Emociones en la era de los emojis

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El bullying es uno de los fenómenos contra los que actúa el programa

COMPORTAMIENTO

Un programa de educación responsable en niños y adolescentes procura lograr un buen manejo de las emociones y la empatía.

Los resultados de una reciente encuesta sobre el bullying y los síntomas de depresión entre adolescentes reveló una amarga sorpresa. El capítulo uruguayo de esta "Encuesta Mundial de Salud Estudiantil" estableció que sobre un total de 3.524 adolescentes que cursan ciclo básico y bachillerato, el 32,8% dijo haber sido víctima de bullying o acoso escolar. El dato revela, asimismo, lo que tal vez sea un largo historial que se remonta a los primeros años escolares, donde acosados y acosadores han sido víctimas de un mal manejo de sus emociones.

La ira, la frustración y la vergüenza son algunas de las emociones negativas a las que todos nos vemos sometidos en algún momento de la vida. Los niños pueden ser particularmente vulnerables al desborde de estas emociones, con los consecuentes daños psíquicos que repercutirán luego en su vida adulta.

El programa de Educación Responsable es una iniciativa que nació en España con el impulso de la Fundación Botín y las universidades de Cantabria y Yale. Desde su creación en 2006 a la fecha, el programa se aplica en 210 centros educativos, y ha alcanzado ya a 70.000 niños y adolescentes. Comenzó a aplicarse en Uruguay desde el año pasado en un puñado de escuelas y liceos, tanto públicos como privados, y ya comienza a revelarse como una herramienta idónea para un mejor rendimiento en los estudios y un aumento de la creatividad.

"El objetivo del programa es el de llevar la inteligencia emocional a la educación, ya que el paradigma educativo ha cambiado y ya no alcanza con enseñar, por ejemplo, matemáticas. Es necesario aprender la empatía con el otro, cómo resistir la frustración, manejar la ira, las emociones en general", explica a Domingo el director del programa Ilan Bajarlia.

Según los datos manejados por el académico hay actualmente unos 1.300 niños y adolescentes uruguayos que ya comenzaron a incorporar elementos de inteligencia emocional con provecho.

"Depende de con qué escuela se esté trabajando, su contexto social y económico, se los capacita a los docentes en inteligencia emocional en cuestiones como empatía, resiliencia, autocontrol", señala.

Algunos de los temas sobre los que se trabaja con especial hinchapié tienen que ver, precisamente con el bullying. Los docentes tratan de estimular la empatía, el "ponerse en el lugar del otro" ante determinadas situaciones.

El trabajo se desarrolla en tres etapas fundamentales: la identificación de la emoción; el acto de entender qué es esa emoción, y finalmente el manejo de la misma.

"Donde se aplica el programa aumenta la claridad emocional, aumenta la creatividad, disminuye la ansiedad y en general mejora el clima escolar", asegura Bajarlia.

Los expertos sostienen que el manejo adecuado de las emociones tiene tanto o mayor importancia que los niveles de coeficiente intelectual a la hora de enfrentar tanto los desafíos laborales, como los estudios o la creatividad.

En Uruguay, la aplicación del programa que alcanza a 12 instituciones educativas se hace con la participación de la ONG El Abrojo y la Universidad ORT. Los centros educativos, tanto de enseñanza primaria como secundaria, están ubicados en contextos socioeconómicos bien variados. Se trata de escuelas y liceos que funcionan en las zonas de Casavalle, Cerrito, Capurro, Villa Española, Sayago, Manga, Tres Ombúes, Pocitos y Aires Puros.

En clase

Según los docentes

El programa aún no cumplió un año de desarrollo, ya que se considera como un plan piloto el iniciado en 2016 y solo a partir de marzo pasado comenzó a aplicarse en forma sistemática durante el año lectivo. En esa medida, aún no hay una evaluación concluyente sobre sus resultados. De hecho, el programa completo lleva tres años para abarcar toda su agenda.

No obstante, los docentes que ya lo están aplicando comienzan a avizorar cambios interesantes en sus alumnos.

"El programa nos permite trabajar sobre cuestiones aptitudinales y valores. Todavía es muy pronto como para advertir los resultados, pero ya hemos comenzado a notar que cuando surgen problemas los chicos empiezan a utilizar el lenguaje aprendido, se preguntan, por ejemplo, si te pusiste en el lugar del otro. Se ven cambios en el vocabulario, también", explica Daniela Gold, docente de la Escuela N° 47 de Capurro.

El espacio dedicado a educación emocional no solo es aceptado por los chicos, sino que es esperado. En clase, los maestros disponen además de una serie de herramientas educativas que provee el propio programa, con literatura, ejercicios, material al que los docentes pueden recurrir directamente y reducir considerablemente así la preparación de sus clases.

"La escuela se encuentra en un contexto de clase media y media baja, de trabajadores. Tenemos detectados en la zona a familias con problemas de violencia doméstica y uso de drogas", explica Gold al describir la zona de influencia.

En un contexto bien distinto la Escuela Integral, ubicada en la zona de Pocitos, aplica el mismo programa desde la fase de educación inicial hasta el quinto año.

"Apostamos a este proyecto buscando potenciar y estimular en los niños el desarrollo de la creatividad y su comprensión emocional. Cada día vemos a nuestros alumnos más reflexivos, con mayor conocimiento y confianza en sí mismos; más empáticos, respetuosos de las diferencias individuales, con más facilidad para reconocer y expresar sus emociones y sus ideas", señala por su parte la docente Perla Sonsol, de dicho centro.

La docente destacó la calidad del material de apoyo que brinda el programa y cómo este se acopla a las necesidades del docente. "Lo que nos permite el programa es acceder a un banco de materiales muy variado y apropiado para cada nivel, la posibilidad de seleccionar las actividades que más se ajustan a nuestros intereses y a las características de nuestros alumnos. También sistematizar de alguna manera el trabajo y participar en foros de encuentro con colegas que se encuentran trabajando en pos de este mismo objetivo", indica Sonsol.

La docente también reflexiona acerca de los desafíos que plantea la época y cómo herramientas educativas como este programa permiten enfrentarlos.

"Nos encontramos en el umbral de una nueva sociedad en la cual está surgiendo una nueva dimensión humana. Este momento de crisis nos da la oportunidad de intervenir en la construcción de una visión sólida y más amplia del desarrollo de los valores y las virtudes que le dan sentido a la vida comunitaria", dice.

Sobre fines de este año lectivo los docentes comenzarán a preparar sus respectivas evaluaciones en torno a los logros de la iniciativa.

"En 2018 comenzaremos evaluación longitudinal a cargo del doctor Alejandro Vásquez —Facultad de Psicología, UdelaR— en la que se analizará el impacto del programa a nivel psicológico durante su duración (3 años) en muestra de centros experimentales comparado con centros de control", informa Bajarlia.

A partir de su aplicación en Uruguay, el primer país en "importar" desde España la iniciativa académica, el programa comenzó a replicarse en Chile, donde ha tenido una gran aceptación en la comunidad educativa. La idea es ir llevándolo a otros países latinoamericanos que demuestren interés.

aulas

En qué centros locales se cursa

Desde el año 2016, se ha extendido por primera vez fuera de España y está siendo implementado en 12 escuelas y liceos del Uruguay de la mano de la ONG El Abrojo y la Universidad ORT, siendo así los primeros beneficiarios en 2016: Jardín 237 de Capurro, Escuela 47 de Capurro, Escuela 161 de Sayago, Liceo Providencia del Cerro y el Liceo Impulso de Casavalle, con un alcance de 40 docentes y 100 chicos. En 2017 el programa alcanzó a 12 centros (7 nuevos): Obra Banneux (Casavalle), Elisa Queirolo de Mailhos (Cerrito), Colegio Federico Ozanam (Villa Española), Colegio Don Bosco (Manga), Colegio Montserrat (Tres Ombúes), Escuela Integral (Pocitos) y Colegio José Benito Lamas (Aires Puros), alcanzando 120 docentes y 1200 alumnos de 12 centros educativos de Montevideo. Para 2018 se proyecta un total de entre 16-18 centros educativos en todo el país. El programa cuenta con una serie de alianzas institucionales a nivel local e internacional: Fundación Botín, Universidad ORT, El Abrojo, Fundación Sophia, Niños con Alas, Observatorio Socioemocional de Ineed, Centro Cultural de España. Varias empresas prestan su apoyo a la iniciativa académica: PwC, Bantotal, CMI Interser, Sabre, Regency Hotels, WTC Free Zone, República AFAP, Ingener, Amadeus, Life Cinemas, Movie Center, Aguada Park, Carle & Andrioli. El año próximo se hará una evaluación integral del programa, examinando su impacto psicológico en los alumnos que lo cursaron, que se estima son alrededor de 1.300 alumnos.

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