¿Cuál es el sentido de los sueños que tenemos mientras dormimos?

Dos terapeutas y una paciente cuentan cómo funciona el trabajo con los sueños en el consultorio.

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Mujer durmiendo

Hay algo que usted y todos los que están leyendo esta nota tienen en común: la última vez que se acostaron a dormir soñaron, lo recuerden o no. Algunos quizás tengan pensado llevarlo a su próxima sesión de terapia, porque, según la psicóloga Laura Villagrán, “los sueños son una vía privilegiada que se nos ofrece para acceder a nuestro inconsciente”.

El potencial del sueño.

 “Todos tenemos la capacidad de soñar, solo que a veces recordamos nuestros sueños y a veces no”, señaló la psicóloga Gabriela Buenavida. Tanto ella como Villagrán se han especializado en terapia junguiana, una corriente psicoanalítica desarrollada por Carl Jung en la que los sueños tienen un papel central.La consciencia es solo una parte de nuestro “mundo psíquico”, indicó Villagrán. De hecho, “todo nuestro hacer y pensar hunde sus raíces en un inconsciente que debemos integrar para poder establecer una relación más adecuada con nosotros mismos y nuestro entorno”.Según Buenavida, Jung planteaba que “los sueños son una ventana a nuestra propia alma”. En este sentido, mencionó: “En ellos encontramos cosas que en la vida diurna reprimimos porque la sociedad o la familia nos dice que no deberíamos sentirlas o hacerlas”. De hecho, cuando un paciente dice que su sueño es ‘horrible’ o ‘muy loco’, más se puede descubrir sobre uno mismo, indicó.Hay pacientes que llegan a la consulta porque sueñan mucho y no saben por qué ni cómo controlarlo. En estos casos, Buenavida sostuvo que “a medida que se empiezan a leer los sueños, automáticamente se empiezan a regular”. De la misma forma, para las personas que no suelen recordar sus sueños, a medida que empiezan a trabajarlos estos comienzan a estar más presentes en la memoria.Es posible crear las condiciones para recordar los sueños con mayor frecuencia: “Es importante dejar un cuaderno y un lápiz a mano para tomar registro al momento de despertar”, dijo Villagrán. Otras opciones son escribirlo en el celular o grabar una nota de voz.

Gabriela Buenavida
Gabriela Buenavida.

Sueños en acción.

Lo anterior coincide con la experiencia de María, una paciente que prefirió no dar su apellido para esta nota: “A medida que me adiestraba en esto de anotar los sueños al despertar, se iban presentando más y recordaba mejor lo que soñaba”, contó. Nunca antes había llevado sus sueños a un contexto de terapia. Participó en cuatro o cinco sesiones grupales en octubre de 2018 y luego comenzó de forma individual. Su proceso duró cuatro años.“La instancia grupal me gustó porque ves cómo interpreta otra gente desde afuera y eso te abre otras puertas, pero en la instancia individual se puede ir de manera más profunda”, sostuvo.Algo que le llamó especialmente la atención fue entender que “todo lo que pasa en el sueño en realidad viene de vos. Todas las personas y lo que pasa sos vos”. Por ejemplo, dijo que si uno sueña que su padre le dice algo, en realidad es uno mismo diciéndose eso, porque viene del inconsciente de cada uno. “Todo lo tenés que llevar a vos”, subrayó.Asimismo, a partir del trabajo con los sueños pudo traer a colación temas estructurales como el vínculo con sus padres o sus amigos y aseguró que “eso te lleva a hacer cambios sobre aquello que no te gusta o que está pendiente”.Hoy en día sigue anotando aquellos sueños que le parecen “interesantes o ricos en contenido”. Para ella, “un sueño siempre es un mensaje del inconsciente, así que siempre trae información. Está en cada uno ver si lo toma o lo deja”.

Laura Villagrán
Laura Villagrán.

Particularidades de la terapia.

Según Villagrán, es importante observar la evolución de los sueños en el tiempo porque “a veces un sueño por sí mismo no trae información significativa que podamos rescatar”. En este sentido, señaló que hay que tener paciencia: “Solemos tener hambre de certezas y de reducciones, de ‘esto es esto’ y ‘esto es lo otro’, pero el ámbito terapéutico intenta llevar otros ritmos y otro vínculo con nuestro mundo psíquico”.Uno de los aspectos principales de la terapia es “entrar en diálogo con el sueño”, mencionó. Por eso, en la psicología junguiana el terapeuta no solo se forma como profesional de su área, sino que también estudia sobre mitología y religiones, “que son de las cosas que más aparecen en los sueños”.A su vez, expresó que otra clave del método es que el paciente “esté dispuesto a no literalizar ni reducir eso que aparece en el sueño, sino amplificarlo e integrarlo a su universo cotidiano”.Por su parte, Buenavida expuso que “Jung postuló la teoría del inconsciente colectivo, eso de que estamos todos conectados, porque analizó los sueños de muchas personas de diferentes lugares y vio que aparecían símbolos iguales”. En este sentido, entiende que hay ciertos aspectos que pueden generalizarse: por ejemplo, si alguien sueña que está manejando algún vehículo, suele tener que ver con la forma en que uno maneja su vida. “Pero ahí también toca la individualidad de cada paciente, de qué significa ese medio de transporte para él o ella, en dónde está ubicado, con quién está y qué está sucediendo”, puntualizó.Algunos de los símbolos más comunes con los que Buenavida se encuentra en su consultorio son casas, medios de transporte, animales salvajes y domésticos, el elemento agua y personas que no tienen rostro pero que pertenecen a un sexo, femenino o masculino.En el consultorio de Villagrán, un símbolo que se repite es el de la serpiente, que aparece “cuando el paciente tiene un movimiento importante’’. Hay una historia de origen religioso que forma parte del acervo cultural de la mayoría en donde la serpiente es quien convenció a Eva para que comiera el fruto prohibido en el jardín del Edén: “A partir de ahí comienza la consciencia, el hombre tuvo que abandonar el paraíso y empezar un camino en el que tendrá que ganarse el pan con el sudor de su frente”. Por lo tanto, en los sueños la serpiente “nos está hablando claramente de que hay un movimiento”.Asimismo, en los sueños a veces aparecen personas que ya han fallecido “con actitudes específicas hacia el soñante, incluso con indicaciones que para el paciente resultan muy movilizadoras”, aseguró. Eso suele traer “cambios de consciencia” que, en realidad, ya se venían gestando, “porque por algo la persona está lista para recibir esa información”.“En todos los casos los sueños ayudan al paciente a sanar, porque de por sí los procesos terapéuticos son sanadores”, concluyó Buenavida.

Los sueños: fenómenos individuales y colectivos.

 A Laura Villagrán los sueños le interesan desde muy chica. Cuando tenía 7 u 8 años tuvo una pesadilla recurrente de la que se levantaba con mucha angustia, tanto que llegó a no querer acostarse a dormir para no sufrir. Sin embargo, una noche se dijo a sí misma: ‘Voy a recordar que es solo un sueño y así no la voy a pasar tan mal’.En efecto, aquella noche volvió a soñar lo mismo, pero durante el sueño recordó que todo eso era tan solo un sueño, valga la redundancia. “La escena era exactamente la misma, pero mi actitud era totalmente distinta”, aseguró. Incluso le decía a los otros niños que aparecían que no sufrieran tanto, que era solo un sueño.“No se repitió nunca más, pero hasta el día de hoy me trae información súper importante a medida que voy comprendiendo la naturaleza de los sueños”, afirmó. Villagrán está en Instagram como @marialaura.villagran y @maria_psi2022.Gabriela Buenavida es pionera en Uruguay en trabajar con los sueños a nivel grupal. Para ella, esa dinámica “confirma lo que trae Jung de que todos estamos conectados”. Suele formar grupos reducidos, de máximo tres personas, donde cada uno comenta su sueño, dialoga con la terapeuta y luego con el resto del grupo. Ha trabajado con gente que se conoce entre sí y gente que no, y personas que hablan diferentes idiomas o que tienen diferentes edades. Está en Instagram como @psicologa_gabrielabuenavida.

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