Rosario Núñez @Rosario_arenaviajes, especial para Domingo
Viajar a Egipto no es solo conocer un destino; es atravesar un portal en donde la historia cobra vida entre templos sagrados, imponentes pirámides y el eterno fluir del Nilo. Es sumergirse en la grandeza de las civilizaciones antiguas y conectar con la energía mística que aún vibra en cada rincón del desierto. Cada paso en esta tierra legendaria nos susurra secretos de faraones, sacerdotes y dioses.
Egipto nos invita a descubrir su esencia a través de su arquitectura sagrada, sus enigmas milenarios y su gastronomía, repleta de aromas exóticos y sabores especiados. Egipto no solo se vive con la vista, sino con todos los sentidos.

Cuna de la civilización.
Es una de las civilizaciones más antiguas del mundo, con más de 5.000 años de historia documentada. Alrededor del 3100 a.C., el faraón Menes unificó el Alto y el Bajo Egipto, dando inicio al período faraónico. Durante el Reino Antiguo (2686-2181 a.C.), se construyeron las icónicas Pirámides de Giza, que datan de hace más de 4.500 años. La Gran Pirámide de Keops es la más alta y enigmática del conjunto, con 146 metros de altura. Su diseño geométrico y su orientación casi perfecta con los puntos cardinales han generado teorías sobre su propósito, que van desde ser una tumba real hasta una estructura energética. La Pirámide de Kefrén, conocida por conservar parte de su revestimiento original en la cúspide, es la segunda en tamaño. La más pequeña de las tres es la Pirámide de Micerinos, que se cree simbolizaba la conexión del faraón con el más allá.
Custodiando todo el complejo, con una mirada atemporal, podemos admirar la Gran Esfinge de Giza. Con su cuerpo de león y rostro humano, ha desafiado el paso del tiempo y las arduas arenas del desierto.
El Reino Medio (2055-1650 a.C.) trajo estabilidad y expansión. El faraón Mentuhotep II reunificó Egipto, restaurando la autoridad central desde Tebas, tomó el control sobre Nubia y consolidó las fronteras del delta para prevenir invasiones. Este período de renacimiento cultural y estabilidad política preparó el camino para el poderoso Reino Nuevo, la época de máximo esplendor del imperio egipcio.
El Reino Nuevo (1550-1070 a.C.) fue una época de grandes expansiones territoriales y de construcciones monumentales, como los colosales templos en Karnak, Luxor y Abu Simbel. Durante este período también se creó la necrópolis real, conocida hoy como el Valle de los Reyes. Este período estuvo marcado por faraones legendarios como Hatshepsut, Akhenatón, Tutankamón y Ramsés II.
Si bien el Reino Nuevo representó la época dorada de Egipto, incluso la luz más brillante tiene sus sombras. Este período se caracterizó por grandes intrigas y cambios religiosos, lo que condujo a conflictos internos y a la fragmentación del poder, agravados por las constantes invasiones de los pueblos del mar.
Tras varias invasiones, Egipto fue conquistado por Alejandro Magno en el 332 a.C., dando paso a la dinastía ptolemaica, que culminó con Cleopatra VII. Posteriormente, Egipto se convirtió en provincia romana y, más tarde, pasó a formar parte del mundo islámico. En el siglo XIX, cayó bajo dominio británico hasta su independencia en 1952.

Sabores y aromas.
La cocina egipcia combina especias cálidas, hierbas frescas y un equilibrio perfecto entre dulces y salados. Los mercados egipcios son una explosión de olores, que van desde el perfume embriagador del incienso y la mirra, utilizados desde el Antiguo Egipto en rituales y ceremonias, hasta el dulzor del karkadé -una infusión de hibisco con un aroma floral profundo-, la intensidad del café con cardamomo y la calidez del pan baladi, horneado en hornos de barro y liberando un aroma a hogar y tradición.
Explorar estos aromas y sabores es sumergirse en una cultura donde la gastronomía es parte integral de la vida diaria. Cada plato y cada mercado cuentan una historia milenaria de tradición, innovación y el encuentro entre distintas culturas. Lo tradicional y lo moderno se unen para ofrecer un festín sensorial inolvidable.
El Cairo es una ciudad donde cada rincón cuenta una historia a través de sus aromas y sabores, convirtiendo la experiencia culinaria en un verdadero viaje sensorial. Lugares como el Mercado de Khan el-Khalili se llenan de una vibrante mezcla de especias que se combinan para crear aromas intensos y evocadores. Las calles se inundan de fragancias que provienen de puestos de comida callejera, donde se preparan platos tradicionales al instante, ofreciendo un preludio olfativo de los sabores que están por venir. Algunos de los platos emblemáticos son el koshari (una combinación de arroz, lentejas, pasta y salsa de tomate especiada), el falafel o ta’ameya (cada bocado revela la fusión de influencias árabes, mediterráneas y africanas), y la molokhia (una sopa espesa y aromática hecha a base de hojas de yute picadas finamente, condimentada con ajo y cilantro). La repostería egipcia también ofrece una experiencia única, con postres como el konafa y el baklava, que ofrecen un contraste perfecto entre lo dulce y lo especiado.
En las ciudades de Luxor y Aswan, la historia se mezcla con los aromas de las especias, el incienso y los sabores ancestrales de la cocina nubia y egipcia. Los perfumes y aromas de los mercados se fusionan con el aire cálido del desierto. Estas ciudades no solo se recorren, se saborean y se sienten.
La magia de lo ancestral.
Desde una perspectiva espiritual y transformadora, Egipto es más que un destino; es un portal a la sabiduría antigua, un lugar donde la energía de los templos, las pirámides y el río Nilo despiertan memorias profundas. Sus templos, dunas doradas y el enigma de las pirámides hacen que quienes lo visitan sientan la magia de lo ancestral; podríamos decir que es un llamado al alma. Sentir la energía de esos lugares sagrados y conectar con los misterios de una civilización que aún susurra secretos a quienes saben escuchar. Cuando navegas por las aguas del Nilo, sientes que el tiempo se detiene, como si cada ola enviara un mensaje de los dioses. Desde Karnak hasta Philae, cada piedra cuenta una historia, cada inscripción es un mensaje esperando ser descifrado.