NOMBRES
En noviembre se estrenó la cuarta temporada de The Crown, con la serie, la actriz dejó de ser una completa desconocida para ser estrella.
Ese momento lo cambió todo. La astucia, el riesgo, el estudio. ¿La suerte? Emma Corrin no debía ser la princesa Lady Di en The Crown. No. Emma Corrin ni siquiera debía aparecer ante las cámaras para millones de televidentes como extra o como un personaje secundario y olvidable. Emma Corrin simplemente debía hacer el trabajo para el que la habían contratado, que consistía en leer los guiones de la serie a modo de apoyo para quienes sí, se suponía, aparecerían ante la cámara y se volverían ellos mismos olvidables o memorables.
La chica es británica, está en sus 25 años, es modelo, y hasta 2019 contaba con solo dos papeles en series de televisión inglesas (Pennyworth y Grantchester), un corto y algo más en su curriculum. Pero no estaba dispuesta a quedarse ahí. Estudió el papel de Diana hasta el cansancio, imitó absolutamente todos los movimientos hasta la perfección: hombros rectos, espalda ligeramente encorvada por la cabeza casi siempre gacha, mirada indecisa que, por la posición de la cabeza, ante las cámaras apenas asomaba por debajo de su pelo.
“Llamaron a mi agente y le dijeron: ‘¿Puede Emma venir y ayudar a leer? Le pagaremos, no es una audición, solo necesitamos a alguien que lea a Diana en estas escenas. Todos los productores y el director y directores de casting estarán allí’”, contó la actriz a Vogue. “La lectura salió tan bien, que días después fue llamada para audicionar”, escribieron en la cuenta de Netflix Latinoamérica hace unos días.
Emma Corrin hizo con las reglas lo que quiso, aprovechó el lugar y el momento y se convirtió en laLady Di de The Crown. Un riesgo que podría haber salido mal si se considera la escasa experiencia de la actriz y la expectativa que significa llevar a un personaje tan popular a la pantalla (no hay que olvidar el papelón de Naomi Watts cuando fue Diana en la película de 2013 de Oliver Hirschbiegel).
“Ella fue un icono y su efecto en el mundo sigue siendo profundo e inspirador. Poder meterme en su piel es la oportunidad más excepcional y me esforzaré al máximo para hacerle justicia”, dijo Emma. Funcionó.
En noviembre de 2020 Emma apareció en la pantalla de Netflix con el cabello corto y rubio, un suéter estampado, hombros rectos pero espalda encorvada por la inclinación de la cabeza, una frescura como de niña que no tiene más que pensar en su juego y convenció. Por los próximos 10 capítulos el público y la crítica estaban dispuestos a creerse que Lady Di tenía ahora el rostro de Emma Corrin.
Tras estudiar a su personaje hasta la médula, la actriz inglesa decidió pedir a los guionistas que no fueran tibios a la hora de hablar sobre la bulimia, el trastorno alimenticio que atormentó a Lady Di.
Sobre su fuente de estudio principal, el documental Diana en sus propias palabras, dijo a la revista Interview: “Es fantástico porque está narrado por ella y la tenés contando su propia historia. No te acercarás más a una versión real de los eventos que eso. Luego trabajé con William Conacher, quien era mi entrenador de dialecto, y Polly Bennett, mi coach de movimiento y carácter. Así fue como me enfoqué en sus aspectos físicos y su psicología y fue entonces cuando me di cuenta de que podía ponerme en su cabeza y en sus dientes”.
Más allá de la monarquía.
Royal Tunbridge Wells es una pequeña ciudad inglesa en el condado de Kent. No llega a los 60 mil habitantes y sus calles conservan la gracia de su mejor época, cuando en el siglo XVII se convirtió en un punto de interés turístico para los británicos. Quienes se acercaban al lugar, querían calmar sus males en los pozos que surgían de los manantiales naturales. Incluso miembros de la realeza eran visitantes asiduos del lugar. Y, por allí, con dos hermanos menores, un padre y una madre que trabajaban para brindarles una vida acomodada, con su carisma y gusto temprano por el arte de la interpretación, jugaba esta actriz de niña.
Emma, dicen las notas que desde noviembre han surgido queriendo desentrañar cualquier detalle de su vida privada, creció en una familia de clase alta, casa grande, fondo, piscina, colegios caros. Y fue en ese mundo, en un internado católico de prestigio, donde descubrió que quería actuar. Para cuando creció y tomó el rumbo de su vida adulta, actuó en algunas obras clásicas, estudió el teatro shakesperiano, asistió a la Academia de Música y Arte Dramático en Londres, luego a la Universidad de Bristol y, finalmente decidió estudiar teatro, además de educación e inglés en el St. John’s College de la prestigiosa Universidad de Cambridge. Lo de Emma como Lady Di, además de astucia y talento, también es método.
Ahora, y a futuro, con los focos queriendo seguir su carrera en la actuación y el modelaje, con todos los medios del mundo hablando sobre ella y su capacidad de adaptarse a la realeza de The Crown, lo que quiere Emma es ponerse a prueba una vez más. Esta vez alejada de todo lo escandalosamente popular y elegante, porque la próxima vez que la vea el público será en una película independiente. Está en eso. Habrá que esperar.
Mientras, Emma seguirá disfrutando de lo que ha llamado su “idea del paraíso”: paseará su perro por los parques británicos y compartirá tiempo con amigos. La actuación explotó en su vida, pero su esencia de chica anónima sigue intacta.
Las otras Diana en la pantalla
La lista de actrices que interpretan a Diana Spencer no se queda ni en el pasado ni en el presente de Emma Corrin. Para la temporada cinco de The Crown ya está confirmado que la actriz australiana Elizabeth Debicki interprete a Lady Di en su etapa final.
Por otra parte, en junio se anunció que Kristen Stewart también hará de la princesa, en una biopic dirigida por Pablo Larraín.
La de Naomi Watts, actriz británica-australiana, como Lady Di no fue una historia feliz. En 2013 se estrenó Diana, pero la actuación y la película fueron muy criticadas.
En 2007 Genevieve protagonizó Diana: Last Days of a Princess, una película para la televisión estadounidense que narra la vida de la princesa desde el divorcio.
A la inglesa Serena Scott Thomas le tocó interpretar a Lady Di en Diana: her true story, una película de 1993 basada en la autobiografía de la princesa británica.
Fue la primera en interpretar a Diana, en 1982, en Charles & Diana: A Royal Love Story, a poco tiempo del casamiento, cuando la corona estaba en calma (o parecía).