“Leyenda viviente de la televisión” o “la mejor estrella de la historia de la TV” son definiciones que se suelen leer o escuchar de Ted Danson (77 años) y no hay voces que se levanten para desmentirlas. El actor californiano no solo tiene marcas destacadas en la pantalla chica, sino que también es muy querido en el ambiente. Hoy por hoy se habla de él por la divertida interpretación que está haciendo en la serie Un hombre infiltrado y por la cual aspira a ganarse esta noche su cuarto Globo de Oro.
La serie de Netflix está basada en El Agente Topo, el documental chileno de Maite Alberdi que fue candidato al Oscar. La historia gira en torno a un jubilado al que infiltran en un geriátrico para resolver un caso policial. En la versión americana ese hombre es Charles, un profesor universitario que quedó viudo y que será el elegido para investigar el robo de un collar en un hogar de retiro bastante diferente al del film chileno… pero en este caso eso no importa. Acá lo que interesa es cómo Ted Danson se adueña del papel.
“Vi El Agente Topo con mi esposa y nos reímos y lloramos mirándola (…) Cuando me propusieron trabajar en la adaptación televisiva, supe que quería ser parte, aunque no sabía de qué manera iban a contar esta historia”, dijo en entrevista con La Vanguardia sobre la serie que lo volvió a poner a trabajar con el productor y guionista Mike Schur, con quien hizo otra exitosa comedia: The good place (Kristen Bell era su coprotagonista).
En esta última, Danson comenzó interpretando al enviado de Dios en el cielo, personaje que fue evolucionando a una forma más compleja con el avance de las temporadas. Por este papel estuvo tres veces nominado al Emmy (de las 13 candidaturas que tiene), premio que ganó en dos oportunidades, siempre por la serie que lo catapultó a la fama: Cheers. Aquí encarnó a un camarero exjugador de béisbol durante 11 temporadas y se llevó dos Globos de Oro (tiene un tercero por la miniserie Something about Amelia).
Otros mojones de su carrera televisiva fueron la sitcom Becker, donde hacía de un médico malhumorado; el drama Damages, donde era el villano que enfrentaba a Glenn Close; Curb your enthusiasm, donde ha hecho de sí mismo sometiéndose a las bromas de Larry David; dos versiones de CSI, la última de ellas vinculada a los crímenes informáticos, y la temporada 2015 de la prestigiosa serie Fargo.
En cine ha brillado menos, quizás lo que más se recuerde de él sea la comedia Tres hombres y un bebé (1987) junto a Tom Selleck y Steve Guttenberg, que tuvo la secuela Tres hombres y una pequeña dama (1990) de la que también participó.
Además es de los actores que ha prestado su voz para personajes animados. Lo hizo en Los Simpsons, pero para su propia versión animada, y en American Dad!, para el personaje del doctor Ray Petite, terapeuta oficial de la CIA.
Su actual personaje en Un hombre infiltrado lo tiene muy entusiasmado porque le permite hablar de un tema que en Estados Unidos no es muy abordado: la vejez. “Es una etapa que puede estar llena de tristeza, incomodidad, dolor, pero en la que también hay alegría. Es importante mantenerse activo. No hay que apagarse antes de que termine la vida”, destacó el actor al explicar por qué siempre consideró que este proyecto era perfecto para él.
Valoró también el guion ya que le gusta trabajar en algo en “donde todo esté bien escrito y hablemos sobre verdades humanas. Además, a esta edad, me estoy yendo a la cama 7:30 PM, ya no estoy para un programa nocturno”, respondió al ser consultado sobre su capacidad de improvisación, algo por lo que destacaba mucho en sus inicios. “Cuando grabábamos comedias televisivas de media hora, solo teníamos tres chistes escritos en una página y nos largábamos a improvisar. Yo ya no tengo la tolerancia del sistema nervioso que eso requiere, y tampoco me interesa”, dijo a La Vanguardia.
Danson también es conocido por su activismo medioambiental. En los años 80 comenzó a trabajar en campañas para la protección de los mares, lo que lo transformó en miembro honorario de la organización Oceana, fundada en 2001. Incluso llegó a publicar un libro sobre el tema en 2011 en conjunto con el periodista Michael D’Orso: Oceana: nuestros océanos en peligro y cómo podemos salvarlos. Siguiendo esta línea ecológica, se volvió vegano.
Esta noche, en la ceremonia de los Globo de Oro (galardón para el que estuvo nominado 11 veces), Danson recibirá el Premio Carol Burnett, que desde 2019 se entrega a un homenajeado que haya “hecho contribuciones sobresalientes a la televisión dentro o fuera de la pantalla”. La primera en recibirlo fue la propia Burnett y luego siguieron Norman Lear, Ryan Murphy y Ellen DeGeneres.
El actor está convencido de que, si de él depende, seguirá aportando al mundo de la TV por mucho tiempo más. “Me parece que las personas mayores le podemos decir a los jóvenes que no tienen que preocuparse por nosotros. Nuestra creatividad no tiene vencimiento”, remarcó y a las pruebas se remite.
Un enamorado que también tuvo escándalos
“Pensé que era incapaz de volver a estar en una relación, pero trabajé mucho en mí mismo. Es irónico cómo funciona la vida en estos momentos: una vez que levantás los brazos para rendirte, aparece el amor de tu vida”, señaló Ted Danson sobre la relación de 31 años que tiene con la actriz Mary Steenburgen, con la que se casó en 1995.
El actor venía de salir de un costoso divorcio de su segunda esposa (tuvo que pagar US$ 30 millones) y estaba terminando un vínculo bastante escandaloso de dos años con Whoopi Goldberg. Mientras estuvo con la actriz de Cambio de hábito, fue acusado de racista y denunciado varias veces.
A Mary la conoció en el rodaje de Un viaje a la luna e hicieron juntos la serie Los viajes de Gulliver.
Ganadora del Oscar de Reparto por Melvin y Howard, la actriz tampoco pasaba por un buen momento cuando conoció a Danson. Era una madre soltera con problemas por resolver y un padre con varios ataques cardíacos.
Ambos se habían prometido no apostar más al amor, pero una escena de cinco horas en una canoa lo cambió todo. “Salimos a filmar como amigos y cuando volvimos estábamos enamorados”, contó el actor.
A su mega boda en 1995 fue el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.
“Estoy locamente enamorado de Mary Steenburgen (...) Si fuera a morir, puedo decir ‘sé lo que es ser amado y amar’”, aseguró una vez.