Cifrado invulnerable: la innovadora técnica desarrolla por un uruguayo que desafía a los hackers

Omega Krypto ha desarrollado una técnica de cifrado patentada en 25 países que promete proteger la información sensible de los ataques cibernéticos, incluso si la seguridad perimetral es vulnerada.

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Ciberseguridad
Foto: iStockphoto

KíUean wíGPzj EtxnZqxM “lnDQHya uqGJqZEHE”. Así podría leerse un “secreto perfecto”. Esa frase inicial es la versión encriptada de la frase anterior, un ejemplo de lo que asegura ofrecer el uruguayo Julián Murguía, cofundador de la startup Omega Krypto. Murguía ha desarrollado una técnica de encriptación alternativa que garantiza la privacidad de la información incluso después de que se haya derribado toda la seguridad de acceso alrededor de ella. Esta técnica, patentada en 25 países de América, Europa y Asia, forma parte de un conjunto de soluciones denominado IMMUNE, que está siendo implementado por un gobierno del Caribe, víctima de repetidos ciberataques, y por dos empresas en Estados Unidos: una del sector salud y otra de seguros. Este sistema se presenta como una “vacuna digital” para enfrentar la creciente amenaza del cibercrimen, cuyo impacto global dice que puede equipararse a una pandemia por sus efectos dañinos.

Para ilustrar cómo funciona, utilizamos la frase de inicio de esta nota, que no es información sensible. Pero, ¿qué pasaría si se cifraran sus datos personales, su cuenta bancaria y su historial médico de la misma manera, convirtiéndolos en un botín inútil para los ciberdelincuentes?

Aquí reside la clave: “IMMUNE agrega una última línea de defensa criptográfica, haciendo que la información robada sea inservible para los atacantes, impidiendo su uso y cualquier intento de extorsión”, explica Murguía a Domingo.

Un ejemplo revelador es el de los prestadores de salud, que se han convertido en uno de los principales objetivos de los hackers debido a su limitada capacidad para proteger la información sensible de usuarios y empleados. En Estados Unidos, los ciberdelincuentes roban identidades de niños utilizando sus números de seguro social, lo que les permite solicitar préstamos en nombre de las víctimas, quienes se enteran años después al solicitar un préstamo. También se trafican y comercializan historiales médicos para falsificar recetas y adquirir medicamentos de forma ilícita. Sin embargo, si la información robada estuviera encriptada y no pudiera ser leída, perdería todo su valor para los atacantes. “Es un fuerte desincentivo para los cibercriminales”, resume Murguía, experto en ciberprivacidad y ciberseguridad.

Defensa preventiva.

Desde sus inicios, la criptografía ha funcionado de manera consistente: se parte de un texto original, se utiliza una clave y se aplica un método de cifrado. Un ejemplo clásico es el cifrado de César, utilizado hace más de 2.000 años, que reemplazaba cada carácter por otro ubicado tres lugares más adelante en el alfabeto. Aunque la criptografía moderna es mucho más compleja, mantiene este principio fundamental.

Hoy los cibercriminales tienen el tiempo y los recursos para vulnerar la ciberseguridad, robar información y romper estos métodos, almacenando la información encriptada para decodificarla cuando tengan acceso a computadoras cuánticas. Nicolás Correa, gerente del Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) de Agesic, mencionó recientemente que “siempre corremos de atrás por la velocidad con la que mutan los ataques”. La creación de Murguía permite tomar la delantera mediante una defensa preventiva.

¿Qué hace que IMMUNE sea un nombre adecuado? El efecto de su defensa preventiva puede ser equiparado al de una vacuna que inmuniza la información sensible frente a los ataques del cibercrimen. Se trata de una técnica de cifrado de datos que genera una infinidad de algoritmos únicos, lo que la distingue de otros métodos existentes. “No reemplaza la ciberseguridad; agrega un nivel adicional de privacidad criptográfica. Así, si la ciberseguridad es vulnerada, los datos sensibles no pueden ser leídos, utilizados, ni vendidos, evitando la extorsión”, explica Murguía.

A diferencia de otras herramientas que encriptan unidades completas, IMMUNE ofrece un enfoque más eficiente, permitiendo un cifrado parcial y selectivo. En lugar de encriptar una base de datos completa, se enfoca en encriptar solo la información personalmente identificable, reduciendo significativamente los requisitos de cálculo. Por ejemplo, si un hacker obtiene información bancaria pero no la información personal de los titulares, no podrá apropiarse de esos fondos ni exigir un rescate.

Otra ventaja clave del sistema es la preservación del formato de los datos. Según Murguía, si se encripta un campo alfabético de una longitud específica, el resultado cifrado debe mantener la misma longitud y tipo de datos, lo cual es crucial para muchas aplicaciones y fundamental para los almacenamientos de datos con estructuras fijas como las bases de datos. Por ejemplo, un número de cédula de identidad uruguaya está compuesto por ocho dígitos numéricos que se guardan en un campo numérico de ocho caracteres de largo; si desea cifrar ese dato, el resultado deberá ser numérico y mantener su largo, ya que si el resultado tuviese un largo mayor, se perdería información y causaría errores al almacenarlo nuevamente.

El proceso desarrollado por Murguía se aparta de los complejos cálculos matemáticos de la criptografía moderna, que requieren cada vez más memoria y potencia de procesamiento. En lugar de eso, ha creado una técnica de cifrado que se basa en la sencillez invulnerable, convirtiéndose en la primera en ser patentada con este enfoque.

También asegura que su técnica es fácil de implementar en dispositivos sencillos, proporcionando seguridad y privacidad en aparatos cotidianos como televisores o relojes inteligentes. Además, puede ser aplicada en diversas industrias, gobiernos y empresas, desde firmas involucradas en escándalos como el de Mossack Fonseca y los Panamá Papers, relacionados con sociedades offshore en paraísos fiscales, hasta la protección de archivos históricos de radios como Sarandí y Sport 890. En este mundo abundan los ciberdelitos.

La propiedad intelectual y los desarrollos de Omega Krypto están protegidos por patentes otorgadas y validadas en Uruguay, Estados Unidos, 22 países de Europa e India. La empresa, cuya creación ha sido presentada en congresos y concursos y ha recibido distinciones y financiamiento al patentamiento por parte de ANII, cuenta actualmente con ocho expertos: tres en Uruguay y cinco en Estados Unidos.

“Se estima que el daño global causado por el cibercrimen superará los US$ 10 billones anuales para el próximo año 2025, convirtiéndolo en la tercera economía del mundo. Defenderse únicamente mediante inversiones en ciberseguridad está fuera del alcance de muchas empresas o países. La única forma efectiva de proteger la privacidad y la información sensible, y sobrevivir a la creciente ola de ciberataques, es actuar con inteligencia, agregando ciberprivacidad a la ciberseguridad y utilizando una criptografía alternativa y segura”, concluye Murguía.

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