El 24 de marzo de 2005, se estrenaba The Office, la serie que, contra todos los pronósticos, se volvió una de las más queridas por el público y premiada por la crítica. Pocos esperaban el éxito rotundo, ya que la versión británica y original del formato, creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, se había emitido entre 2001 y 2003 sin obtener el desempeño esperado.
La versión estadounidense, sin embargo, sigue siendo aclamada casi 12 años después de emitirse su último episodio. La historia capturaba la vida cotidiana de los empleados de la papelera Dunder Mifflin, y fue allí, en el detalle de las cosas ordinarias y comunes de una oficina, donde encontró el secreto de un éxito que, además, tenía otro elemento fundamental: Steve Carell (62).
Hasta la séptima temporada —la serie tiene nueve en total y 201 episodios— el actor encarnó a Michael Scott, un jefe desastroso que se cree importante y gracioso, y que el público amaba odiar.
De alguna forma y, sobre todo, a partir de la segunda temporada, Carell logró conectar con el público de una manera profunda, a punto de que muchos comparan el enredo de la serie con sus ambientes de trabajo y jefes de la vida real. De hecho, una curiosidad que explica esa identificación, es que los guionistas de la serie solían frecuentar oficinas para captar la esencia y escribir el material.
Llena de improvisaciones y con un formato de falso documental, con actores hablando a la cámara, muchos críticos sostuvieron en la época de su pico máximo de popularidad —entre la cuarta y quinta temporada— que The Office estaba cambiando la forma de ver comedia en Estados Unidos. No es casualidad que haya cosechado 42 nominaciones a los Premios Emmy. También fue nombrada como mejor serie de TV por el American Film Institute en 2006 y 2008, y ganó dos Premios del Sindicato de Actores en 2006 y 2007. Además, por Michael Scott, Carell ganó un Globo de Oro al Mejor Actor en una Comedia o Musical de Televisión en 2006.
De la historia a la actuación
Carell tiene raíces italianas, sus abuelos emigraron a Estados Unidos y el apellido original de su familia paterna es, en realidad, Caroselli. Su padre decidió cambiarlo y él cree que fue para integrarse más fácilmente a la sociedad estadounidense, aunque le gusta el nombre original.
Nació y creció en Concord, Massachusetts, y es el cuarto hijo de un ingeniero eléctrico y una enfermera. De chico le interesaba el deporte y jugaba hockey sobre hielo. También la música era una asignatura que le atraía y, por eso, aprendió a tocar la flauta. Durante esos primeros años de formación, además, integró un grupo de recreación histórica que representaba el X Regimiento de Infantería North Lincoln. A esta actividad, Carell le atribuye el gusto que desarrolló por la historia, a punto de elegir esta disciplina para sus estudios terciarios. Sí, el actor Steve Carell es, también, historiador.
Mientras estudiaba en la universidad, el gusto por el teatro ya estaba presente en su vida, pero había un sentimiento de compromiso con su familia que lo frenaba. “Mi mamá trabajaba de noche. Sentía que les debía algo que sonara mejor que: ‘Voy a ser actor’. No me parecía una carrera válida en ese entonces. Quería decir palabras como ‘doctor’ o ‘abogado’, porque había escuchado que esas eran profesiones de verdad”, confesó a New York Times.
Sin embargo, después de concluir sus estudios algo cambió. “Mis padres vieron lo mucho que me encantaba actuar, era algo que había hecho por diversión desde niño, y me dijeron: ‘Tienes que hacerlo’”, recordó. Fue así en que en 1989 se unió a la compañía de improvisación Second City de Chicago y todo empezó a suceder muy rápido. Su debut en el cine fue en 1991 con La pequeña pícara, tras un breve paso por salas de teatro y pequeños papeles.
De 1999 a 2005 fue corresponsal en The Daily Show, programa de noticias que satiriza principalmente la política estadounidense. Su actuación en la televisión lo llevó a obtener el icónico papel de Michael Scott, donde actuó hasta el 2013.

Antes de eso, ya había actuado en Todopoderoso (2003), protagonizada por Jim Carrey y Morgan Freeman; en 2004 participó de la comedia El reportero: la leyenda de Ron Burgundy, y de la comedia romántica Melinda y Melinda, dirigida por Woody Allen. Estas producciones lo fueron acercando a la fama que vendría de manera avasalladora con el estreno de The Office, en 2005, mismo año que protagonizó Virgen a los 40, película que terminó de convertirlo en una estrella de cine.
Tras el éxito rotundo de la serie de NBC, siguió haciendo cine y se probó como actor todoterreno en películas como Pequeña Miss Sunshine (2006), Mi Villano Favorito (2010), donde hace la voz de Gru, Foxcatcher (2014), por la cual recibió una nominación al Oscar, y demostró sus habilidades como actor de drama; La Batalla de los sexos (2017) y Beautiful Boy: Siempre serás mi hijo, que cuenta la desgarradora experiencia de un padre (Carell) que observa cómo su hijo (Timothee Chalamet) se pierde en la drogadicción. También se lució en la serie dramática The Morning Show, y en el elogiado thriller psicológico El paciente (2022).
Reservado en su vida privada, está casado desde 1995 con la actriz Nancy Walls, con quien tiene dos hijos.
La magia del chiste malo
Elegida por BBC Culture, Rolling Stone y la plataforma OnBuy como una de las mejores series del siglo XXI, The Office ha recibido elogios generalizados de la crítica. Su último episodio se emitió un 16 de mayo de 2013. Carell, sin embargo, ya había dejado la serie para ese entonces.
En 2023, diez años después de aquella salida que dejó a muchos sin entender, contó en una entrevista que, en realidad, los ejecutivos de la serie no lo buscaron para negociar la renovación de su contrato en la época. Una de las explicaciones de la inesperada salida fue el cambio de mando y la llegada de un nuevo presidente a la NBC.
Además de personajes icónicos, como Dwight, interpretado de forma brillante por Rainn Wilson, la producción dejó chistes que sus fanáticos no olvidan, por ejemplo de “that’s what she said” (fue lo que ella dijo). En la serie, Michael Scott utilizaba la broma cada vez que escuchaba una frase con potenciales connotaciones sexuales, convirtiendo comentarios inocentes en algo sugerente.
En una entrevista reciente con la BBC, Carell habló sobre la famosa frase y coincidió con un oyente, que admitió que no encontraba tan divertido el chiste. El actor explicó que, si bien fue divertido en ese momento, el verdadero humor surgió del hecho de que era una broma de mal gusto. “Ese es el chiste: ser de mal gusto. El personaje no era bueno para la comedia y la gente olvida que el programa es una sátira sobre eso”, comentó. Y reveló que hasta el día de hoy, muchos fanáticos repiten la frase cuando lo encuentran en la calle.
Una serie que hizo historia y tendrá spin-off
La dinámica laboral de un grupo de oficinistas puede, a simple vista, ser la idea más aburrida para una serie. Sin embargo, en The Office las situaciones absurdas (que, si pensamos un poco, también existen en la vida real), lograron captar la atención de millones. Y aunque la serie terminó hace más de una década, su espíritu continúa muy vivo a través de diferentes versiones en otros países. La más reciente es The Office Australia, estrenada en octubre y disponible en Prime Video.
En 2024, Peacock, el servicio de streaming de la NBC, anunció un spin-off en el que estarán estrellas como Sabrina Impacciatore y Domhnall Gleeson. Oscar Nuñez es el único actor del elenco original confirmado hasta el momento.
La historia ahora se desarrollará en la redacción de un diario con problemas financieros. La fecha de estreno aún no fue anunciada pero, mientras, se puede conmemorar el 20° aniversario de la serie original y revivir los episodios a través de SkyShowtime, Netflix, Prime Video y Movistar Plus+.
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