Emily Blunt (40 años) no tenía en sus planes ser actriz; quería ser traductora. “Tenía una resistencia deliberada (a la actuación) porque no podía imaginarme haciendo un trabajo donde tuvieras que hablar todo el tiempo. Pensaba que quería ser lingüista, tal vez traductora para la ONU. Mi padre era un gran lingüista, eso realmente me inspiraba”, contó a You Magazine.

Tal vez haya quienes piensen que en el cambio de decisión tuvo que ver su madre Joanna, que era actriz. Pero no, el factor determinante fue la tartamudez. “Era una niña inteligente y tenía mucho que decir, simplemente no podía decirlo”, confesó a W Magazine. La interpretación fue la solución. “Encontré que una de las formas en las que podía hablar normalmente por aquel entonces era si ponía voz de tonta o un acento”, explicó. También seguiría sus pasos su hermano Sebastian, no así sus dos hermanas: Felicity (agente literaria) y Suzanna (veterinaria).

Nacida en Wandsworth, al suroeste de Londres, a los 16 años Emily ingresó a Hurtwood House, una escuela conocida por su avanzado programa de artes escénicas. Fue así que formó parte del musical Bliss, que en 2000 terminó presentándose en el Festival Edinburgh Fringe. Allí la vio quien finalmente se convirtió en su representante y lo sigue siendo hasta el día de hoy. “Me encanta la continuidad. He trabajado con los mismos maquilladores durante años. Crea tu propia pequeña familia”, le dijo a The Guardian en 2015.

Un año después estaba trabajando junto a Judi Dench en la obra teatral The Royal Familiy, dos años más tarde debutaba en televisión y en 2004 se estrenaba en cine con Mi verano de amor. Al año estaba ganando su único Globo de Oro como Actriz de Reparto por la miniserie La hija de Gideon, donde hacía de la atormentada hija de Bill Nighy.

Pero su verdadero salto a la fama fue con El diablo viste a la moda (2006), donde interpretaba a la insufrible secretaria del personaje de Meryl Streep. Si bien el rol de Anne Hathaway era más importante, la revista Entertainment Weekly la nombró como “la mejor roba-escenas femenina”.

La actriz confesó que le gustaría hacer una segunda parte de esta comedia con tal de volver a trabajar con el mismo elenco. “Lo haría en un santiamén”, señaló. Y luego bromeó con que sería una perfecta oportunidad para que su personaje cambiara el maquillaje porque creía que la sombra verde de ojos que usaba era horrorosa.

De ahí en más se sucederían títulos como Conociendo a Jane Austen, sobre un club de lectura de la famosa escritora inglesa; Juego de poder, con Tom Hanks y Julia Roberts; o La joven Victoria, escrita por Julian Fellowes (Downton Abbey).

Fue la primera opción de Jon Favreau para ser La Viuda Negra en Iron Man 2, pero rechazó el papel. “Pienso que hice bien. En ese entonces los roles femeninos en esa clase de productos eran muy planos. En cambio hoy no, así que quién sabe. No cierro puertas. Jamás”, respondió años más tarde consultada por si ahora haría una película de superhéroes.

Emily ha pasado por varios géneros y siempre salió airosa. Hizo ciencia ficción con Matt Damon en Agentes del destino; comedia para toda la familia en Los Muppets; la muy buena comedia romántica Eternamente comprometidos junto a Jason Segel; un thriller con mucha acción como Sicario; el logrado musical En el bosque por el que fue nominada al Globo de Oro; algo de aventura con El cazador y la reina; un best seller como La chica del tren, y se animó a ser la más reciente versión de Mary Poppins… por solo nombrar algunos ejemplos.

Entre los papeles de ciencia ficción por los que más se la recuerda está Al filo del mañana (ganó el Critics Choice Award), con Tom Cruise como coprotagonista. Con su particular humor contó que durante el rodaje casi mata al actor de Misión imposible. Resulta que sus personajes viajaban en un auto por una zona infestada de “mimics” (sus enemigos en la historia) y a Emily, que es quien conduce, se le pidió que aumentara la velocidad. Pero enseguida Tom le ordenó que parara, algo que ella interpretó como un chiste y terminaron impactando contra un árbol. No pasó de un susto, pero sirvió para bromas posteriores.

Más de una vez le han consultado por la continuación de este exitoso film. En 2017 se confirmó el regreso de Cruise y Blunt, dos años después estaba pronto el guion, pero al año el director Doug Liman aclaró que faltaba mucho por hacer. Warner llegó a pensar en un spin-off televisivo, pero no se dio por problemas legales.

“Me encantaría hacer otra película. No sé cuándo y no sé cómo. No tengo claro que mi espalda vaya a resistirlo”, bromeó Emily al respecto.

Entre sus destaques más recientes está la saga Un lugar en silencio (dos películas disponibles en Star+), en la que la actriz es una madre que debe proteger a sus hijos de unas extrañas criaturas que ubican a los humanos por el ruido que hacen, por lo tanto para sobrevivir hay que vivir en silencio. Por ella ganó el premio del Sindicato de Actores (SAG).

En estas películas fue dirigida por su marido, John Krasinski, que también actuó en la primera. Comenzaron a salir en 2008 y ella contó que lo conquistó cocinándole un pollo al horno. Al otro día él le propuso matrimonio, según comentó en el programa de Jimmy Kimmel. Se casaron en 2010 en Como, Italia, y fueron padres de Hazel en 2014 y de Violet en 2016.

Sus hijas son la razón por la cual, tras encarnar a la bióloga Katherine Oppenheimer en Oppenheimer —film sobre el creador de la bomba atómica—, ha decidido hacer una pausa en su carrera. “Siento que hay piedras angulares en los días de los niños que son muy importantes cuando son pequeños”, adujo y enumeró: “Son: ‘¿Me despertás? ¿Me llevás a la escuela? ¿Vas a buscarme? ¿Me vas a acostar?’ Solo necesito estar allí para ellas durante un buen rato. Sentí eso en mis huesos”.

También ha dicho que no quiere que sus hijas sigan sus pasos porque considera que la industria del espectáculo es “despiadada” y puede ser “muy decepcionante” para las mujeres debido a su lado superficial. A Emily no le ha ido mal, por eso es que una opinión así invita a pensar.

Vida privada

Bublé fue su pareja y Stanley Tucci es su cuñado

Antes de conocer a Jonh Krasinski, Emily Blunt estuvo en pareja con el cantante canadiense Michael Bublé durante tres años. Lo conoció en la entrega de los premios Logie Awards (Melbourne, Australia). Colaboró con él en el cover Me and Mrs. Jones del álbum Call me irresponsible.

La razón que dieron para separarse fue “incompatibilidad de agendas”, pero se dice que en realidad fue por las continuas infidelidades del cantante.

Siguiendo en temas familiares, el cuñado de Emily es el también actor y además director Stanley Tucci. Este está casado con su hermana Felicity, agente literaria. Fue la actriz quien ofició de Cupido.

Consultada por Fotograma si le gustaría ser dirigida por Tucci, dijo: “¡No será porque no le insista! Me ha dirigido mi marido, pero no mi cuñado. ¿No sería ideal que lo hiciera precisamente en una comedia?”. Recordemos que fueron compañeros de reparto en El diablo viste a la moda.