NOMBRES
Will Smith le pidió perdón por el cachetazo pero el actor no quiere saber nada; así ha sido la vida de uno de los mejores comediantes.
Para los mortales el cachetazo había quedado en el olvido, pero no para sus protagonistas. El 31 de julio, cuatro meses después del incidente en los Premios Oscar, el actor Will Smith le pidió perdón a Chris Rock a través de un video (porque eso de pedir perdón personalmente se ve que pasó de moda). “Mi comportamiento fue inaceptable y estoy aquí cuando quieras hablar”, dijo. Esto no enterneció al golpeado en televisión en vivo y en directo y ese mismo día comentó en un show: “Todo el mundo está intentando ser una puta víctima. Si todos dicen ser una víctima, entonces nadie escuchará a las verdaderas víctimas”. Para continuar, invocó la figura de Marion Suge Knight, jefe del sello discográfico Death Row Records, productor de algunas de las más grandes estrellas del hip hop y que fue a prisión en los años 90 condenado por violación y en los 2000 por saltarse la libertad condicional. Rock se refirió a Will Smith como Suge Smith. “Incluso cuando Suge Smith me pegó un tortazo, fui a trabajar al día siguiente, tengo hijos”.
El cómico ya había hablado públicamente de la agresión que provocó un chiste sobre la alopecia de la esposa de Smith, Jada Pinkett Smith. En una actuación en el Albert Hall de Londres había dicho: “Si alguien se lo pregunta, ya he recuperado la audición”. Y añadió: “Los que dicen que las palabras pueden hacer daño nunca han recibido un golpe en la cara”. En otro show, esta vez con el cómico Dave Chapelle, este bromeó: “Al menos te pegó alguien famoso”. A lo que Rock repuso: “Bueno, sí, me pegó el rapero más blando que jamás ha existido”.
El chiste sobre Jada fue bastante malo (o malo, directamente) pero, sacando eso, Chris Rock es considerado uno de los mejores cómicos de la historia de Hollywood. Ha ganado cuatro premios Emmy y tres premios Grammy, ha presentado los Premios de la Academia tres veces y es responsable de la popular comedia Everybody Hates Chris, sin mencionar su exitosa incursión en el drama como en Top Five y Fargo.
El trabajo
Hubo un momento en el que Rock temió por su carrera (y no fue luego del sopapo). Después de dejar el inmortal Saturday Night Live y de la cancelación de su siguiente proyecto, In Living Color, el comediante tuvo que trabajar duro para hacerse un nombre. Este tiempo fue particularmente angustioso para Rock y un incidente lo dejó desmotivado: mientras encabezaba un espectáculo, la audiencia se volvió loca por un ascendente Martin Lawrence y no por él.
Pero ya estaba acostumbrado a las frustraciones. Diversos medios han relatado que tuvo que lidiar con el bullying cuando era niño en Bedford-Stuyvesant, Brooklyn. Era alumno en una escuela con mayoría blanca y era fuertemente discriminado y golpeado y terminó abandonando durante el décimo grado. En una aparición en The Howard Stern Show, llamó a esos años “una existencia horrible”.
Durante una aparición en Inside the Actors Studio, Rock afirmó que esos años fueron formativos para él y atribuyó el abuso a su impulso por el éxito y su ingenio. En su especial de stand-up Tambourine, el comediante afirma que la mayoría de las personas que tienen éxito han lidiado con la intimidación en algún momento, ya que la adversidad los prepara para la edad adulta.
Cuando abandonó el liceo, sus planes eran obtener la licencia para manejar camiones, igual que lo había hecho su padre, quien falleció cuando Rock tenía 23 años y no era famoso. A Oprah le confesó que la muerte de su progenitor le hizo darse cuenta de que se estaba tomando las cosas demasiado en serio: “Todo, excepto la muerte, se soluciona solo”.
Su camino al estrellato comenzó en Un detective suelto en Hollywood 2 y se consolidó en Saturday Night Live. Ingresó al elenco en 1990 junto a Adam Sandler, Chris Farley y David Spade. Fue el único miembro negro del staff por cuatro años y eso lo incomodó muchísimo. Al irse del show, denunció que sus ideas no eran respetadas y que le ofrecían roles estereotipados. Por ejemplo, se le pidió que interpretara a un miembro de la tribu Ubangi y Rock lo rechazó al considerar que era racista.
En In Living Color, en cambio, el comediante dijo que pudo transmitir su verdadero estilo cómico aunque, lamentablemente, solo apareció en seis episodios. “Quería estar en un lugar donde ya no tuviera que traducir la comedia que quería hacer”, comentó en contraposición a Saturday Night Live.
La confirmación de que era una estrella llegó después de esa temporada fallida. Primero escribió y protagonizó la película de comedia CB4 en 1993 sobre aspirantes a raperos. La película recibió críticas tibias de The New York Times y The Los Angeles Times. Luego cubrió la campaña presidencial de 1996 para Politically Incorrect de Comedy Central. En 1994, hizo un especial de HBO llamado Big Ass Jokes. Pero su gran oportunidad llegó con el especial de HBO Bring the Pain.
Ha sido elegido en varias ocasiones mejor comediante de Estados Unidos y Reino Unido, aunque, por supuesto, sus chistes no gustan a todos. Es conocido por sus bromas ácidas y a veces hirientes sobre la familia, la política, el amor, la música, las relaciones de clase y las relaciones raciales.
En sus monólogos usa la palabra nigger que es una manera despectiva de llamar a los negros. Él considera que no tiene que ser políticamente correcto y que tampoco debe ser un modelo a seguir. “¿Por qué el público espera que los artistas se comporten mejor que todos los demás? Es ridículo”, manifiesta.
Las opiniones
En 2014, Chris Rock se adelantó meses a la campaña #OscarsSoWhite y escribió un ensayo en The Hollywood Reporter sobre ser negro en la industria del entretenimiento. Allí etiqueta a Hollywood como “una industria blanca” y la acusa de contratar constantemente a los mismos actores negros sin dejar entrar a otros. Lamentaba la falta de hombres negros contratados para puestos gerenciales, alegando que estas oportunidades generalmente se les dan a las mujeres negras con educación universitaria de prestigio.
Para ejemplificar su postura hay que recordar que en los premios BET de 2019, hizo una broma a expensas del cantante y actor Jussie Smollett (conocido por su papel en Empire) y dijo que era “un desperdicio de piel clara”. Bromeó que si tuviera el color de piel de Smollett, ya se habría apoderado del mundo del espectáculo.
Según una entrevista en The Telegraph, a Rock le diagnosticaron un trastorno de aprendizaje no verbal que afecta la capacidad de comprender la comunicación no verbal y notar patrones visuales. Esto le hizo darse cuenta de que el trastorno afectaba su comportamiento en las relaciones. Al saberlo, retomó la terapia (a la que llegó a ir por siete horas a la semana). En una entrevista en The Howard Stern Show, el cómico dijo que sufría de “gran ego, baja autoestima”. Su autoestima proviene de su trabajo como comediante; fuera del escenario, sin embargo, dijo que lucha con la idea de merecer atención y afecto.
Idas y vueltas
El incidente de los Oscar fue impactante para muchos espectadores, pero quizás no para los pocos que estaban al tanto de la tensión de larga data entre Rock y Will Smith y su esposa (con quien compartió la franquicia de Madagascar). Las bromas de Rock a expensas de Pinkett Smith se remontan a 1997, cuando este tenía un programa de entrevistas en HBO. Y había hecho otro chiste sobre ella cuando fue anfitrión de los Oscar en 2016. En ese entonces, la actriz estaba boicoteando la ceremonia debido a la controversia #OscarsSoWhite y el comediante se burló de su boicot, dando a entender que ella no había sido invitada de todos modos.
Rock también tiene una historia con Will, con quien trabajo en The Fresh Prince of Bel Air. Durante una aparición en The Late Show con David Letterman, bromeó sobre tener que competir por los papeles con él y le dijo a la cámara: “Will Smith, ¿no tienes suficiente?”
En el video reciente, Smith asegura haber reflexionado mucho sobre sus actos en los últimos meses, haberse disculpado con la madre y el hermano pequeño de Rock e incluso haber intentado contactar con este para arreglar las cosas, pero el cómico parecía no estar listo para considerar aquella agresión pública como agua pasada. “Prometo que podremos volver a ser amigos de nuevo”, dice.
Jada aludió a la necesidad de que su marido y Rock hicieran las paces cuanto antes: “Tengo una profunda esperanza en que estos dos hombres inteligentes y competentes tengan la oportunidad de sanar, hablar de esto y reconciliarse”.
Una infancia difícil y el miedo a enojarse
Christopher Julius Rock, mejor conocido como Chris Rock, nació el 7 de febrero de 1965 en Andrews, Carolina del Sur. Su padre Julius era camionero y su madre Rosalie, maestra.
Era una familia numerosa, con siete hijos. Hubo varias mudanzas para conseguir el progreso económico hasta instalarse definitivamente en Brooklyn, Nueva York.
Era 1972 y Chris era uno de los pocos alumnos negros en una escuela donde la mayoría eran blancos. En un país donde solo cuatro años antes habían matado a Martin Luther King, los padres de sus compañeros lo recibieron con pancartas donde se leía: “Nigger, vete a casa”.
Cansado de la agresión constante, decidió defenderse. “Puse un ladrillo en una mochila -esto es como una historia legendaria en mi vecindario-, y luego golpeé al tipo en la cara con este ladrillo y lo pisoteé, estilo Joe Pesci, hasta el punto de que pensamos que podría morir”, relató.
Luego de ese episodio tomó dos decisiones: dejó el liceo y comenzó terapia. “Es una larga historia pero, para resumir, mi terapeuta me dijo que desde ese día he tenido miedo a cabrearme: ‘Esa persona sacó algo tuyo y tienes tanto miedo de que vuelva a pasar, que dejas que todo el mundo te pase por encima’”.
El actor asegura que la terapia le permitió mejorar el control de sus emociones. “Ahora puedo decir: ‘Oye, no me gusta lo que me dijiste’, sin perder la cabeza, sin golpear a alguien con un maldito ladrillo”. ¿Será por esto que no contestó la cachetada de Will Smith en la última edición de los Oscars?