Desdramatizar el fútbol, ir más allá de los dirigentes y la AUFpara poner el ojo en los aspectos humanos de futbolistas y entrenadores; agregar valor a la transmisión con reflexiones y análisis; mechar la cultura en las charlas diarias, o por qué no hablar de la vida; usar canciones de La Vela o Buitres para cortinar los equipos en vez de los clásicos himnos; vivir el fútbol como un juego y tomarlo como un vehículo para comunicar y entretener; conformar buenos equipos, captar talentos y tener la generosidad de soltarlos: todo eso es parte del gen de 13 a 0. Seguro esto le resonará si alguna vez escuchó este proyecto que el Profe Ricardo Piñeyrúa pergeñó 30 años atrás con ansias de crear un programa deportivo distinto a todo lo que había sin pretender llegar a las masas, aunque terminó colándose y ganándose un lugar de prestigio en el dial gracias a su estilo único e inconfundible y esa fiel forma de ser que se resume en su famoso eslogan: si no lo sentís, no lo entendés.
Unos días antes de arrancar la temporada 2023, el Profe armó un tweet para anunciar la vuelta al aire de 13 a 0 por Del Sol FM y, mientras lo escribía, sacó cuentas y se percató de que eran 30 años. “Son muchos y yo tengo 70, es casi la mitad de mi vida. Y no solo eso: es mi vida. Hago otras cosas pero esto es mi vida. Me pagan por hacer terapia. Entonces dije ‘tenemos que celebrarlo’”, comenta emocionado a Domingo. Entre las ideas que se le ocurrieron apareció un documental y una fiesta que reunió a las más de 50 personas que pasaron por 13 a 0 en sus primeras tres décadas de vida (ver recuadro).
No abundan los proyectos que logran llegar a los 30 años, así que el Profe sintió que era una linda excusa para celebrar. Armó un ciclo de visitas con los viejos integrantes de este programa que ha sido un semillero -pasaron Rafa Villanueva, el Piñe, El Sueco Leiva, Alejandro Camino, Fernando Tetes, Martín Rodríguez, Wilmar Amaral, Nicolás Vigliola, entre otros- y el reencuentro estuvo cargado de emoción. Se armó una transmisión especial para el partido Uruguay - Chile donde ex integrantes ejercieron la función que tenían antaño, y rodaron un material audiovisual para contar la historia de 13 a 0 en 13 capítulos de 8-10 minutos que está en fase de producción. “Alguno dijo que después tenemos hacer uno solo, colgarlo en una plataforma y presentarlo en algún lado”, comenta el Profe.
![Más de 50 ex y actuales en la fiesta por los 30 años el 22 de noviembre en Magnolio Sala.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/866180f/2147483647/strip/true/crop/800x450+0+0/resize/800x450!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fe3%2Fc1%2F71b78fb649c9b0c9d089c43c471b%2Fwhatsapp-image-2023-12-03-at-10-55-46.jpeg)
El 22 de noviembre presentaron el primer capítulo de esta suerte de documental en la fiesta que organizaron en Magnolio Sala para coronar los homenajes por las tres décadas. Dijeron presente la familia, los actuales y los ex y hubo un gran show: abrió Luciano Supervielle (autor de la cortina musical de 13 a 0), luego tocaron Spuntone & Mendaro, Christian Cary y cerró Maia Castro. Esa noche el Profe expresó ante el auditorio: “Nos propusimos hacer cosas diferentes y lo conseguimos, y todo con honestidad intelectual”.
Superville, en tanto, se ha sentido siempre identificado con 13 a 0 por esa "mirada responsable y muy consciente del lugar que ocupa el fútbol en la sociedad", dijo a Domingo.Y añadió: "Han sabido siempre ser respetuoso con las personas sobre las que hablan".
Este periodista y mentor está convencido de que la permanencia del programa se basa en que fue su objetivo de vida, así como de los que están hoy (son más de 20) y los que han participado. “Es nuestro mundo, para mí es como un hijo”, confiesa el Profe. Y se explaya: “Es como el almacén de la familia: ha estado mi hijo (el Piñe), mi nieto mayor fue operador varias veces, a uno de mis nietos mellizos le gusta mucho y es probable que venga a trabajar. Llegué a comentar con mis nietos a upa”.
Transmite y contagia ese amor por el programa. Según el periodista Santiago Díaz, logra que rápido te pongas la camiseta, defiendas a capa y espada esa forma de hacer comunicación y la incorpores. Los que han estado por años coinciden en que es imposible separar su historia de vida de 13 a 0.
“Estando en 13 a 0 me casé, tuve hijos, cambié de trabajo, conocí países que jamás imaginé por coberturas, me operaron del corazón, me separé. Es difícil imaginarme fuera porque lo veo como mi propia vida”, declara el relator Álvaro González Márquez, que está hace 25 años.
Gonzalo Delgado integra el staff desde el día uno y lo siente igual: “Los mojones importantes de mi vida pasaron mientras yo era parte de 13 a 0: tener hijos, la muerte de mi padre, juntarme, separarme. Es imposible separar mi línea de tiempo de eso y además con un tipo que es como mi segundo padre”, expresa a Domingo.
La periodista y productora Virginia Ithurbide renunció a varios trabajos a lo largo de su carrera pero no se le pasa por la cabeza irse de 13 a 0: “No puedo, es mi casa”, confiesa.
Jorge Piñeyrúa -el Piñe- asegura que 13 a 0 es un lugar querible y deja una marca en todos los que pasan: “Hay una calidez humana difícil de lograr en los medios y eso es mérito 100% de mi padre”.
No era de escuchar radio hasta que se cruzó con Fútbol & Compañía y lo enamoró. Rafa Villanueva se recuerda como un oyente intenso, de esos que llamaban apenas se abrían los teléfonos y de los que caía de visita a la radio con un disco de regalo porque disfrutaba más si su música favorita sonaba en el programa que en su grabador. Lo tenían calado, y cuando en 1998 el equipo se dividió, Rómulo Martínez lo sorprendió invitándolo a sumarse a Radio Mundo. Rafa tenía 23 años, estaba terminando el liceo porque había tenido que arrancar a trabajar muy temprano, y su idea era inscribirse en la Facultad de Psicología, pero ese llamado alteró todos sus planes.
“Lo hablé con mi pareja. Necesitaba alguien que me dijera ‘agarrá, yo banco la olla un año y después vemos’. Fue lo que pasó. Empecé, y antes de los dos años ya estaba en la tele”, cuenta a Domingo. Al tiempo, Rómulo se mudó a Rivera, Rafa se encontró “en pampa y la vía” con el nuevo equipo, el Profe se enteró de la situación y se le acercó una tarde en el Parque Viera. “Me saludó, me dijo que tenía que hablar conmigo, yo me imaginé por dónde venía la mano y la respuesta fue ‘si es para llevarte los bizcochos, ya te digo que sí’”, rememora quien vivió nueve hermosos años en 13 a 0 . Y concluye: “Me torció el rumbo porque Comunicación no lo tenía en cuenta. Me abrió un mundo nuevo, me cambió la vida para siempre”.
A pulmón
![Buena parte del equipo de 13 a 0 en los pasillos de radio El Espectador.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/d71f7b8/2147483647/strip/true/crop/480x320+0+0/resize/480x320!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fcc%2Fc2%2Fe0e2c8da4c189f61908165e9c329%2Fimg-9256.jpg)
El Profe desembarcó en Nuevo Tiempo de la mano de Sergio Gorzy para hacer juntos Fútbol de primera. Cuando Gorzy se bajó, Néber Araújo (uno de los directores de la radio 30 años atrás) le ofreció quedarse y el Profe decidió rebautizar el proyecto como Fútbol & Compañía porque entendía que no podía usar un nombre que no era suyo -recién se llamaron 13 a 0 en 1998, al mudarse a El Espectador (ver recuadro)-. Junto al periodista Rómulo Martínez Chenlo crearon las bases fundamentales del programa: desdramatizar el fútbol, mechar temas culturales e ir hacia la faceta humana de los protagonistas. “En aquel momento entrevistar a un futbolista y preguntarle cómo era su vida o sobre su familia no era tan común, todo iba mucho más al fútbol”, reconoce el Profe.
Nuevo Tiempo no tenía programación los fines de semana así que se sabía a qué hora empezaban pero nunca cuándo terminaban: supo estirarse hasta las dos de la mañana. “Éramos muy jóvenes, estábamos muy entusiasmados y teníamos muy buena respuesta”, repasa el Profe. Y revela entre risas que la radio había contratado a alguien para controlarlos: “Decían ‘los peludos estos’. Con el tiempo se dieron cuenta de que lo que queríamos era hacer radio, lo hacíamos con un cariño bárbaro, no rompíamos nada y el hombre desapareció”.
El Piñe recuerda con mucho cariño esos inicios donde todo se hacía a pulmón, nunca tenían cabina para transmitir y celebraban como un gol cada vez que entraba un aviso: “Era una nueva historia que empezaba con mucho sacrificio, éramos absolutamente desconocidos. Era gente que se quería mucho con una gran ilusión y muchas ganas; dejábamos la vida en la cancha para que nos fuera bien”, destaca el actual gerente de Grupo Magnolio.
Fueron Fútbol & Compañía (en honor al clásico de la vecina orilla Badía y compañía) hasta que en 1998 se dio el pase de Nuevo Tiempo a El Espectador y hubo que rebautizar el programa porque Javier Massa, administrador de la 810 AM por ese entonces, no quería un nombre heredado de otra emisora. “Más adelante, con la pérdida del nombre 13 a 0 al pasar a Del Sol, me enteré que la radio había registrado Fútbol & Compañía así que igual no lo hubiéramos podido llevar”, cuenta el Profe. Lo cierto es que 13 a 0 no surgió de ninguno de los comunicadores, sino que se le ocurrió a alguien de una agencia de publicidad. Les preguntó cuántos eran, ellos contestaron 13, otro les sugirió Pelotas y Planetas, al Profe le pareció un espanto, se lo dijo a Massa, y al día siguiente apareció en la reunión ese que había querido saber cuántos eran y les propuso 13 a 0. “Es un resultado deportivo, el 13 es un número muy especial y nos dijo la simbología, que ya no recuerdo. Yo compré el logo, me encantó y fue un acierto”, reconoce.
El eslogan fue otra pegada. Primero usaban el fútbol en tus oídos, pero un día el Piñe y Andrés Rodríguez le comentaron al Profe que habían visto una bandera con inscripción si no lo sentís, no lo entendés en una cancha (no saben cuál), le plantearon cambiarlo y así fue. “Calzaba justo: tenés que escucharlo para entenderlo y sentirlo para quererlo”, resume el Piñe.
La mudanza a Del Sol en 2017 implicó volver al nombre inicial: “Tenía un contrato que decía que si me iba de El Espectador no podía usar 13 a 0. Empecé a averiguar y Nuevo Tiempo había dejado el registro de Fútbol & Compañía, así que lo registré y lo pude usar”, cuenta. A Marcos Silva se le ocurrió una prenda: cada vez que alguno le errara al nombre al aire tenía que poner $ 20 en una lata que nunca llegaron a abrir.
“En ese ínterin nos hicieron un juicio por el uso de 13 a 0: en alguna red habíamos puesto algo como ‘ex 13 a 0’. Fuimos a una audiencia, y con el abogado nos iluminamos y les dijimos ‘les pagamos esta plata pero nos dan el nombre’. Al final hicimos un acuerdo,les pagamos mucho menos de lo que habían pedido y nos lo devolvieron. Al año Magnolio compra El Espectador, o sea que igual lo hubiéramos recuperado”, razona el Profe.
“Patriada”
González Márquez define 13 a 0 como un programa de entretenimientos que tiene transmisiones de fútbol. “Es esencialmente un programa de radio que habla de fútbol como podría hablar de cualquier otra cosa”, según Gonzalo Delgado.
Santiago Díaz asegura que 13 a 0 revolucionó el periodismo deportivo: “En su momento, ponerse a hablar de música, literatura, series, cine y relacionarlo con el deporte en un tono diferente generó una impronta muy reconocible que perdura hasta hoy”. Eso se tradujo en la construcción de una audiencia fiel donde se confunde quién es el emisor y el receptor. En síntesis, una comunidad. Es más, Santiago tiene amigos que conoció porque eran oyentes de 13 a 0, en los 18 años que estuvo allí.
Esta impronta no es casual. Tiene que ver con la inspiración que el Profe sacó del libro de Vargas Llosa Conversaciones en la Catedral: buscó que cada uno de los que entraba en acción llevara historias del fútbol, de jugadores, de lo que pasaba en un partido. E imprimió un sello de identidad que transformó a 13 a 0 en un programa de culto. “Esa tónica de empezar el programa sin saber de qué vamos a hablar se fue transformando en un estilo, entonces contamos algo que nos pasó o el lío en el tráfico. Es lo que más le gusta a los oyentes (me lo dicen) y eso es de culto: a la gente le interesa estar en una conversación como si estuviera ahí”, explica el Profe.
Innovar también le dio dolores de cabeza con los anunciantes: “El Profe le tuvo paciencia al proyecto y lo bancó, incluso cuando daba la sensación de que no funcionaba comercialmente”, comenta Gonzalo.
“Él lo fundó, lo hizo con su estilo, contra la corriente y lo sostuvo. Empezar una patriada de estas sin el respaldo de grandes medios ni grandes empresas, lograr mantenerse 30 años y ser un programa referente del periodismo deportivo es para sentirse orgulloso”, destaca el Piñe.
Alma de Profe
![El Profe y el relator Álvaro González Márquez en el Mundial de Rusia 2018.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/da1177c/2147483647/strip/true/crop/992x744+0+0/resize/992x744!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F0a%2Fe4%2F6aced2984d3db89cc435b08f6a28%2Fpara-subir3.jpeg)
El liderazgo horizontal del Profe ha sido clave en el éxito de 13 a 0. Es defensor del concepto de la libertad creativa: “Las personas tienen talento, hay que permitirles que lo saquen a partir de hacer y equivocarse. Es importante que cada uno sea libre de expresar. Estoy convencido de que he crecido y mejorado en la vida gracias a la libertad de los que me rodean”, asegura el Profe.
Virginia no tiene recuerdos de su jefe enojado o de un rezongo en 17 años. “Te podés equivocar tranquila y eso es un diferencial”, asegura. Las devoluciones del Profe son desde la amabilidad y calidez, por eso es difícil que reciba un no como respuesta. Y pone un ejemplo: “Estar enferma, querer llevarle un certificado y que te diga ‘¿cómo no voy a confiar en tu palabra?’: son pequeñas cosas que van haciendo que después, cuando te necesita, cómo le vas a decir que no, si él siempre está”.
González Márquez le agradece la libertad que le ha dado siempre: “Es muy cercano sin ser invasivo. Podés contar con él pero sin rendir cuentas. Te deja ser. Políticamente somos lo opuesto y jamás me dijo ‘no hables de este tema o no opines tal cosa’. Ese liderazgo hace que el compromiso se dé sin que te lo pida”.
Anécdotas tienen miles, pero hay una que es fiel reflejo de los inicios de 13 a 0. Jugaba Peñarol contra Rampla en Las Acacias, dos días atrás se habían dado incidentes en un partido entre Nacional de Medellín y Peñarol por Copa Libertadores y Gonzalo Delgado estaba haciendo vestuarios y de pronto aparecieron dos policías: “Nos vas a acompañar, vos estabas en los incidentes de Peñarol”, le dijeron. “Yo estaba laburando en un vestuario, al aire, más pruebas que eso...”, les contestó. “Con mi aspecto no tenía mucha incidencia sobre la autoridad, pero el Profe vio la jugada y zafé porque los encaró: un señor, de camisa. Con mi remera de La Vela diciendo que no había tenido nada que ver no iba a llegar a buen puerto”, cuenta.
Rafa Villanueva lo define como un líder ameno y amigable, de los que no abundan. “Es la única persona a la que le conozco esa capacidad. Teníamos la libertad para hacer lo que se nos cantara, equivocarnos la cantidad de veces que fuera necesario. Desde ese lugar se hacía respetar. Nadie le decía que no. El tipo te convencía. Era precioso laburar con él”, elogia. En 13 a 0 descubrió su vocación y encontró en el Profe un referente: “Tenía un problema y lo consultaba con él. Fue siempre un faro. Tiene un manejo de grupo impresionante. Yo le digo alma de profe”, repasa emocionado el conductor de Súbete a mi moto (La Tele).
Rafa no fue el único que dio sus primeros pasos en 13 a 0, creció y voló. Es que el Profe también se caracteriza por ser un excelente reclutador de talentos -por ahí pasaron Alejandro Camino, el Piñe, Martín Rodríguez, Andrés Reyes, Fernando Tetes, Nicolás Vigliola, el Sueco Leiva, etc.-, dar oportunidades y alegrarse si se van para crecer: “Tuvo la capacidad de generar un semillero impresionante, de dar vida y entender que la gente vuela cuando necesita volar. Cero celos”, apunta Gonzalo.
La mudanza
La última etapa en El Espectador fue compleja: la relación con las autoridades de la 810 AM era cada vez más tensa y el Profe pensó que iba a quedarse sin radio y, por ende, sin su amado proyecto. Pero una charla en la playa de San Francisco con su hijo le devolvió el alma al cuerpo. Mientras tomaban mate le dijo: ‘Te voy a decir algo pero no digas nada’. Le contó sobre el proyecto (Del Sol) y le dijo ‘estoy esperando el sí de una persona para arrancar’. ‘No voy a decir nada pero me acabas de cambiar el ánimo del verano’, le respondió.
El Profe está súper agradecido con Magnolio pero el Piñe dice que fue su padre el que le salvó la vida a él: “Del Sol llegó en un momento justo para 13 a 0 pero para nosotros era re importante que ellos estuvieran porque es un programa deportivo con gran prestigio que calza perfecto con una FM, que tiene al Profe y un gran equipo. Fue un ganar- ganar. Yo estoy mucho más agradecido de que hayan venido que lo que tienen que estar ellos”.
Legado
![El Profe Piñeyrúa en los estudios de Del Sol.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/cb4912e/2147483647/strip/true/crop/1392x928+0+0/resize/1392x928!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fd8%2F89%2F0275e451420bafe4213ca9088875%2Fricardo-pineyrua-15817516.jpg)
El Profe sabe que si algún día dejara de ir a la radio el programa funcionaría solo porque tiene a la gente capacitada para que eso pase, y aunque por ahora no piensa retirarse, repite un cuento futbolero a sus compañeros cuando hablan del tema: “El capitán estaba viejo pero nadie se animaba a decirle nada. En el entretiempo se tiraba en la camilla y dormía una siesta antes de entrar al segundo tiempo y un día no lo despertaron. Yo jorobo y les digo ‘no me dejen dormir la siesta, díganmelo antes’. Pero por ahora sigo teniendo ganas”.
Su equipo, los ex y los oyentes saben que esa posibilidad existe y en algún momento va a suceder, pero les resulta casi imposible imaginarse 13 a 0 sin el Profe porque él es mentor, el creador y el corazón del programa. González Márquez suele decirle que él se irá detrás suyo, pero también opina que continuar el programa sería “una confirmación de que todo ese trabajo que él llevó adelante (educar y transmitir conocimiento) no cayó en saco roto”.
Virginia está segura de que el equipo está tan bien engranado que funciona de memoria pero no se imagina (o no quiere imaginar) el día que el Profe dé un paso al costado: “Creo que al final del camino, más allá de Gonza, de mí y de Alvarito (los más viejos), la gente también está por él”, destaca.
Para Santiago decir 13 a 0 es hablar del Profe Piñeyrúa: “Me genera dudas qué puede pasar cuando no esté por su influencia en la interna y la externa. Ojalá que se quede siempre porque esa manera de comprender el juego, el deporte y la comunicación tiene que estar representada”, reflexiona.
El Piñe lo honra dándole libertad de acción, ese valor que su padre tanto pregona: “El referente del programa es él pero se ganó todo el derecho a hacer lo que tenga ganas. Es como la transmisión de la CX 22 sin Kesman, el resto son unos cracs, y la transmisión podría seguir pero Kesman es Kesman, y le robo el eslogan: el Profe es el Profe”.