por José Arenas
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La novela es un género que se derrumba. Y no es eso una situación necesariamente mala. Las formas tradicionales de la novela han ido mutando y se han ido marchitando, a la vez que nacen nuevas maneras de construir un libro alrededor del concepto de novela. Estos textos proponen un desafío para el lector, y borran de un plumazo la fórmula por la cual el escritor lo da todo y es el lector quien recibe. El fenómeno textual se construye en una negociación de ambas partes. El mero entretenimiento en sentido frívolo se sustituye por una manera de entretener el pensamiento y la construcción de semántica.
¿Quiénes somos ahora?, la nueva novela de Katya Adaui, constituye un tipo de ruptura en varios sentidos. El texto es una serie de capítulos que, a manera de escombros de una casa derruida, sirven para reconstruir la historia de una familia promedio con dramas profundos e inquietantes. El lector camina entre el desastre de una estructura que yace por el suelo, se encuentra con cada uno de los ladrillos destruidos y extrae de allí la historia. El polvo poético de la narrativa se recoge de de cada uno de los capítulos que fueron parte del derrumbe.
La premisa parece sencilla: una escritora peruana vive en la ciudad de Buenos Aires. Desde la extrañeza de la ciudad ajena recorre las ruinas de la memoria, entre el camino sinuoso y aún con peligro de caída de restos. Cada capítulo —con estética de unitario— construye un puzle que muestra, entre otras cosas, el retrato sepia y blurred de una familia que en realidad es una serie de personas conviviendo en un lugar y en un tiempo histórico. Quizá no se pueda decir que lo que la memoria de la protagonista rearma sea una familia o, por el contrario, eso sea la forma más descarnada de familia moderna de clase media en el siglo XX. De pronto, lo que debió ser un “hogar” aparece como un sitio de paso por lo amargo, un “no lugar” para el recuerdo impertinente.
En la bella constelación de personajes que propone ¿Quiénes somos ahora?, todo aparece con una herida. Hay una mascota que agoniza, una madre que ha sufrido un accidente, unos regalos que nunca fueron dados, un padre que hace de su presencia un fantasma y alguien que, con punto cruz, va trayendo a la trama neblinosa los conflictos, las heridas, la lírica sensación del dolor común.
La narrativa de Katya Adaui tiene impronta de tatuaje soñado y perfecto; duele, es bella, no se va.
¿QUIÉNES SOMOS AHORA?, de Katya Adaui. Random House, 2024. Buenos Aires, 221 págs.