PATRIMONIO

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Por obra y gracia de Juan Manuel Blanes (Montevideo 1830 - Pisa, Italia 1901) existe una imagen “oficial” de José Artigas -quien con seguridad no lucía tan parecido- que desde hace más de un siglo forma parte del ADN de los uruguayos. El pintor tomó el único dibujo original de Artigas que se conoce, hecho a lápiz en los últimos años de vida del caudillo por el explorador y médico francés Alfred Demersay y forjó con su impronta la figura del prócer de la patria. La del Artigas parado frente a la Puerta de la Ciudadela (óleo de 1884) y la de la pequeña ilustración al carbón que ha sido reproducida infinidad de veces en bustos, cuadros, sellos de correos y billetes. Estos trabajos, junto a pinturas icónicas de la plástica nacional como El Juramento de los Treinta y Tres Orientales (1877) o el Boceto para la Jura de la Constitución (1872), le valieron a Blanes el apelativo de “el pintor de la patria”. Pero como han hecho muchos artistas durante siglos (da Vinci y La Gioconda son el ejemplo más famoso), el uruguayo también hizo retratos de amigos, conocidos o clientes, que en general son desconocidos por el gran público.

Uno de estos casos sería el del teniente coronel Juan Belinzon, quien fuera director de la antigua Escuela de Artes y Oficios (luego Universidad del Trabajo del Uruguay - UTU), con la que Blanes mantuvo vínculos y en donde trabajaron, como docentes, sus hijos Juan Luis y Nicanor, ambos pintores y escultores.

El museode esta institución de enseñanza pública se encuentra desde hace meses en un proceso de reforma y revalorización de su patrimonio, que arrojó una grata sorpresa: el reencuentro de un cuadro sin rúbrica con la imagen de Belinzon (posiblemente de 1883), atribuido al “pintor de la patria”, que desde hace muchos años forma parte de sus fondos.

“No hemos hallado registros fotográficos sobre el cuadro y su autor, estamos tratando de corroborarlo con un estudio de paleta de obra de Blanes. Estamos en tratativas para hacerlo”, dice a Revista Domingo el director del Museo y Sala de Exposiciones de la UTU, Luis Peña.

Según el funcionario, hay otros retratos de Blanes “en soportes ovalados como este y sin firma” y “relatos” que lo identifican como una de sus obras. El cuadro, indicó Peña, estuvo en varias dependencias de la UTU y al crearse el museo fue incorporado a su listado. “Estamos terminando la reforma, vamos a reabrir el 18 de agosto. Y va a ser expuesto -por ahora- como ‘adjudicado a’”, anticipa.

Según un trabajo realizado por el historiador Leonardo Borges, la relación del “pintor de la patria” con la Escuela de Artes y Oficios es larga y puede datarse fácilmente, a pesar de los considerables “huecos” existentes en la documentación disponible. Más allá de que sus hijos estuvieron relacionados más directamente con la institución, se sabe que Juan Manuel Blanes, como el referente indiscutido en aquellos años del arte nacional, colaboró activamente con ella.

Por ejemplo, el 15 de marzo de 1882 se inaugura la Exposición Continental de Buenos Aires, a la que concurre la Escuela de Artes y Oficios con una selección de trabajos y su banda de música. Entre otras obras y productos, se presentaron los cuadros de Juan Manuel Blanes Un episodio de la fiebre amarilla, Muerte del general Flores y Los últimos momentos de Carreras.

Más adelante, el “pintor de la patria” colaboró con la revista quincenal de la institución, La Ilustración Uruguaya, primera publicación oficial de la Escuela de Artes y Oficios. El 15 de agosto de 1883 aparece el primer número de aquella revista, en el que participaban alumnos, maestros e invitados en la escritura y la edición de los materiales. Juan Manuel Blanes fue quien diseñó la carátula.

El vínculo de sus hijos con la institución está más documentado. Según pudo saber Revista Domingo, en la Biblioteca Nacional se conserva una fotografía de 1890 en la que se ven varios profesores de la Escuela de Artes y Oficios, entre los que se encuentran Juan Luis y Nicanor Blanes, junto a otros prohombres de la época como Diego Pons, Pedro Figari (ver nota aparte), Claudio Williman y José Montero y Paullier.

A fines de 1878, durante el gobierno de facto del coronel Lorenzo Latorre (1876-1879), se fundó la Escuela de Artes y Oficios para la enseñanza de diversas técnicas, pero con un carácter correctivo, a la cual se enviaba a jóvenes “rebeldes” o “indomables”, contribuyendo a “civilizar” a esa fracción de la población, a disciplinarla, de acuerdo al estudio de la sensibilidad realizado por el historiador José Pedro Barrán.

Para sacar a algunos jóvenes de la calle, Latorre creó en 1875 la Banda Municipal de niños. Les proporcionó ropa, alimentación, un techo y la posibilidad de acceder a un oficio: ser músicos. Además, el Ejército Nacional carecía de equipos y armamentos. Y la solución fue hallada integrando “muchachos” a los talleres de la Maestranza con un propósito similar a los que formaban la Banda Municipal.

La institución afianzó su organización al ejercer la dirección desde 1880 el capitán Juan Tomás Belinzon (1849-1889), y contó con el firme apoyo del presidente Máximo Santos. Se contrataron profesores en Europa y se realizaron obras de alta calidad que incluyeron hasta barcos. En este sentido, son bastante conocidas las fotografías de la cañonera “General Rivera”, que fue trasladada por tierra desde la sede de la Escuela de Artes y Oficios, donde había sido armada, a lo largo de 18 de Julio, la Plaza Independencia y la calle Sarandí, hasta ser botada en el puerto.

Según Borges, la relación de Blanes con Belinzon, no está en discusión, naturalmente vinculada con sus colaboraciones. El historiador anota que en 1886 se creó un Consejo Consultivo para la confección de un reglamento, en el que figura el “pintor de la patria” como uno de sus miembros, aunque luego renunció debido a un proyectado viaje a Europa.

“De este modo, es factible que Blanes haya podido retratar al coronel Juan Tomás Belinzon. Coincidieron temporalmente y espacialmente, así como tuvieron contacto directo en aquellos años en un medio relacionado con el arte y el trabajo. Las colaboraciones de Blanes seguramente pasaron por el escritorio de Belinzon y su aprobación. Asimismo, Blanes retrató a muchos militares compañeros de Belinzon, algunos incluso amigos personales”, dice Borges.

Belinzon dirigió la institución desde 1880 a 1886 con una fuerte influencia del general Santos, quien visitaba periódicamente sus salones. La relación de Blanes con el gobierno de Santos es incuestionable, dice Borges, en tanto llevó adelante varios encargos para el mandatario y sus allegados. Uno de ellos es el ya citado de Artigas sobre el puente levadizo de la Puerta de la Ciudadela, que apuntaló el sentimiento nacional de aquellos años y ayudó a forjar la figura del prócer tal cual la conocemos hoy.