Entre el próximo miércoles 23 de agosto y el domingo 3 de septiembre se desarrollará en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el vigésimo Mundial de Baile de Tango. La competencia comprende las categorías Tango de Pista y Tango Escenario. Y permite la participación tanto de aficionados como de profesionales.

La convocatoria está dirigida a concursantes de todo el mundo, por lo que en estos días en las milongas porteñas -bailes tradicionales- se entremezclan los idiomas más variopintos, de participantes que calientan sus motores realizando exhibiciones. A nivel profesional, la celeste estará representada por la pareja que integran Kelvin Cal (30) y Camila Rocha (28), últimos campeones uruguayos de Tango-Pista.

“También nos presentamos en mundiales anteriores. En 2020 llegamos a la final de Tango-Escenario y el año pasado a semifinales en Tango-Pista. Este año salimos primeros en el campeonato nacional de Uruguay”, comenta Kelvin a Domingo.

Desde hace varios días, la pareja se encuentra en Buenos Aires haciendo presentaciones previas al Mundial. “Estamos bailando en diferentes lugares. Es una forma de ir mostrando lo que uno hace en las milongas, a las que la gente va a pasarla bien, a divertirse. En estos lugares se hacen todos los días exhibiciones de gente que baila profesionalmente. Y además coincide en estas fechas que han venido bailarines de todo el mundo. Ayer, por ejemplo, bailamos con dos chicos que son campeones asiáticos y que vienen de Indonesia”, indicó.

Pese a que se trata de un baile típico rioplatense, Kelvin asegura que el nivel del tango es “muy bueno” en países distantes. “Los chicos de Indonesia son muy buenos. En estos días que hemos estado en Buenos Aires nos hemos encontrado con gente de Rusia, Italia, Francia, China, Corea, India… Y todos bailan muy bien”, declaró.

A su vez, Kelvin asegura que el nivel de los bailarines uruguayos también es muy bueno: “Por la cantidad que somos en comparación con otros países parecería que somos pocos los que bailamos. Pero en realidad somos un montón para la población que tenemos. Y junto con Argentina tenemos la diferencia de que el tango es rioplatense, por lo cual uno lo vive como parte de la cultura propia. A la gente de estos países tan lejanos les encanta nuestra cultura, incluso quieren tomar mate, quieren sentir lo que se siente acá, pero ellos lo respiran de un modo diferente”.

Por casualidad

Kelvin Cal arrancó en el tango por la perseverancia de su pareja, Camila Rocha, quien es bailarina de ballet y egresada del Sodre. “Un día me invitó, me insistió, prácticamente me obligó a que la acompañara a bailar tango. Fuimos a un taller de verano. Y me encantó. Entonces me dijo para anotarnos en la carrera del tango en el Sodre”, recordó.

Kelvin hizo una prueba y quedó junto con Camila seleccionado para hacer la carrera, que tiene una duración de cuatro años. “Ahí arranca todo el viaje, empezó nuestra parte ya más profesional en el baile”, anotó.

Ambos han tenido la oportunidad de representar a Uruguay ante la Unesco (como parte de la candidatura del país para ocupar un lugar en su Consejo Ejecutivo) y también bailaron en París en el año 2019.

Kelvin trabaja medio horario en Prontometal y Camila se dedica al baile a tiempo completo. A él, a quien ni siquiera le gustaba el tango cuando empezó a dar sus pininos, sus compañeros lo vieron “raro” al principio. Llenaron todo con fotos suyas con tutú de ballet (agregado con Photoshop) cuando se enteraron que había ingresado al Sodre. Pero hoy están entre sus principales fans.

La formación en tango-danza del Sodre fue creada en 2017 a partir de las celebraciones por el centenario de La Cumparsita, respondiendo a la necesidad de preservar y profesionalizar este baile como un proceso de construcción identitaria. La formación se compone de un ciclo introductorio y de una tecnicatura que está actualmente a consideración de Educación Superior del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) para ser reconocida como titulación terciaria no universitaria.

Patrimonio Cultural de la Humanidad

La declaración del tango como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad tuvo lugar en 2009 durante la cuarta sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Unesco.

En esa oportunidad, Uruguay y Argentina solicitaron de forma conjunta la inscripción del tango, por tratarse de un patrimonio de ambas orillas del Río de la Plata. Esta tradición binacional, hoy conocida en el mundo entero, nació entre las clases populares de Buenos Aires y Montevideo. Dos ciudades en las que se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y los criollos. Y en las que se forjó una amalgama de costumbres, creencias y ritos que dio vida a una identidad cultural bien distintiva. En Uruguay también es posible estudiar el tango en el Sodre, donde existe una carrera específica.

La comunidad tanguera local comprende en la actualidad a músicos, bailarines (profesionales y aficionados), coreógrafos, compositores, letristas y profesores. Muchos de ellos son jóvenes que mantienen vivo el legado.