Una colorida Marilyn Monroe da la bienvenida desde la alta pared del fondo. La acompañan Charles Chaplin, Marlon Brando, Carlos Gardel y John Lennon, todos según el pincel del chileno Julio Molinas. Pastas siempre caseras, carnes de exportación y pesca del día. A cuatro meses de su apertura, la comida y el servicio son los caballitos de batalla de La cocina de Pedro, asegura Gastón Rossello, uno de sus socios. Y además, añade, "el lugar es un diferencial". Gonzalo Ramírez entre Barrios Amorín y Martínez Trueba, pleno barrio Palermo, cerca de la rambla, cerca y lejos a la vez del ruido del Centro. "Toda una expresión de sabores y decoración en un entorno bien de barrio", dice.

La carta es muy clásica. Sin embargo, se permiten algunas licencias. Destaca el lenguado con queso brie y espárragos, el ojo de bife con salsa de vino tinto y hongos frescos o los agnolottis de queso de cabra y tomates secos. Otra alternativa: las pizzetas rústicas artesanales, con jamón crudo y rúcula.

El local, de paredes altas, mucha madera y ladrillo negro en el mostrador, cuenta con dos pisos. La planta baja es más estilo "bar", si se quiere, con sillas y mesas elevadas. El superior es un ambiente más íntimo. Pero, a no confundirse: el público está compuesto por familias y parejas. Quien quiera hacer una "previa", mejor que busque otro lugar; de hecho, los viernes y sábados permanece abierto solo hasta la una de la madrugada. La pausa semanal es los domingos a la noche.

El precio por comensal estimado ronda los 350 pesos. Hay Wi-Fi, menú ejecutivo los mediodías, una capacidad para 120 personas, y un delivery que llega hasta Punta Carretas. Se aceptan tarjetas. Martes, miércoles y jueves a la noche, hay música en vivo (jazz y bossa nova). Conviene reservar, sobre todo los fines de semana, al 2413 7453.