Guillermo Giansanti quedó impactado la primera vez que lo vio. Y esa impresión se repetía cada vez que llevaba a su hija a jugar al parque o a la plaza. “Me chocó fuerte ver a los gurises jugando a matarse”, cuenta a Domingo. Así comenzó a gestar Desarmémonos, un proyecto que invita a reflexionar sobre las armas de juguete como objetos lúdicos infantiles, alienta a padres y madres a desarmarse simbólicamente y, al mismo tiempo, busca concientizar sobre la tenencia de armas reales en la población civil del país. “Me sorprendieron los números. Uruguay es el país con más armas por habitante en América Latina y el quinto en el mundo”, señala. El dato es llamativo: 34,7 armas cada 100 habitantes.
Desarmémonos, seleccionado por los Fondos Concursables para la Cultura en la categoría Fotografía, tiene dos componentes principales. Uno es su cuenta de Instagram (@desarmemonos_uy), activa desde hace unos meses, y el otro, una intervención artística callejera realizada la semana pasada. Giansanti, licenciado en Artes Plásticas y Visuales y autor del fotolibro Caos subacuático -compuesto por fotos de objetos retirados del fondo del lago del Parque Rodó durante una limpieza municipal-, llevó a cabo una pegatina en varios puntos de la ciudad. En gran formato -las más grandes son de 185 centímetros por 148 centímetros y hay tres en la Rambla Mauá- muestran fotografías de armas de juguete, de distintos colores y formas, que Giansanti ha comprado en ferias barriales con el objetivo de sacarlas de circulación.
Otras fotografías pueden ser vistas en Jackson y Rodó, Fernández Crespo y Paysandú, alrededores del Palacio Legislativo y Agraciada y 19 de abril.
“No estoy diciendo que tener armas de juguete sea una causa para tener armas reales, pero si pueden contribuir a la naturalización del objeto o naturalizar tener ese objeto en la mano y el juego de los niños de decirle a otros ‘te mataré’ y disparar”, reflexiona Giansanti.
Pero sí identifica un problema en la sociedad uruguaya a la luz de las estadísticas. Según información oficial del Ministerio de Defensa Nacional, organismo responsable del Registro Nacional de Armas, en Uruguay hay poco más de 600.000 armas de fuego registradas. A esto se suman estimaciones de estudios nacionales e internacionales que calculan una cifra similar de armas en situación ilegal. En total, se estima que en Uruguay habría alrededor de 1.200.000 armas de fuego, lo que equivale prácticamente a un arma por hogar.
Desarmémonos es un proyecto personal de Guillermo Giansanti, seleccionado por los Fondos Concursables para la Cultura en la categoría Fotografía. Cuenta con la colaboración de la diseñadora Belén Perna, especialmente en la gestión de la cuenta de Instagram. Crear esta cuenta fue todo un desafío, ya que la red social la suspendió durante varios meses al considerar que violaba sus políticas por mostrar armas, aunque fueran de juguete y en un contexto artístico que promueve el desarme. Tras apelar la decisión, Giansanti logró que se restableciera.
En @desarmemonos_uy, el fotógrafo muestra las armas de juguete que adquirió en ferias de Montevideo e invita a madres y padres a “desarmar a la familia”. El proyecto ya generó una repercusión inesperada: una madre le escribió para expresar su preocupación y preguntarle si incluía talleres educativos. Aunque inicialmente no lo tenía planeado, Giansanti espera que Desarmémonos genere suficiente impacto para que alguna institución u organismo público se sume a la iniciativa.
Al mismo tiempo, el artista espera que el tema sea motivo de conversación en los hogares. Muchos padres evitan comprar este tipo de juguetes a sus hijos, pero otros familiares se los regalan de todas formas. Además, considera importante que la discusión se lleve a espacios más amplios, donde se reflexione sobre si los requisitos para poseer un arma son suficientes. A su juicio, “son bajísimos”. Actualmente, para obtener la habilitación para la adquisición y tenencia de armas de fuego, es necesario presentar un certificado de idoneidad en el manejo de armas, un certificado de aptitud psíquica y física, una constancia de ingresos, una constancia de domicilio y otros documentos.