Cordón fue el primer barrio en formarse fuera de las murallas de la antigua ciudad de Montevideo. En sus inicios, el área era conocida como “el Cardal” debido a la abundancia de cardos en los campos de cultivo de maíz. Este terreno baldío, situado más allá de los “ejidos”, fue transformándose con el tiempo en un barrio densamente poblado, con lugares emblemáticos como la Universidad de la República, la Feria de Tristán Narvaja y la Iglesia del Cordón, estratégicamente ubicado entre el Centro y la Rambla.

A lo largo de su historia, Cordón ha ganado una identidad propia y hoy conserva un fuerte patrimonio arquitectónico. Actualmente, el barrio atraviesa una nueva transformación urbana con la creación del Distrito Palermo Soho, que late al ritmo de un auge de propuestas culturales, gastronómicas y de diseño. Sin embargo, cada cambio trae consigo un desafío: repensar la arquitectura para lograr un equilibrio entre el desarrollo inmobiliario, la preservación de su pasado y el aporte de valor a la ciudad.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

La Intendencia de Montevideo tiene listo un inventario patrimonial para unos 9.000 padrones ubicados en Centro (sur y norte), Cordón (sur y norte) y sectores de Barrio Sur y Palermo, que será enviado próximamente a la Junta Departamental. Al igual que el inventario de Ciudad Vieja, este nuevo documento contempla una serie de mecanismos de protección, entre ellos la designación de grados de protección según los valores urbano-arquitectónicos de cada inmueble, la creación de visuales protegidas y la delimitación de tramos con protección patrimonial.

Según el director de Planificación de la intendencia, Luis Oreggioni, el objetivo es “proteger la identidad de estas áreas y al mismo tiempo viabilizar sustituciones de inmuebles, haciendo que el interés por la zona se mantenga, pero preservando cualidades que son importantes”. En este sentido, señaló que “es posible que sigan desarrollándose nuevos edificios, pero solo sustituyendo aquellas construcciones que no tienen valor o que no están insertas en lugares con alto valor”.

El inventario viene acompañado de una modificación en la normativa de construcción en el área, particularmente en relación con las alturas de edificación. En Cordón Norte, por ejemplo, se incrementa la altura máxima permitida, lo cual apunta directamente al desarrollo inmobiliario. En otras áreas, sucede lo contrario. Es el caso de la zona comprendida entre las calles Constituyente y Rodó, que llega hasta Jackson y forma una especie de triángulo. El jerarca explicó: “Tiene un trazado distinto al del resto del barrio, con calles del mismo ancho que las de Ciudad Vieja. Ahí la normativa permitía construir 27 metros y lo bajamos a 12, porque sino quedaría un barrio completamente congestionado, sin sol y de baja calidad urbana”.

El arquitecto y magíster en Estudios Urbanos Leonardo Altmann propone en este contexto la idea del ensanche de Constituyente, que permitiría transformar esta avenida en un conector moderno y eficiente entre el Centro y Pocitos, con elementos de diseño urbano, sostenibilidad y movilidad activa. Según el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), la sustitución edilicia que se ha producido a partir de la vivienda promovida es una oportunidad para concretar la alineación de esta avenida. Por otra parte, sostiene que iniciativas como el inventario y el proyecto de protección patrimonial para Barrio Jardín son un avance, pero su implementación evidencia el “rezago” que existe a nivel institucional, lo que ha impedido que la zona se “acople” a transformaciones que se han dado en otras áreas de la ciudad. “La revitalización urbana de esta pieza tan significativa de la ciudad no ha sido acompañada desde el inicio por una visión institucional y urbana que permitiera ensamblar la inversión pública en infraestructura y en la mejora de espacios públicos con el estímulo de la inversión privada”, señala en diálogo con Domingo.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Para Fabián Kopel, socio de Kopel Sánchez, la empresa que lidera la transformación urbana del nuevo Distrito Palermo Soho, los cambios propuestos por la Intendencia representan una oportunidad para explorar posibilidades inéditas y añadir valor a la arquitectura contemporánea. Sin embargo, Kopel advierte que “el patrimonio, sin incentivos, se pierde” e insta a que áreas como Ciudad Vieja, Centro y Cordón cuenten con “políticas de promoción para las viviendas más pequeñas”, que ofrezcan flexibilidad y propuestas personalizadas para jóvenes emprendedores. “Me gustaría que haya mucho trabajo para jóvenes arquitectos que puedan intervenir en estos patrimonios y que, al mismo tiempo, los edificios no queden a puertas cerradas ni se sigan deteriorando”, expresa.

Kopel reconoce que la adaptación ha sido desafiante, pero resalta resultados alentadores. “En la calle Maldonado, por ejemplo, logramos un edificio que mantiene el acceso a través de la fachada antigua y da lugar a un hall de doble altura espectacular”, cuenta. Este es el caso de Ventura Soho, una torre construida más retirada hacia el interior del terreno, lo que permitió la creación de 190 apartamentos sin alterar la visual histórica de la calle. Actualmente, la empresa trabaja en otro proyecto, Ventura Go, en la esquina de Colonia y Acevedo Díaz, que promete dar valor no solo a la intersección sino también a toda la ciudad. “Con los incentivos adecuados, podemos tener toda una zona de la ciudad antigua rejuvenecida y floreciente”, afirma.

(Producción: Tatiana Scherz)