El ascenso de Zinedine Zidane: de un barrio humilde de Marsella a la gloria olímpica

Su viaje desde La Castellane hasta una leyenda del deporte se simboliza en los JJ.OO. 2024, inspirando a nuevas generaciones.

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Zinedine Zidane Foto: AFP

"Belleza de la fe” es el significado del nombre que eligieron Smaïl y Malika para su quinto hijo. Zinedine Yazid nació el 23 de junio de 1972 en Marsella, una ciudad puerto del sur de Francia que se había convertido en refugio para la familia proveniente de Argelia.

Smaïl trabajaba en una tienda; Malika era ama de casa; todos vivían en el barrio La Castellane, el que tiene más fama por su tasa de criminalidad, tráfico de drogas, desempleo y pobreza que por haber sido la cuna de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Pero en esas calles de esa Zona Urbana Sensible -como se conoce a los barrios pobres y conflictivos en Francia-, Zinedine aprendió que el deporte iba a ser su salida.

Y, tal vez por eso, la escena de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, en la que la leyenda del fútbol francés les entrega la antorcha olímpica a unos niños en el subte, adquiere el estatus de símbolo. Esa antorcha brilla por Zidane y por los miles de atletas en todo el mundo, pero también refleja la esperanza de las generaciones futuras que buscan, igual que él lo hizo, en el deporte una luz en medio de la adversidad.

Zidane en Francia vs. Marruecos. Foto: AFP.

Camino a la cima.

Zinedine practicó varios deportes, entre ellos, el bádminton y el judo; incluso llegó a ser cinturón verde en esa disciplina. Sin embargo, el fútbol era lo que más lo enamoraba, sobre todo porque su padre lo llevaba a ver al Olympique. Los primeros clubes que notaron su talento con el balón fueron el Saint-Henry y el Septèmes-le-Vallon. A los 16 años debutó en el AS Cannes. El 20 de mayo de 1989 jugó sus primeros 15 minutos. Ese partido contra Nantes terminó 1-1.

Ha trascendido que horas antes de anotar su primer gol como jugador profesional para el AS Cannes, vivió otro designio del destino. Conoció a Véronique Fernández Lentisco, una bailarina francesa de origen español con la que hace pocos meses celebró 30 años de matrimonio. Con ella tiene cuatro hijos: Enzo (1995), Luca (1998), Théo (2002) y Élyaz (2005); también son abuelos. “Cuando la conocí, me habría tirado desde lo alto de un edificio por ella, para que me amase...”, confesó Zinedine en su biografía escrita por el periodista Frédéric Hermel y publicada en 2020.

En 1992 fichó para el Club Girondins de Burdeos, donde se ganó el título de máximo goleador y ayudó a que el equipo recuperara el prestigio que había ostentado una década antes. En cuartos de final de una Copa de la UEFA, el futbolista fue clave en la eliminación del poderoso AC Milan. Aunque el equipo fue derrotado por el Bayern de Múnich en la final, Zinedine ya se había consagrado como estrella internacional y logró el interés de la Juventus. Los italianos pagaron una cantidad que hoy no tendría sentido: tres millones de euros por él. Si en el Girondins fue goleador con 10 tantos; aquí anotaría 37 en cinco años y se convertiría en dos veces campeón de la liga local. Allí conformó el llamado “mejor tridente atacante” de la época junto a Alessandro del Piero y Filipo Inzaghi y la prensa ya lo elogiaba por su potente disparo, su elegancia técnica y su gran capacidad para leer el juego.

A los 22 años debutó con la selección francesa. La Eurocopa de 1996 lo impuso como líder dentro de la cancha, arrebatándoles la 10 a futbolistas ilustres como Michel Platini o Laurent Blanc. Pero el sueño de la victoria debió esperar dos años cuando, dirigido por Roger Lemerre, anotó de cabeza dos de los tres goles que proclamaron a su país como campeón del mundo por primera vez. Y si por acaso alguien dudaba de él y de su talento, durante ese 1998 también recibió el Trofeo a Mejor Jugador de la FIFA (que conseguiría de nuevo en el 2000 y en el 2003) y el Balón de Oro.

¿Qué puede venir después de haber alcanzado la cima?

Zinedine Zidane y el polémico cabezazo a Materazzi. Foto: AFP
(FILES) In this file photo taken on July 9, 2006 shows French midfielder Zinedine Zidane (L) gesturing after head-butting Italian defender Marco Materazzi during the World Cup 2006 final football match between Italy and France at Berlin’s Olympic Stadium. - Zinedine Zidane was born under a lucky star, that of 1998 world champion, the founding achievement of a singular destiny. But the genial playmaker, now a triumphant coach at Real Madrid, has often proved unpredictable, leaving his future open as he celebrates his 50th birthday on June 23, 2022. (Photo by JOHN MACDOUGALL / AFP)
JOHN MACDOUGALL/AFP fotos

Galáctico.

Sobre fines del año 2000, Zidane se encontraba cenando en Montecarlo, en el mismo sitio en el que estaba el flamante presidente de un club español. Se dice que Florentino Pérez le envió una servilleta que decía: “¿Quieres jugar en el Real Madrid?” El futbolista contestó con un simple “oui”. Las negociaciones posteriores culminaron en una transferencia por 75 millones de euros. Una cifra que rompió todos los récords.

“Quería ganar la Eurocopa y quería ganarla con el Real Madrid”, declaró durante su presentación oficial como madridista en 2001. No se equivocó. Un año después ganó el único trofeo que le faltaba, marcando el gol decisivo ante el Bayer Leverkusen. Zidane remató magistralmente una volea con la zurda tras un pase de Roberto Carlos. Pura magia.

Con el Real Madrid conquistaría seis títulos en total. Jugó un total de 18.201 minutos repartidos en 227 partidos, anotó 49 goles y dio 68 asistencias, las dos marcas más altas de su carrera deportiva.

Fue su último equipo y decidió retirarse tras disputar la final del Mundial de Alemania en 2006. Ese partido contra Italia lo recordará todo aquel que haya estado frente a la TV. El marcador estaba 1-1. Inexplicablemente, el capitán de los galos perdió su habitual compostura y propinó un cabezazo en el pecho de Marco Materazzi. El árbitro le sacó la tarjeta roja y se fue cabizbajo del campo de juego. Italia ganaría el partido en los minutos siguientes por penales.

Zidane guardó silencio en medio de la posterior vorágine mediática, pero justo antes de su 50º cumpleaños declaró a Telefoot: “No estoy orgulloso de lo que hice, pero forma parte de mi carrera”. Materazzi dijo tiempo después: “Me dijo que si quería su camiseta (por los agarrones) y yo le contesté que prefería a su hermana”. Respuesta que consideró intolerable.

Después de su retiro, Zidane regresó al Real Madrid como entrenador en 2016, otorgándole varios títulos de La Liga y la Liga de Campeones de la UEFA, convirtiéndose, quien ya era uno de los mejores futbolistas del mundo, en uno de los entrenadores más exitosos de la historia del deporte. Y, con excepción del cabezazo, ha cultivado siempre lo que dice que aprendió de uno de sus ídolos, el uruguayo Enzo Francescoli: la elegancia y la técnica dentro y fuera de la cancha. En su biografía, dice: “Sé que mi vida no es normal, que ahí arriba hay una estrella que me protege”.

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