir, la que hace avanzar el relato mediante sucesivas cartas. En este caso se presentan sólo las de un interlocutor, un notario siciliano, adinerado pero de vida anodina, cuyo único destaque aparente es el haber publicado, de joven, un libro en el que probaba que ciertos frescos de una iglesia de Calabria habían sido rehechos por el pintor impresionista francés Pierre–Auguste Renoir (1841–1919), librito que pasara sin pena ni gloria.

El caso es que, en la vejez, una mujer escribe al notario para elogiarlo por la obra, y se inicia entre ellos una correspondencia que devendrá, en el septuagenario profesional, en una verdadera pasión hasta cierto punto ridícula, dadas las más de tres décadas de diferencia de edad y la belleza de la mujer, de la que el notario se entera por un par de fotos que ella le envía. El affaire, cuya consumación la mujer posterga en hábil juego de seducción, derivará en crimen, porque ni la bella cuarentona ni el notario de Agrigento son lo que dicen ser.

El detalle magistral de esta novela corta, en lo que respecta al estilo, es el modo en que, sin mostrar una sola línea escrita por la mujer, la va constituyendo en objeto de deseo a través de la mirada, tan apasionada como senil, de su corresponsal. Camilleri hace un eficaz contraste entre el cuerpo epistolar de la novela y su cierre, constituido por un testimonio escrito por el sobrino y heredero de la víctima y los intercambios administrativos entre el comisario que lleva el caso y el juez encargado de las investigaciones preliminares.

La “vuelta de tuerca” que cierra el caso, aunque surge de una intuición con cierta base lógica, sí, pero fiada del olfato del policía que lo lleva, y resistida al principio por el juez, es a la vez inesperada y verosímil en todo detalle, requisito imprescindible para un buen relato policial.

Un valor agregado de este trabajo de Camilleri es la amplia documentación sobre la vida y obra de Renoir, evidenciada en la bibliografía que cierra el volumen.

EL CIELO ROBADO, de Andrea Camilleri. Gatopardo, 2022. Barcelona, 120 págs. Traducción de Teresa Clavel.

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