NOMBRES

Parece algo timorato y confundido. Fuma compulsivamente y siempre está dispuesto a desacreditar una explicación supersticiosa en beneficio de una más científica. Aunque el personaje no tiene más de 40 años parece bastante más envejecido y más bien frágil. Sin embargo, todos estos atributos seguramente tienen que ver con el enorme éxito del personaje de estas historias fantásticas que está conquistando audiencias en Netflix.

Ahmed Amin (40) es el actor egipcio que encarna al doctor Refaat Ismail, un hematólogo que se ve envuelto en sucesos sobrenaturales en la serie Paranormal. Él y Maggie, encarnada por la actriz Razane Jammal, conforman la pareja de investigadores que de algún modo evocan a Fox Mulder y Dana Scully, la pareja que en los 90 descollaron con la serie de culto X Files. La racionalidad de uno y el espíritu aventurero de otro componían un dueto inigualable para enfrentar el enigma de turno. En Paranormal los roles se invierten y es Refaat quien duda constantemente y procura poner la ciencia al servicio de su búsqueda de la verdad. Lo cierto es que, al igual que en aquella recordada serie norteamericana, funciona en la propuesta egipcia.

Y, en buena medida, la capacidad interpretativa y el carisma que despliega Ahmed Amin en pantalla explican el éxito de la serie. Un papel que, según el propio Amin ha admitido en entrevistas, supuso un verdadero desafío ya que debió adaptarse a las exigencias de la compleja personalidad del personaje.

“Mi personaje y yo somos muy diferentes. El caminar, las expresiones faciales, los gestos... todo tenía que ajustarse a Refaat. Además, es un ávido fumador, por lo que es físicamente débil y parece mucho mayor que sus 40 años. Mientras trabajaba en el papel, a menudo me sentía cansado y agotado. Incluso perdí algunos kilos durante el rodaje”, contó Amin.

No obstante, ello comparte con su personaje la creencia de que la ciencia puede explicar las cosas en apariencia inexplicables. “Creo que hay una explicación científica para todo. Tal vez el progreso científico aún no ha alcanzado un entendimiento de estas cosas. Hay que admitir que hace 10 años, poca gente creía que era posible trabajar por videoconferencia en el teléfono. La gente pensaba que las epidemias y enfermedades como la lepra estaban relacionadas con la superstición. Y la ciencia ha demostrado que sus orígenes son mucho más prosaicos. Así que prefiero creer en la ciencia”, señaló el actor en una entrevista.

Aunque poco conocido en Occidente, Ahmed Amin goza en su país de una gran popularidad. Además de actor es comediante y ha estado vinculado al humor en buena parte de su carrera. También es escritor y ha creado varios guiones para series televisivas. Y en la pujante industria audiovisual árabe Amin cuenta ya con una abultada trayectoria.

Ahmed nació en Kuwait en 1980, pero pasó toda su infancia en El Cairo, donde estudió y terminó su formación. Hijo de una familia de clase media, desde su infancia mostró su inclinación por la actuación y el mundo de las letras.

Hizo sus primeras armas en publicaciones juveniles e infantiles. Amin se convirtió pronto en editor de la revista de literatura infantil Bassem. También en ese período escribió los guiones de varias series animadas que se emitieron en la televisión egipcia entre 2008 y 2011.

Tuvo también alguna incursión como comediante en la televisión por esos mismos años. En 2013 comenzó su carrera como actor en un cortometraje. Luego participó como actor invitado en algunas series televisivas nacionales y en al menos dos películas más. Sin embargo, su consagración como actor dramático parece haber quedado plasmada en la serie que lo tuvo como protagonista para la plataforma Netflix.

La serie Paranormal está basada en las novelas escritas por Ahmed Khaled Tawfik, un médico que abandonó su carrera para escribir más de 200 novelas y es considerado el “padre” de la ciencia ficción egipcia y de la literatura fantástica, a la que suscribe precisamente esta serie.

Las historias que tienen a Refaat Ismail como protagonista están ambientadas en el Egipto de la década de 1960, un momento político muy peculiar donde el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser encabezaba el movimiento nacionalista conocido como el panarabismo y pugnaba por ser la potencia que liderara los cambios en Medio Oriente.

Ese es el contexto, pero el foco está colocado sobre ese médico hemólogo y profesor de facultad, rutinario y exhausto, fumador impenitente y solterón empedernido al que su hermana pretende “casar” con una joven maestra. Pero Refaat mantiene vivo los rescoldos de su amor de estudiante por Maggie, a quien conoció durante su estadía de estudios en Escocia y que vuelve a El Cairo para alterar la quietud de sus días. Quietud que de todas formas abandonará en una serie de aventuras que rozan cada vez más lo desconocido y ponen a prueba su formación científica. Todo ello contado con un sesgo algo irónico, un cierto cinismo amargo que calza muy bien con el rostro atribulado del antihéroe.

Un suceso inexplicable que le toca vivir a su sobrino despierta otro similar y olvidado que le había ocurrido en su propia infancia, con la intervención fantasmal de una misteriosa niña.

Si la literatura fantástica clásica ha mirado siempre hacia Oriente como fuente de todos los misterios -Vathék, un cuento árabe, de William Beckford, una nouvelle gótica publicada en 1786 que fascinaba a Borges, por poner un ejemplo- parece encontrar en esta serie su lugar natural. Las leyendas de la antigua tradición árabe nacidas con el esplendor del antiguo imperio sobre el río Nilo son las que nutren naturalmente los argumentos de esta serie, basada a su vez en un cultor de estas tradiciones como lo fue el escritor Tawfik en el que está basada.

Esa serie de relatos agrupados bajo el título de Ma Waraa Al Tabiaa (Más allá de la naturaleza o de lo natural) tenían al médico jubilado Refaat Ismail a quien le toca vivir una serie de experiencias paranormales y, contra su voluntad, se transforma en investigador de sucesos extraordinarios. La serie y el personaje tuvo millones de fanáticos entre el público árabe, por lo que la serie de Netflix parece hacer por fin justicia a este heredero egipcio de Edgar Allan Poe.

Para la adaptación a la pantalla la plataforma contó con dos jóvenes talentos egipcios que pusieron toda la carne en el asador: Amr Salama y Majid Al Ansari.

Debido al éxito de esta primera temporada los realizadores ya están anunciando la preparación de una segunda. El éxito de Paranormal superó los mejores cálculos de la plataforma. Lo cierto es que ahora Amin no solo se ilusiona con seguir en el papel del apático médico egipcio sino que espera que el súbito empuje de popularidad le permita dar a conocer un proyecto cinematográfico propio y algunas series en las que está trabajando.

Si bien por estas latitudes los relatos de Tawfik pueden resultar completamente desconocidos, no ocurre lo mismo en El Cairo donde sus lectores se cuentan por millones. Y ello agregó una presión extra al trabajo de Amin.

“Hay fans que se han formado una imagen de Maggie, Howaida y Refaat Ismail, y todo su universo, en sus mentes. Poder tomar los puntos más fuertes de la novela y comunicarlos en el plano cinematográfico, sin dañar la imaginación de los lectores, fue la parte más complicada”, comentó el propio Amin.

En Egipto fue un éxito de audiencias, lo cual parece haber respondido a las expectativas del actor. Los fans deberán esperar un poco por la nueva entrega.