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Cómo tener vacaciones sin ansiedad laboral

Regresar de un descanso puede sentirse como el miedo del domingo recargado; especialistas brindan herramientas para mantener a raya su pavor.

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El año pasado, Madison Winey, de 29 años, quiso aprovechar sus vacaciones para manejar desde San Francisco, donde vive, hasta Bend, Oregón, para visitar a su familia. Sin embargo, tomarse unos días para descansar de su trabajo como abogada fue estresante, “especialmente porque me fui solo por unos días”, confesó. En este caso, tendría que dejar todo planificado de antemano y, se esperaba que durante su receso se hiciera espacios para chequear los mails. El viaje lo había programado para hacerlo en días donde pensó que habría más calma en el trabajo, sin atinar que el cronograma de un proyecto se atrasaría dos semanas. Situación que la obligó a posponer su escapada. Cuando finalmente llegó, debió trabajar.

A pesar de que investigaciones den cuenta de la importancia de tomarse vacaciones porque les proporciona a los trabajadores salud física y mental, la experiencia de Winey no es única. Para aquellos que tienen las suerte de tomarse unas semanas libres de manera remunerada, el uso de estos preciados días les puede generar ansiedad al momento de reingresar. En una encuesta realizada en noviembre, el sitio web de carreras Monster encontró que el 87% de más de 1.000 trabajadores estadounidenses en todas las industrias experimentaron estrés y ansiedad posteriores a las vacaciones. A ello, la compañía denominó “problemas de PTO”. A su vez notó que el 72% de los empleados se abstuvo a tomarse vacaciones para evitar ese estrés. Psicólogos y terapeutas clasifican la angustia post vacaciones como ansiedad anticipatoria, un término genérico para describir el miedo y la preocupación por las cosas malas que pueden suceder en el futuro.

Rebecca Brendal, presidenta de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, comparó la experiencia con los miedos dominicales, un término que se ha vuelto popular en las redes sociales para referirse a la sensación que uno siente cuando se va terminando el fin de semana, previo a volver al trabajo. “Sabemos que los problemas de salud mental y la ansiedad aumentan. El estrés al que se enfrentan los estadounidenses todos los días ha llegado a tal punto, que incluso tomarse tiempo libre resulta estresante”, dijo Brendal.

En un estudio publicado en 2000, investigadores encontraron que irse de vacaciones todos los años reducía el riesgo general de muerte. Brooks Gump, profesor de salud pública en la Universidad de Syracuse y coautor de ese artículo, realizó una investigación similar el año pasado. Descubrió que, si bien los trabajadores con puestos poco demandantes se sentían más tranquilos y menos ansiosos antes, durante y después de las vacaciones, estos sentimientos no parecían extenderse a los que tenían trabajos con mayor grado de exigencia.

Eventualmente, Winey dejó la firma de abogados para ocupar un puesto menos centrado en el cliente y más flexible, pero no todos tienen la posibilidad de renunciar. Y una gran parte de la capacidad de los trabajadores para tomarse un tiempo libre, y mucho menos para disfrutarlo, depende de su industria o cultura empresarial.

Aún así, si podés tomarte tiempo de vacaciones, hay algunas claves que se pueden aplicar para minimizar el estrés y aprovechar los beneficios de estos días.

Más de la mitad de los que respondieron a la encuesta de Monster informaron que tenían que trabajar horas extras para ponerse al día cuando regresaban de las vacaciones. Una forma de ayudar a bajar el estrés el primer día de tu vuelta es creando una ‘rampa de salida’. Se trata de preparar y dejar organizado todo aquello que se cree que va a ser útil para la vuelta. Por ejemplo, se puede hacer una lista de prioridades para abordar al regreso. Otra opción es pedirle a compañeros que lo reemplacen en ese tiempo en algunas asignaturas puntuales o bien, programar tiempo para ponerse al día con ellos. Además, hacete tiempo a la vuelta para responder la infinita cantidad de mails.

Es bueno hacerse un plan de actividades para hacer en el tiempo libre y así evitar tener la tentación de pensar en el trabajo. Una alternativa es programar actividades que requieran de estar concentrados: visitar un museo, tomar alguna clase de algo que te interese, anotarse como voluntario en alguna organización. Lo que sea que más satisfacción y distracción te genere y aleje de las pantallas. Si estás fuera por un período prolongado, recordá que la mayoría de los problemas que surgen en el trabajo los primeros días que no estás, probablemente sean irrelevantes para cuando vuelvas. Por lo que no tiene mucho sentido preocuparse a la distancia.

*The New York Times

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