Carlos Gardel y los misterios de una estatua funeraria que apunta hacia Tacuarembó

Investigador argentino dice que el monumento ubicado en su tumba de La Chacarita tiene símbolos que el escultor puso como un guiño a la nacionalidad uruguaya del cantor. “Nunca se hizo un ADN porque se sabe que no era francés”, asegura.

Compartir esta noticia
COMPARACION.jpg
La mano derecha sostiene una cinta con motivos charrúas y una medalla con el perfil de Tacuabé.

La estatua de Carlos Gardel ubicada junto a su tumba en el Cementerio de La Chacarita, en Buenos Aires, es mucho más que un homenaje al icono del tango. El mausoleo fue diseñado y ejecutado por el escultor marplatense Manuel Alejandro de Llano, un artista que, al parecer, dejó simbología oculta en la obra que vincula al Zorzal Criollo con su tierra natal: Tacuarembó. Esto es lo que sostiene un investigador de Argentina, donde una gran mayoría defiende la teoría del Gardel francés.

“Si el gobierno de Uruguay lo pidiera, seguro que se podría hacer una prueba de ADN. Igualmente te digo: la posibilidad de que salga que es francés es una en cien millones. O sea, no hay posibilidad. Por eso no lo han querido hacer en Argentina. Porque si supieran que es francés, ya se habría hecho el ADN hace 30 años”, comenta a Domingo el investigador Marcelo Osvaldo Martínez, quien reside en Madrid desde hace más de 20 años.

Martínez se ha destacado por sus investigaciones relacionadas con aspectos controvertidos o poco conocidos referidos al Morocho del Abasto. Y por promover la realización de un examen de ADN al cuerpo del cantor, existiendo -según informó- la anuencia de descendientes que estarían dispuestos a someterse a la prueba científica.

Martínez se ha vinculado con integrantes de las familias Lasserre y Gardes (parientes de Gardel por línea paterna y materna, según las tesis “francesistas”), así como con los Escayola y Oliva (descendientes del Mago, según las tesis “uruguayistas”). Pero no ha logrado que esta prueba, que podría zanjar una polémica casi centenaria, se lleve a cabo.

Un líder indígena

Inaugurado en 1936, el mausoleo de La Chacarita combina dos estatuas de bronce: una de Gardel de pie y, a su lado, otra alegórica: una mujer desnuda con una lira rota, que representa el duelo por la pérdida de un icono de la música.

Un aspecto fascinante del mausoleo es la teoría de que De Llano incluyó un mensaje subliminal en la escultura principal. Según las investigaciones de Martínez, la mano derecha del cantor (a la que a veces sus seguidores le suelen colocar un cigarrillo) sostiene una cinta con motivos charrúas y una medalla con el perfil de Tacuabé, un indígena nacido en Paysandú. Este detalle no sería casual: Tacuabé fue un líder que (junto con su esposa, la hija de ambos, Guyunusa, otro cacique, Vaimaca Perú, y el chamán Senaqué), fue llevado a Francia en 1835 para ser exhibido como una “rareza” ante la aristocracia parisina.

“El escultor De Llano quiso trazar un paralelismo entre Gardel y el cacique charrúa. Ambos compartían una conexión con la música: Tacuabé era músico, y por ello se lo representa con un instrumento en la escultura Los últimos charrúas, creada en la misma época que la de Gardel. Además, el apellido Tacuabé, o Tacuaré, comparte raíz etimológica con Tacuarembó, una palabra que puede traducirse como ‘Región de las tacuaras’, pero que bien podría interpretarse como ‘Región del clan Tacuaré’”, señala el investigador argentino en diálogo telefónico desde Madrid.

Según Martínez, observando con detenimiento la estatua es posible apreciar que Gardel sostiene en su mano esta simbología que pasa desapercibida para el público en general (fotos a la izquierda).

WhatsApp Image 2024-12-17 at 1.37.32 PM.jpeg
Estatua de Carlos Gardel en La Chacarita.

Orientada hacia Tacuarembó

Otro detalle que hasta ahora había pasado desapercibido para la mirada de historiadores y curiosos es -de acuerdo a la investigación realizada por Martínez- que la estatua de Gardel está orientada en línea recta hacia Tacuarembó. Incluso hacia el lugar preciso donde habría nacido el intérprete de Por una cabeza.

“Desde su posición sobre la calle 33 del cementerio, la orientación es tan precisa que el Zorzal mismo pareciera decir: ‘Seguí todo derecho para allá y llegás a Tacuarembó’”, anota el investigador.

No es inusual que grandes monumentos sean diseñados con un propósito específico de orientación. La Estatua de la Libertad, símbolo por antonomasia de los Estados Unidos, mira hacia Francia, su país de origen. En tanto, la estatua de Cristóbal Colón en Barcelona apunta hacia Mallorca, donde algunos historiadores ubican -sin que exista respaldo documental- su tierra natal.

Martínez sigue explicando: “No es que la línea recta nos lleve a cualquier punto de Tacuarembó, sino que culmina con exactitud en la tranquera de la estancia Santa Blanca, donde se dice que nació y que aún se mantiene en pie tal como se construyó hace 150 años”, destaca.

Situada en la frontera entre Tacuarembó y Paysandú, la estancia sigue siendo un lugar remoto, aislado, rodeado tan solo de cerros y vegetación, sin caminos y sin otras construcciones linderas.

“A pesar de su aislamiento, este asentamiento está cargado de historia, ya que fue propiedad del coronel Carlos Escayola, el padre de Gardel. El coronel fue miembro de la masonería pero no alcanzó el grado 33 debido a su expulsión en 1888 tras un juicio de la hermandad”, concluye el investigador.

Vínculos del cantor con la masonería

Marcelo Osvaldo Martínez dice que muchos aspectos de la vida de Gardel lo vinculan a la masonería. “Aparentemente se inició en Francia, aunque yo creo que lo puede haber hecho en Argentina. Cuando murió en el accidente de Medellín lo velaron con rituales masónicos por la logia Iris del Aburrá. Y dio la casualidad de que murió un 24 de junio, que es el día más importante para la masonería, el día de San Juan. Lo velaron a puertas cerradas toda la noche y las personas que transportaron el féretro fueron seis masones, quienes lo llevaron a la iglesia de La Candelaria”, señaló.

Y agregó: “Luego fue velado en Nueva York, donde el cadáver fue recibido por Julio Garzón, el director de La Prensa, el diario más importante de la ciudad, donde lo volvieron a velar con rituales masónicos. Julio Garzón era un masón conocido y Gardel tuvo una estrecha relación con él. También está documentado que Gardel dio recitales privados en una logia de Nueva York en el año 1933”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Carlos Gardel

Te puede interesar