NOMBRES
La estrella, a quien se la puede ver actualmente en varias películas en Netflix, va a interpretar a la Monroe en "Blonde".
Ana de Armas le susurra, con suma ternura, al oído a Ryan Gosling: “Siempre supe que eras especial” (Blade Runner 2049). Ana de Armas mira con lascivia y malicia a Ben Affleck y lo manipula para tener relaciones sexuales (Aguas profundas). Ana de Armas amenaza con una pistola a, otra vez, Ryan Gosling (El hombre gris). Y pronto se verá a esta morocha interpretando a la rubia más famosa del cine, Marilyn Monroe.
¿Quién es esta cubana que todavía sigue aprendiendo inglés para poder actuar en Hollywood y que es una de las nuevas estrellas del cine hecho en ese lugar?
Descendiente en parte de inmigrantes españoles, de Armas nació en La Habana hace 34 años, en 1988, y creció viendo películas en la casa de unos vecinos. Quedó fascinada por el cine y a los 18 años ya había rodado su primera película (había sido admitida en el Teatro Nacional de Cuba con 14 años), bajo la dirección del español Manuel Gutiérrez Aragón, en la co-producción hispanocubana Una rosa de Francia. Pero no mucho después, Cuba se le hizo demasiado chica para sus ambiciones y la actriz se las tomó hacia la tierra de sus abuelos maternos, España. Ahí empezó a destacarse gracias a un papel en la serie de televisión El internado, lo que la llevó al cine (entre otras películas, hizo Mentiras y gordas, 2009; El callejón, 2011 y Por un puñado de besos, 2014).
Pero de nuevo: Ana de Armas tenía pantallas más grandes en la mira. En 2014 se fue a Nueva York a aprender inglés, para poder actuar en Hollywood. Lo cierto es que no le resultó fácil incorporar la lengua anglosajona. En una videoentrevista para el periodista español Pablo Motos, la actriz contó que “fue peor de lo que pensé. Fue muy duro porque después de ocho años en España ya había formado una nueva familia. Creo que fue más duro emocionalmente que en lo que hace a mi carrera”.
Además, en esa entrevista contó que filmando para el director Todd Phillips (en la película Juego de armas, 2016), se había aprendido todo sus diálogos fonéticamente (como hizo Natalia Oreiro cuando intepretó a una mujer descendiente de alemanes en Wakolda, 2013). Cuestión que a Phillips se le ocurrió que la actriz cambiara parte de sus parlamentos en una de las escenas. Imposible. Ella no sabía inglés. Sabía reproducir fonéticamente lo que estaba en el guion, pero no más. Phillips tuvo que rendirse y filmar la escena tal como estaba en el libreto.
Pero el inglés no le iba a ser un obstáculo insalvable mucho tiempo más. La cubana siguió estudiando y aprendiendo, y aunque ella misma diga que sigue teniendo “problemas” con el inglés, lo cierto es que ese idioma le sale bastante mejor que a, por ejemplo, Antonio Banderas, Javier Bardem o Sofía Vergara, quienes han hecho de su acento una ventaja, algo que los distingue.
Además, ¿a alguien le puede importar, en serio, una pronunciación perfecta luego de que Arnold Schwarzengger demostrara que se puede llegar a ser la máxima estrella de Hollywood con un acento más duro que una roca?
Lo cierto es que aunque le haya costado asimilar el inglés, Ana de Armas fue de éxito en éxito. Hoy, su bello rostro parece tener un lugar en las más grandes producciones, como la franquicia James Bond (actúa en Sin tiempo para morir), en proyectos de prestigio, como la ya mencionada Blade Runner 2049 (de las pocas secuelas que están a la altura de la película que les da pie para existir). O en la aún no estrenada película sobre Marilyn Monroe, Blonde, una historia sobre la vida interior de Monroe en base a un relato de una de las máximas escritoras de Estados Unidos, Joyce Carol Oates.
Aunque Ana de Armas todavía tiene bastante por delante en cuanto a una carrera en Hollywood, el papel donde interpretará a Monroe puede ser considerado como un hito. La cubana le va a dar vida a una figura “icónica”, como se dice ahora. De cómo lleve a cabo esa interpretación puede depender de si se convierte en una actriz con aspiraciones a Oscars y Globos de Oro, por ejemplo.
Actualmente, se la puede ver en El hombre gris en Netflix. La película es una de las grandes apuestas de la empresa, con un presupuesto cercano a los US$ 200 millones, con los hermanos Anthony y Joe Russo como directores (Avengers Infinity War, entre otras) y un elenco que incluye a Ryan Gosling y Chris Evans. Ahí, interpreta a una agente de la CIA que queda atrapada en un juego de poder entre un jefe de una división de ese organismo y un agente que empieza a pensar por sí mismo en vez de seguir ciegamente las órdenes que le imparten.
La película ha recibido reseñas bastante duras y negativas. Para muchos críticos, los Russo no lograron darle a la historia algo más que un vistoso tratamiento en las secuencias de acción (de las cuales un par se destacan por ser tan espectaculares como sólidamente ejecutadas). Pero habría que ver si no se trata de críticas un poquito desmedidas para lo que la película es: una historia de acción al estilo de Misión Imposible, con un villano de pacotilla interpretado por Chris Evans y un antihéroe taciturno encarnado por Ryan Gosling, uno de los actores que mejor saben hacer silencio y mirar perdidamente hacia el horizonte.
La cubana sale bastante indemne de la andanada de críticas, tal vez porque su papel no le exige demasiado despliegue actoral. Cuando se estrene Blonde, todas las miradas estarán puestas sobre ella. Hasta ahora, de Armas se la ha bancado como una campeona.