El Sueño de los Elefantes, la compañía argentina que presenta obras multisensoriales y agota entradas en Uruguay

Fue creada en 2009 por un grupo de músicos. Cruzaron el charco por primera vez en 2022 y ahora regresan con "Cuerpo adentro", hoy en la Sala del Museo. Antes de las funciones, uno de sus creadores charló con Domingo.

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El sueño de los elefantes
Más de 90.000 personas ya asistieron a las obras de la compañía argentina.
Foto: cortesía

No es una obra de teatro, tampoco un concierto. Sí hay música en vivo, y elementos del teatro, pero Cuerpo adentro es otra cosa. La definición más acertada sería quizás la de una experiencia multisensorial para despertar sentidos como el olfato, el tacto y principalmente la escucha. Y, en medio de todo eso, propone conectar con recuerdos y emociones.

Todo sucede a oscuras y cada asistente es invitado (nada es obligatorio) a usar un antifaz ya en la entrada de la sala. Desde ahí empieza un proceso de confianza y entrega por parte del público. Al entrar al local —ya la han realizado en teatros, domos y salas de espectáculos— las personas son ubicadas en una colchoneta, porque la invitación es a vivir la experiencia acostados.

Lo que sigue se atraviesa de una manera muy personal. Al desconectar la visión, se potencian todos los demás sentidos. Así es como la música, el texto y los aromas guiarán a cada persona presente a lugares distintos. Algunos de los que ya han vivido este hecho artístico, lo describen así: “Una experiencia que te toca el alma”, “Si tuviera que elegir una palabra para definirla sería magia”, “Movilizante y libertador”, “Un maravilloso viaje hacia adentro”, mencionan algunos relatos escritos y en vídeo, publicados en las redes.

“Lo que sostiene la experiencia todos estos años son esas devoluciones del público. Por eso decidimos que la mejor manera de contar lo que hacemos es a través de los comentarios, porque también nos fueron apuntalando la dirección de la propuesta”, explica Alejo Duek, músico, terapeuta e integrante de la compañía argentina El Sueño de los Elefantes, que presenta Cuerpo adentro.

El espectáculo multisensorial está de regreso en Uruguay y por funciones agotadas sumaron un nuevo horario para este domingo. Será a las 17:30 en la Sala del Museo.

El sueño de los elefantes
Previo a la entrada al local de la obra, los asistentes son invitados a ponerse antifaces.
Foto: Luz Nahir Aicardi

Dado el éxito de cada vez que cruzan el charco, regresarán con la obra el 30 de noviembre y la presentarán en El templo del tesoro, en La Barra, Maldonado. El 1° de diciembre nuevamente estarán en la Sala del Museo, y los días 28 y 29 de diciembre darán un cierre al año en el espacio Big Bang de Portezuelo.

Como un juego

La compañía nació en 2009, cuando siete músicos se conocieron en un taller de composición con enfoque en formas de escucha y composición musical no convencionales. A partir de los intercambios durante la formación, decidieron crear una propuesta artística diferente y comenzaron a jugar con el concepto de tocar música sin que la gente los viera hacerlo.

“Hicimos pensando que la música es más para escuchar y para sentir, no tanto para mirar. Nos propusimos empezar con unos conciertos a oscuras y se nos ocurrió en paralelo que la gente no estuviera sentada sino acostada”, cuenta Duek en diálogo con Domingo.

El nombre también nació de un juego interno entre sus integrantes y generó curiosidad y la simpatía de la gente. “Veníamos trabajando con los elefantes en una serie de improvisaciones a partir de Alicia en el País de las Maravillas. Ya el sueño apareció porque queríamos generar un estado onírico desde la escucha y salir del estado de atención o de vigilia que por lo general se vive en los espectáculos. Así nos surgió esa idea y nos encantó”, contextualiza uno de los artistas a cargo de El Sueño de los Elefantes.

El sueño de los elefantes
Foto: Difusión

Los inicios de la compañía fueron en el Centro Argentino de Teatro Ciego de Buenos Aires. Debido al éxito sostenido que alcanzaron, encontraron su hogar en Ciudad Cultural Conex y sus propuestas se convirtieron en un clásico de los domingos para los porteños.

Los conciertos fueron creciendo y llegaron a esta orilla en 2022. Acá ya se presentaron en el Sodre, en la Sala del Museo, en el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry y en el Espacio Big Bang Nature Stays.

En estos doce años han desarrollado distintos espectáculos en 15 temporadas y más de 1.000 funciones. Aproximadamente 90.000 personas presenciaron obras como la homónima El sueño de los elefantes, Flotario, Luminaciones y ahora Cuerpo adentro. En la columna vertebral de cada una aparece la búsqueda por explorar sentidos musicales y sensoriales y hacer el cruce de disciplinas como vehículo del discurso artístico.

En Cuerpo adentro la música es la esencia de la obra y para generar un ambiente inmersivo, el tratamiento sonoro está hecho en 3D. Por otro lado, los instrumentos tocados por los músicos —aproximadamente siete en la ejecución de cada función— son variados y provienen tanto de este sur global como de África y de India, a ejemplo del Mbira, una suerte de marimba metálica. “Hay una gama de instrumentos pensados en distintas tonalidades que permiten conectar con estímulos. Cada momento de la obra tiene su tratamiento sonoro y el sonido es más parecido a lo que pasa en el cine, muy distinto en general a los conciertos tradicionales, donde es más frontal”, explica Duek.

Colectiva y personal

El espectáculo es apto para toda la familia y no hay edad mínima. “Es casi todo instrumental con pequeños momentos donde hay palabras, pero son sutiles. Entonces a veces pasa que vienen chicos con sus padres y abuelos porque al ser bastante sensorial permite ser compartida en familia, y porque no hay algo que entender, no hay un hilo conductor”, comenta. Y añade: “Lo único es que al ir con chicos hay que tener presente que la obra es a oscuras”.

El sueño de los elefantes
La propuesta es apta para todo el público.
Foto: Luz Nahir Aicardi

A lo largo de esta década de presentaciones los integrantes de El sueño de los elefantes ya escucharon relatos de personas que han ido hasta diez veces a ver una misma obra. Entienden que eso se debe a que, aunque las propuestas no cambien tanto en su estructura y sean una experiencia colectiva, están diseñadas para que cada uno viva desde sus emociones y su presente. Por eso, se trata de una experiencia muy personal a la vez.

“Acá se invierte un poco la típica situación de obras donde el público viene a que el artista le baje un mensaje. Generamos un espacio para que la persona que venga pueda descubrir su propio mensaje”, dice Duek sobre el espectáculo al que ya han asistido más de 30.000 personas y que lo que busca, según sus creadores, es generar un momento de desconexión y apertura de sentidos para que cada uno haga el ejercicio de mirar hacia adentro.

Un hecho artístico pero también terapéutico

“No abundan en la vida cotidiana espacios para estar solos con nuestras emociones durante un rato largo. Generalmente la familia, el trabajo y las obligaciones nos tienen ocupados”, introduce Duek para explicar por qué hay una parcela del público que encara las propuestas de El Sueño de Los Elefantes no solo como hechos artísticos, sino también como actividades terapéuticas.

“Acá se abre de repente un espacio en donde hay algunos estímulos que te van llevando a conectar con lo que estás transitando y nada te impide ir ahí, entonces entrás en ese recuerdo o en ese anhelo, en esa emoción que te puede venir en un llanto, o a través de una risa. Todo colabora a que afloren las emociones y la obra, así como el texto que tiene, va direccionando a eso”, complementa quien además de músico se formó como osteópata.

“Ver que mucha gente se quedaba muy conmovida en las funciones y necesitaba contención, nos llevó a cada uno de los que estamos en la compañía a buscar y profundizar formación en ese sentido. Yo empecé a estudiar osteopatía y otras terapias después de que empezamos con Cuerpo adentro, un poco llamado por la curiosidad de lo que iba pasando en las funciones, porque la gente llega a lugares de emoción altos y eso a mí me llevó a estudiar lo que pasa en estos momentos para tener más recursos y poder acompañarlos. Entonces sí pasa algo terapéutico, pero es desde ese lugar”, finaliza.

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