Cuando debutó como Lyanna Mormont en la sexta temporada de Game of Thrones —la exitosa serie de HBO basada en los libros de George R.R.—, los fanáticos se sorprendieron con la expresividad y la actuación madura de Isabella May Ramsey. Aunque apareció en pocos episodios y tenía diálogos cortos, lo que entregó fue suficiente para impresionar al público.

Y es que la actriz británica, de ahora 21 años, tenía tan solo 11 en aquel entonces y se trataba de su primer gran personaje en la pantalla. No demoró para que Ramsey apareciera en titulares de todo el mundo como “estrella revelación”, entre otros elogios que el tiempo fue confirmando. El personaje no solo le abrió las puertas en Hollywood, sino que la ayudó en su proceso personal de crecimiento.

“Creo que la oportunidad de pararme frente a un montón de hombres adultos y avergonzarlos, de interpretar a un personaje tan confiado, me ayudó con mi propia confianza. Imagina que estás en una situación en donde te sientes ansioso o nervioso, pero te puedes convertir en un personaje y superarla de esa manera. Extrañaré eso de ella”, dijo al despedirse de la pequeña líder de la Casa Mormont en la octava temporada de la producción.

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En ese momento, la joven actriz, que nació y creció en Nottingham, Inglaterra, aún no sabía que volvería a interpretar a una niña fuerte y llena de personalidad en otra producción mega exitosa de HBO.

En la piel de Ellie en The Last of Us, estrenada en enero de 2023, volvió a captar la atención del público. Un público que era tan exigente como el de GOT, ya que la serie está basada en un famoso videojuego. Es decir, ambas producciones tuvieron su gran carga de riesgo. Quizás eso explique porque solamente el primer episodio de The Last of Us, que estrena su segunda temporada el 13 de abril, superó los 40 millones de espectadores en EE.UU. (y, claro, hay más en todo el mundo).

Creada por Craig Mazin (responsable de la serie Chernobyl) y Neil Druckman (creador del videojuego), la historia sucede en un futuro postapocalíptico donde unos hongos (Cordyceps, que existen en la realidad) han convertido a gran parte de la población en monstruos sedientos de sangre. Ellie es una huérfana de 14 años que se vuelve pieza clave para crear una vacuna que pueda salvar el mundo, ya que es inmune al hongo.

En la serie, Ramsey actúa junto a Pedro Pascal y la química entre los actores es uno de los mejores puntos de la producción. Por este rol fue nominada al Emmy de Mejor Actriz.

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A lo largo de las grabaciones de The Last of Us, Ramsey y Pascal se convirtieron en buenos amigos. Al punto de que causaron sensación en la gira de prensa de la primera temporada. En las alfombras rojas, Ramsey, de 1,55 de altura, y Pascal de 1,80, llamaban la atención no solamente por una especie de juego generacional entre ellos, sino también por la complicidad que establecieron. En entrevista con Vogue, la actriz reveló que Pascal está guardado en su teléfono como “Pedge” porque llamarlo Pedro se sentía muy formal y que, incluso, se dan consejos de moda.

En la serie, Pascal es Joel y pasa de ser un sicario con la misión de llevar a Ellie a un laboratorio para extraer su ADN (que es resistente a los hongos) a convertirse en su figura paterna. Según la sinopsis de la nueva temporada, pasaron cinco años de los últimos acontecimientos. Ellie vive en una comuna aparentemente bucólica en Wyoming, Estados Unidos, pero una mentira sobre su pasado pondrá a prueba su relación con Joel.

Hija de un empresario y trompetista amateur y un ama de casa de perfil bajo, Bella Ramsey comenzó a actuar como un hobby a los 4 años. Sus padres eran entusiastas del teatro y, viendo su potencial, la inscribieron en la Stagecoach Theatre Arts, donde estudió interpretación durante siete años. Así, a los 10 entró a Television Workshop, grupo de actuación especializado en descubrir jóvenes talentos fuera de la burbuja londinense.

Allí empezó su camino y dejó una marca tan positiva que Alison Rashley, directora de Television Workshop, al ser consultada por Vogue sobre los comienzos de Ramsey, no economizó en elogios: “Actúa con intuición. Su actuación siempre es absolutamente honesta. No hay trucos, solo una entrega total al papel”, dijo.

De acuerdo con IMDb, Ramsey ha participado en el reparto de 24 producciones audiovisuales, entre las que se encuentran películas como Catherine Called Birdy (2022), basada en la novela de Karen Cushman, series, cortos, podcasts, animaciones y hasta videojuegos.

Tras su papel revelación en GOT —que, a propósito, solo estaba autorizada a ver los episodios en los que participaba, ya que la serie tenía muchas escenas de sexo y violencia—, interpretó a Mildred en la adaptación de La Peor Bruja de la CBBC (canal infantil de la BBC), pero abandonó la serie al final de la tercera temporada.

“Yo era la protagonista y tenía que ir todos los días, una gran responsabilidad a los 12 años”, confesó en la época. El estrés que sintió por la carga laboral fue tan grande que la situación la hizo desarrollar anorexia. “Tenía una necesidad imperiosa de, creo, mostrarle a la gente físicamente que estaba pasando por un momento difícil, porque me costaba mucho verbalizarlo”, contó.

Hablar de las cuestiones que la atraviesan, mientras crece delante del ojo público, viene siendo algo que Ramsey hace con sabiduría. En 2023, en entrevista con The New York Times, se declaró persona no binaria, es decir, que no se identifica con el género femenino ni con el masculino. Desde entonces, también se ha descrito como “no cien por cien heterosexual”.

“De pequeña, siempre me consideraba una marimacha. Mi nombre en Club Penguin (red social para niños y adolescentes de principios de los 2000) era Tomboy Bella”, confesó a Vogue. “Parte del trabajo de ser actor es que se supone que debes tener una respuesta a cada pregunta que te hacen. Pero, en realidad, la respuesta puede ser: ‘No sé y no estoy listo para hablar de eso’. Es algo que todavía estoy tratando de entender. Me entristece que personas que son públicas no puedan explorar su identidad de género o sexualidad en privado. Es un privilegio que ya no tengo”, añadió.

En los últimos días, otro aspecto de su vida estuvo en los titulares de la prensa. Y es que mientras rodaban la serie en Canadá, un miembro del equipo con una hija autista asumió que Ramsey también lo era. Eso la impulsó a buscar una evaluación psiquiátrica formal y confirmar algo que “siempre se había preguntado”, ya que sufría con cuestiones sensoriales y de niña se sentía fuera de lugar en la escuela, se describía como un “bicho raro” que estaba más cómodo con los adultos que con sus compañeros.

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“Ya he hablado un poco sobre la neurodivergencia, pero por alguna razón siempre me resistía. Sentía que no quería decir qué era”, comentó, antes de revelar su diagnóstico: “Mi experiencia de moverme por el mundo es como la de una persona autista. No hay razón para que la gente no lo sepa”.

La joven y talentosa actriz en varios aspectos hace justicia a la generación centennial a la cual pertenece: muy vinculada a cuestiones ambientales, sin vueltas para hablar sobre salud mental y dispuesta a poner el dedo en la herida cuando es necesario. Pero, principalmente, sin vergüenza para ser quien es y amigarse con su identidad.