Biohacking para reducir el estrés

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El método busca lograr un equilibrio integral adoptando costumbres ancestrales.

SALUD

La técnica propone volver a los orígenes, resetear cuerpo y mente, y por ende, incorporar hábitos ancestrales con el objetivo de mejorar la calidad de vida.

Existe la posibilidad de hackearse a uno mismo, tal como sucede con un dispositivo electrónico y de manera muy sencilla, a través del Biohacking, una técnica que propone incorporar hábitos ancestrales para reducir el estrés, desinflamar las células y así, mejorar la calidad de vida.

Marcos Apud, psicólogo, wellness coach y biohacker, es uno de los principales referentes de esta corriente. Su camino por este mundo arrancó hace 23 años cuando participó de un congreso en Roma sobre psicoterapia. Uno de los exponentes dijo: “Si sos psicoterapeuta, vas a vivir diez años menos”. En ese momento su vida se paralizó y “cuando me repuse del aquel shock inicial, empecé a buscar la forma de derribar este dicho”, comentó Apud en el evento de Bienestar y Salud organizado por La Nación.

Arrancó a incursionar en la forma de potenciar su calidad de vida, y en el biohacking encontró la solución a su problema. Se trata de una corriente cuyos fundamentos se basan en el estilo de vida que llevaban las primeras sociedades: despojado, simple, al aire libre y nómade, y lo diferencia del actual, que es sinónimo de adrenalina, bullicio y corridas. “El paso del tiempo deterioró nuestro sueño, dormimos dos horas menos que hace décadas, empeoramos nuestra alimentación, nos convertimos en sedentarios y nos llenamos de estrés”, comentó el experto.

Este método propone buscar el equilibrio integral combinando el uso de la tecnología con la biología de cada persona para potenciarlas a través de la bioindividualidad. El objetivo es vivir como lo hacían hace miles de años, adoptando las costumbres más ancestrales y donde cada uno “sea su propio cambio, elija su destino y tenga poder de decisión sobre su salud y estado emocional”, explicó Apud, y remarcó la importancia de tener libertad a la hora de elegir qué consumir, qué actividades practicar y tipo de vida.

Conviven tres tipos de hacks. En primer lugar están los naturales y se destacan: caminar descalzos por la tierra, ingerir alimentos naturales, exponerse de manera directa al frío y al sol, y sobre todo, realizar actividad física. El fin último es volver a crear un nexo con lo que la naturaleza ofrece. Según Apud, la idea es vivir en armonía, con paciencia y calma, fortalecer el sistema inmune y tener una vida lo más longeva posible.

La tecnología, en tanto, se incorporó para medir y ver en concreto los resultados de las acciones que cada uno lleva a cabo. Hay variedad de elementos tecnológicos apodados ‘trackers’, desde un anillo que mide la calidad del sueño, hasta aplicaciones para calcular el nivel de sedentarismo y nutrición.

Por último, está el “transhumanismo”, donde las personas se insertan dispositivos por debajo de la piel para alterar su organismo de manera artificial.

El biohacking surgió de la mano de Dave Asprey en los 2000, como una herramienta para mejorar su desfavorable estilo de vida. Inmediatamente, la voz corrió y no tardó en causar furor entre referentes de Silicon Valley e incluso celebrities.

Hábitos

El objetivo de adoptarlos es tener una vida más larga y de calidad.

- Recibir la luz natural del amanecer y atardecer para potenciar el ciclo circadiano.

- Hacer grounding, es decir, pisar todas las superficies de la tierra para lograr desinflamar las células y conectar con la naturaleza.

- Exposición al frío y al calor para fortalecer el sistema inmune.

- Evitar los productos ultra procesados y se aconseja ingerir los que provienen de la naturaleza.

- Cuidar el sueño y llevarlo a que sea de unas ocho horas.

- Lo ideal es estar en movimiento, en su defecto, realizar pausas activas de dos minutos cuando se está sentado y quieto. Así se le devuelve la vitalidad al cuerpo.

- Utilizar la respiración como una herramienta para relajarse y para incrementar las nociones cognitivas.

- Vivir de manera ecológica, sin agredir el ecosistema, es decir, convertirlo en un aliado.

- Utilizar productos corporales y de pelo sanos, evitando los tóxicos que pueden afectar nuestra salud.

- Placas de luz infrarrojas: a través de ellas, se aumenta el colágeno y se disminuyen los dolores físicos.

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