Durante décadas, las paredes de la casa de Margot Buero de Mezzera estuvieron cubiertas de historia. No solo por las obras que colgaban en ellas, sino por el legado de quienes las reunieron: su suegro, el doctor Rodolfo Mezzera Scaglia, abogado y exministro de Instrucción Pública (1919-1922) y conocido mecenas de varios pintores entre ellos Pedro Blanes Viale y José Cúneo, y su padre, el embajador y ex vicepresidente de la FIFA, Enrique Buero, figura clave para que el Campeonato Mundial de 1930 se celebrara en Montevideo. Además de su influencia en el país, ambos compartieron una profunda pasión por el arte.
Margarita Buero, conocida como Margot, tenía apenas 7 años cuando la selección uruguaya de fútbol triunfó en las Olimpíadas de Ámsterdam de 1928. Imágenes de la época la muestran alentando a la celeste desde el palco oficial en la final en la que Uruguay derrotó a Argentina por 2-1, consagrándose bicampeón olímpico.
Su padre, que en aquel momento estaba al frente de la delegación diplomática de Uruguay en Suiza, desempeñaría un papel fundamental un año más tarde para que Montevideo fuera sede del primer Campeonato Mundial de Fútbol. En sus viajes para negociar la candidatura con presidentes y primeros ministros europeos, Enrique Buero fue acompañado muchas veces por su hija, quien desde pequeña estuvo inmersa en los grandes acontecimientos de la época.
Amor por el arte
Ahora, esa colección excepcional que incluye dos obras icónicas de Blanes Viale saldrá a subasta el 3 de abril en Tazart (en formato presencial y por streaming). Entre las piezas más destacadas se encuentran, además, pinturas de Pedro Figari, José Cúneo y Carmelo de Arzadum. Se trata del remate más importante del comienzo de la temporada 2025, en el que se ofrecerán 120 lotes de cuadros, esculturas, muebles y antigüedades, pertenecientes a la sucesión de Margot.
Jardín de la casa paterna, en Mallorca, un óleo sobre tela de 73 por 73 centímetros, es la obra que ha generado mayor interés tanto a nivel local como internacional. Desde que se distribuyó el catálogo, Luis Ignacio Gomensoro, director de Tazart, no ha dejado de recibir consultas sobre la pieza. Con una base de US$ 80.000 y una creciente atención dentro y fuera del país, no se descarta que alcance un precio récord para el artista uruguayo.
Según la crítica de arte Raquel Pereda, en su libro sobre Blanes Viale (1878-1916), el cuadro habría sido pintado entre 1912 y 1915. La obra refleja una síntesis de las influencias de sus dos maestros más importantes: el catalán Santiago Rusiñol (1861-1931) y el valenciano Joaquín Sorolla (1863-1923).
Pereda sostiene que, en cada pintura de esta etapa en Mallorca, “nos hallamos ante el Blanes Viale de total madurez. El artista está en el máximo de su capacidad creadora; los óleos que salen de sus manos lo revelan. Son obras de pareja calidad. Lo único que las diferencia es el motivo (…) Enmarco en esto a toda su labor de esta época culminante de su trayectoria”. De esos años data también el reconocido cuadro Las Manolas, que se exhibe en el Museo Blanes.
La otra obra destacada de Blanes Viale que se subastará es Jardines de Saint Cloud, un óleo sobre tela de 80 por 100 centímetros, pintado durante su estadía en París. Se trata de uno de los pocos lienzos del artista de esa etapa, en la que retrató parques y bosques parisinos, que han llegado a Uruguay. “Ya tengo taller, lo he alquilado en una casa nueva completamente y correrá por mi cuenta desde el 1° de Abril de 1912”, le escribía Blanes Viale a su madre, Rosa Viale, a Mallorca y agregaba: “Aunque es muy probable que dentro de una semana pueda ir a pintar, en cuanto esté instalado le mandaré mi nueva dirección. Por ahora continúen mandándome todo aquí al Hotel Fortuny en donde es casi seguro pasaré todo el mes”.
Jardines de Saint Cloud saldrá a la venta con una base de US$ 100 mil.

En el catálogo de Tazart figuran otras tres obras de Blanes Viale y cinco cuadros de Cúneo, algunos de ellos pintados en la casa que Mezzera tenía en Punta del Este. En la parada 16 de la Playa Mansa, grandes artistas como Cúneo y Carmelo de Arzadum solían reunirse a pintar, convocados por el dueño de casa, quien, además de ser un generoso anfitrión, se aventuraba a ensayar trazos sobre lienzos mientras observaba a sus invitados trabajar.
Baile criollo, un óleo sobre cartón de 35 por 50 centímetros de Pedro Figari, que fue exhibido en la exposición de 1945 de la Comisión Nacional de Bellas Artes, es otra de las piezas que subastará Gomensoro Piñeyro. La venta incluirá también obras de Carmelo de Arzadum, Fernando Fader, Carlos de Santiago, Manuel Larravide, Vicente Puig y Luis Massey, entre otros, además de dos importantes óleos del pintor italiano Girolamo Gianni (1837-1895).
En cuanto a esculturas, destacan Gauchos de José Luis Zorrilla de San Martín, Rapto de la Faunesa, una obra excepcional de Edmundo Prati, y La Victoria de Samotracia de Ferdinand Barbedienne. El catálogo se completa con más de 50 lotes de muebles europeos, cubertería francesa, tallas orientales y piezas de plata inglesa y alemana.
Visitar estos días el local de Tazart en Gabriel Otero y Arocena es tener la oportunidad de disfrutar de obras únicas. Una experiencia que difícilmente se repita en el corto plazo.