NOMBRES
De estrella de televisión juvenil a carrera musical más madura: la cantante pasó de ser la de la risa sin peso a admitir sobre su lucha contra la depresión y la ansiedad.
Es 2016 y Ariana Grande lleva una coleta alta, larga y castaña. Usa unos lentes de armazón grande, buzo de lana marrón y una falda de flores blancas. La cantante tiene 22 años y está jugando a ser tímida en un sketch del programa televisivo Saturday Night Live. Espalda encorvada, boca apretada, mirada insegura. El argumento es que una falla en el sistema hizo desaparecer canciones importantes del legado del pop mundial y hay que recuperarlas. Ariana interpreta a Chloe, una pasante que cree que puede imitar a Britney Spears y así rescatar sus canciones perdidas. Chloe lo logra y es la prueba de que Ariana, además de ser Ariana, puede imitar a Spears, y luego a Shakira, Rihanna, Céline Dion, Whitney Houston. Es la chica de la voz privilegiada.
Es 2017 y una vez más Ariana Grande lleva la coleta alta que la caracteriza, pero esta vez, un año después de esas imitaciones, viste de ella misma. O de la versión de ella que vino después de la tragedia. Cola caballo alta, pestañas largas, vaqueros, botas negras y un buzo de algodón blanco con letras rosas en las que se lee: One Love Manchester. Es 4 de junio de 2017 y pasaron solo 13 días desde el atentado terrorista a la salida de uno de sus conciertos en Manchester. Ahí murieron 22 personas y más de 50 resultaron heridos.
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En setiembre de 2018 murió el rapero Mac Miller, su exnovio, y ese fue otro golpe para la artista. Al tiempo, rompía su compromiso con Pete Davidson. En dos años su vida cambió radicalmente. Grande pasó de ser la de la risa sin peso a admitir en redes y entrevistas sobre su lucha contra la depresión y la ansiedad.
La vida de Ariana Grande antes del atentado
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Ariana Grande nació en Florida, Estados Unidos en 1993 en una familia de madre y padre empresarios, para nada vinculados a lo artístico. Para el canto, al parecer, estaba destinada. Se lo dijo Gloria Estefan, cuando Grande era simplemente una niña jugando.
Grande tenía 8 años. Estaba en un crucero con su familia y como divertimento eligió ir al karaoke. Allí, de casualidad, la escuchó Estefan, quien se acercó y le dijo: u201cNo sé si planeas dedicarte a esto, pero esto es lo que necesitas hacer porque eres una cantante increíbleu201d.
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Grande creció con esa liviandad de los ocho años y con un rango vocal envidiable. Grande, la de antes, fue la que se plantó ante un grupo de productores cuando tenía 14 años para decirles que quería grabar un disco de R&B. La que escuchó el rechazo, u201cporque quién compraría un disco de R&B de una niña de 14 añosu201d, le dijeron. Fue la chica que tuvo que grabar una canción que sentía que no era para ella (Put Your Hearts Up) solo por aprovechar la oportunidad. Y la que luego hizo pop, sí, pero uno que la representara.
Hasta sus 23, Ariana Grande había sido la chica del juego, del chiste, de la mirada pícara de pestañas largas y la energía sin cese. Empezó actuando en Broadway, en el musical 13, y luego hizo un casting para la televisión. Para la tele tuvo que teñirse el cabello de rojo cada 15 días entre 2009 y 2014, porque el productor no quería que fueran todas morenas y creía que ese color iba con el carácter de Cat Valentine, su personaje (primero en la serie Victorious, después en Sam & Cat, que derivó de la primera).
Cultivó su fama de artista juvenil, pero la actuación fue solo una excusa para cantar. A partir de 2013 vinieron tres discos exitosos: Yours Truly (el debut), My Everything (2014) y Dangerous Woman (2016). Con los álbumes, surgieron giras multitudinarias. Paulatinamente, la artista fue haciendo un esfuerzo por dejar de lado su etiqueta de angelical, un mote fácil de ganar cuando se es estrella infantil. Empezó a mostrar su sensualidad. Fue creciendo en personalidad, trabajo y números. Logró unos cuantos récords y primeros puestos en la lista de Billboard.
Pero entonces, Grande pasó a pedir tiempos, a cancelar encuentros con fanáticos, a necesitar un espacio para sentirse mal, llorar y recuperarse. Necesitó sanar. O intentarlo. Faltó a pruebas de sonido y no aguantó el llanto en entrevistas. Antes era la del chiste, después fue la que se conmovió hasta las lágrimas porque la vida, su vida, le dio motivos como para sentir que no podía más, al menos no así, expuesta y mostrando siempre la mueca perfecta.
Las tragedias de la cantante de "Thank U, Next"
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Tras el atentado en Manchester, la cantante apoyó a las familias afectadas: rondas por hospitales, y el concierto One Love Manchester, convocando a un sinfín de artistas amigos para recaudar fondos destinados a los familiares de las víctimas. Pero Grande también había sido víctima.
A la par de lo que pasaba en su vida, su música se fue transformando, y también, dijo en algunas ocasiones, se convirtió en su terapia. Sin dejar de ser la chica pop y rosa, el contenido, la calidad, la fuerza de sus canciones crecieron con ella hasta llegar a su quinto y último disco: Thank U, Next, lanzado en febrero, y compuesto y grabado en tres semanas.
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Es 2019 y Grande trabaja sin cesar. Ahora, hace una semana, estrenó Donu2019t Call Me Angel, un tema junto a Miley Cyrus y Lana del Rey para la remake de Los ángeles de Charly. El disco Thank U, Next salió exactamente seis meses después del anterior, Sweetener. Y Sweetenere fue el primer álbum después del atentado, con una canción, Get Well Soon, que habla sobre tratar de superarlo y que dura exactamente 5.22 minutos, haciendo alusión a la fecha del atentado.
u201cEs sobre los demonios personales, la ansiedad, las tragedias íntimas. La salud mental es muy importante. La gente no le presta demasiada atención porque tenemos cosas que hacer, agendas, trabajosu2026 No prestamos atención a lo que está pasando dentro. Por eso quería dar un abrazo musical a toda esa gente. Puede parecer algo cursi, pero es lo que quierou201d.
Podrá seguir teniendo algo de la inocente de los sketchs, podrá imitar y reír, pero la fuerza de sus letras es otra, e incluso la crítica internacional se ha mostrado abierta a recibir y recomendar lo que ofrece. Hoy, canta sobre feminismo, sobre las críticas que le caen encima, sobre el amor ligero de los tiempos que corren, sobre el amor propio. Sobre estados mentales e incluso sobre la depresión.
En esa línea, se convirtió en la artista que no actuó en los Grammy porque daban muchas indicaciones sobre lo que tenía que hacer. Y se negó a recibir un título que la corona británica quiso entregarle por sus acciones solidarias tras el atentado. Grande fue clara: su duelo no ha terminado, y aceptar la condecoración le resultaba irrespetuoso. u201cNo quiero que me digan qué hacer. No quiero conformarme con la agenda de la mayoría de las estrellas pop. Quiero manejarme en mis propios términos a partir de ahorau201d.
Cat, su paso por la pantalla
Hoy Ariana Grande es la cantante pop veinteañera con cinco discos, y canciones muy conocidas. Hace poco más de seis años Ariana Grande era Cat Valentine, su personaje en dos series de Nickelodeon, Victorious (2010 a 2013) y Sam & Cat (2013 a 2014). Normalmente las chicas y los chicos que surgen de programas juveniles de gran alcance como los de Nickelodeon o Disney viven presos a esa imagen, crecen como estrellas infantiles y deben trabajar por deslindarse. Pero a Grande parece no haberle costado tanto. Están quienes todavía evocan al personaje simpático y chistoso, muchos de sus fanáticos siguen siendo niños y adolescentes, pero incluso la crítica internacional ha reconocido su crecimiento y evolución como artista musical.