Inventario de tres libros

SPINOZA. Una política del cuerpo social, de Cristian Andrés Tejeda Gómez. Gedisa, 2020. Barcelona, 158 págs.

La complejidad discursiva y el atractivo contestatario de Baruch Spinoza hacen a la vez deseable y difícil entrar a su mundo. Por eso proliferan los exégetas de su breve obra, como el académico y periodista chileno que firma este libro de profusa bibliografía y encare interesado. Basándose en el costado político de la obra del filósofo neerlandés —repelido por cristianos y judíos— Tejeda la aplica a la historia reciente de Chile de un modo bastante “traído de los pelos”. El ensayo sirve para acercar a Spinoza a un público que lo desconoce, contando detalles de su vida y algunas de las premisas básicas en que fundamentó su concepción del hombre, la razón, las pasiones y la felicidad. Si resulta arduo, siempre se puede optar por leer el breve relato del Nobel Isaac Bashevis Singer titulado “El Spinoza de la calle Market”, que desde la ficción ilustra tanto sobre el filósofo como sobre sus intérpretes.

LA VERDADERA HISTORIA DE TACUAREMBÓ, de Marcos Ibarra. Yaugurú, 2021. Montevideo, 62 págs.

Tacuarembó poblada de artistas, poetas y magos de la sobrevivencia es la cuna y el escenario de esta novela breve e intensa de Marcos Ibarra (n. 1958), que obtuvo segunda mención en el Premio Onetti de la IMM 2020. Como la verdadera historia nunca o casi nunca es la oficial, Ibarra cuenta la otra: sorprendente, asqueante, divertida, letal. Así, personajes de barrio con sus dramitas pasionales y suicidas en potencia ven pasar a Jimi Hendrix por las mismas veredas que pisó Darnauchans.

LO VIRAL, de Jorge Carrión. Galaxia Gutenberg, 2020. Barcelona, 176 págs.

Autodefinido como un “falso diario” este texto del escritor catalán Jorge Carrión (n. 1976) entró temprano en la ya nutrida biblioteca literaria del Covid-19, puesto que registra un lapso que va desde el 17 de noviembre de 2019 hasta el 2 de mayo de 2020. Por momentos ortodoxo y oficialista, y en otros con cautelosa ironía disidente, Carrión habla de la enfermedad, los aplausos a los enfermeros, los protocolos y las narrativas del encierro, pero también de la viralidad informativa y mental, de la dependencia de las redes y la televisión, y de cómo el ser humano enfrentará el día después, cuando las “emergencias sanitaria, funeraria y psicológica terminen” y la crisis económica despliegue su propio poder de contagio. Si apareciera, por decir, un virus informático capaz de paralizar de nuevo al mundo, ¿cuál sería la vacuna?