Emociones que contraen al cuerpo

| El estrés y las malas posturas son dos de las causas primeras de las contracturas, un mal de esta época.

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Se termina el año. Hay que ir a despedidas, hay que reunirse con familiares, hay que comprar regalos, hay que sobrevivir a los centros comerciales, hay que calcular gastos, hay que hacer un balance del año, hay que planificar las vacaciones. El problema es que, en ocasiones, el cuerpo no está preparado para soportar el ajetreo de estas fechas. Y entonces se rebela, de múltiples formas. Una de las más comunes se llama contractura.

Todos los especialistas coinciden en que la principal causa del "quedar tieso", a grados que aumentan hasta el no poder moverse, suele ser emocional. En forma menos coloquial lo define el quiropráctico Nicolás Mermelstein: "Se trata de la contracción de un músculo que no es placentera. Puede ser una sensación de rigidez, dureza, dolor, espasmo, calambre, y según el grado es la molestia que uno tiene. Es la respuesta de un músculo a un estímulo, a través de un nervio". Además, destaca que si bien "las causas son siempre múltiples -nunca hay una sola- la parte emocional es muy, muy importante".

Álvaro Durante, presidente de la Asociación de Kinesiólogos del Uruguay, coincide y afirma que precisamente esa raíz tantas veces psicológica de las contracturas explica el aumento que ha sufrido en los últimos tiempos. "No sólo por el estrés. Yo trabajo con deportistas, en fútbol y basquetbol, y veo que ha aumentado en los chicos por el tema de las presiones. Quieren ganar, tienen contrato desde los 12 o 13 años, ya quieren irse del país, y están sujetos a esas presiones. En el resto de la gente se da más por el ritmo de vida, el trabajo, las múltiples actividades. Hay que bajar las revoluciones".

Es que, como lo detalla Mermelstein, la contractura es también una suerte de respuesta física a una agresión emocional. "Las responsabilidades se acumulan sobre el cuello, los hombros, allí está lo que uno soporta. Y también la carga lumbar, que tiene que ver con el avance, con el propósito de moverse, de ir adelante".

De hecho, las partes del cuerpo más afectadas suelen concentrarse en el cuello, la espalda, la zona lumbar y los hombros. Estos últimos son particularmente vulnerables. "Cuando uno tiene problemas y el gesto más frecuente es poner rígidos los hombros. Y ahí arranca el problema en las cervicales, dolor de cabeza; una cosa generalizada", señala Durante.

El otro gran motivo de las contracturas -además de golpes y malos movimientos- es la postura equivocada. Por eso, el problema cunde en estas épocas: la pantalla de la computadora no es un gran aliado. El kinesiólogo Juan Carlos Cafferatta entiende que, debido a esa misma razón, el mal no se remite a un período del año -como podrían serlo las fiestas-, sino que es una dolencia propia de estos tiempos. "La gente tiene problemas todo el año, sobre todo por el trabajo. La computadora es todo un tema, estar tantas horas frente al monitor, o los que manejan mucho, en general sufren de contracturas". Tanto en los que trabajan en oficinas como en fábricas, el problema se nota a su vez en manos, brazos o antebrazos, completa Durante.

Con este panorama, es entendible que los más afectados sean jóvenes. "Las personas que más están sufriendo tienen entre 25 y 35 años, ya que tienen mucha actividad. Estudian, hacen deporte, tienen uno o dos trabajos, entonces llegan a un pico de estrés", indica Durante. En la tercera edad, las causas más comunes son la artrosis y las hernias de disco.

masajes y cuidados. Las contracturas pueden ser muy dolorosas, por lo que, en lugar de esperar que cedan solas, lo recomendable es acogerse a alguno de los diversos tratamientos que existen. "Está el descanso, la relajación, la meditación, la fisioterapia, la acupuntura, la quiropraxia; todo sirve cuando está bien indicado y siempre que el resultado sea bueno", opina Mermelstein.

Desde la kinesiología, Cafferata indica que en su terapia, que consta de masajes y digitopuntura, "se trabaja con la yema de los dedos presionando en la zona de la contractura hasta que el músculo afloje. Se trata de que el músculo contraído vuelva a la normalidad". Un elemento útil a este propósito, agrega, es la lámpara infrarrojo. "Es muy buena, sirve también para pinzamientos de disco. Emite un calor que ingresa en el músculo y afloja la contractura".

Para el quiropráctico Mermelstein, en tanto, antes que aplicar cualquier tratamiento es recomendable indagar sobre la causa de la contractura. "A veces obedece a un problema emocional, otras puede ser muestra de alguna afección orgánica. El diagnóstico siempre es fundamental. Yo hago quiropraxia y acupuntura, pero no tengo la solución para todo", señala. Cualquier terapia debe ser progresiva, suave, "con cariño", añade, de lo contrario podría agravarse la dolencia. Y apuntar al motivo psicológico. "Si la persona tiene que pagar muchas cuentas, tiene deudas, y un pequeño sueldo, no la vas a arreglar con un masaje", ilustra.

Por supuesto que es fundamental cuidar la postura, sobre todo quienes trabajan en una oficina, o levantan peso, dice Durante. "Pueden hacer tratamiento kinésico, quiropraxia, masoterapia. Es muy difícil cambiar el hábito, hasta que se llega a un grado de complicación que la persona debió estar un mes de reposo y ahí toma conciencia". Muchas veces hay que "enseñarle al paciente a sentarse, caminar, apoyarse", agrega el quiropráctico.

¿Y los fármacos, sirven? Los especialistas coinciden en que alivian el síntoma, pero no van al fondo del problema. Para Durante, "es crítico que la gente empiece a tomar cosas cuando no está medicada. Esa no es la solución".

Por su parte, Mermelstein añade: "A veces las personas se toman un relajante muscular, y sirve, pero se actúa sobre el síntoma, no sobre la causa. Luego pasa el efecto y estás igual o peor".

Tips que alivian el dolor

Un ejercicio simple y efectivo para relajarse en la oficina consiste en imaginar que uno tiene la nariz muy larga y escribir en un pizarrón imaginario delante de la pantalla. En un abecedario se pueden lograr todos los movimientos necesarios para relajar los músculos del cuello.

Este ejercicio puede ser complementado con movimientos hacia arriba y debajo con los hombros y, si es posible, movimientos circulares con la cintura al menos unos segundos, tres o cuatro veces por día.

Ninguna columna soporta estar más de 40 minutos seguidos en una postura viciosa, como puede ser estar tirado hacia adelante frente a la computadora.

Por eso, es importante levantarse de la silla cada tanto y caminar, aunque sea unos pocos pasos. No se debe hacer ejercicio físico cuando se está contracturado o dolorido; podría agravarse el mal. Antes de comenzar hay que hacer calentamiento.

El ejercicio debe realizarse en forma regular y progresiva, pero una vez que ya se trató la contractura.

Tomar un relajante muscular alivia el síntoma, pero no soluciona el problema, aclaran especialistas.

Fuente: La Nación/GDA.

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