Fue parte del "Chicago" de 2004, adaptó varios famosos musicales y ganó un Florencio por "Robin Hood"

Hace más de 20 años que Sebastián Bandera adapta obras musicales para la cartelera local. También actúa, dirige y compone canciones para teatro.

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Sebastián Bandera.
Andres Gorlo

Imagine un entrenamiento militar como vemos en las películas estadounidenses, reclutas corriendo y cantando: “Soy intérprete de musical (repite el coro)/ Sé cantar, bailar y actuar (repite el coro)/ Vos también podés entrar si tenés con qué pagar (repite el coro)”. La ocurrencia fue de Sebastián Bandera (48 años), cuando cursaba la carrera de comedia musical en la entonces escuela de Luis Trochón (hoy Escuela de Acción Artística). Se lo propuso a sus compañeros para hacer más divertidos los entrenamientos al aire libre y se instauró como un himno.

“Yo les contaba que estaba acostumbrado desde niño a adaptar letras y canciones con mi hermano de camino a la escuela. Salía una canción nueva y hasta que no la conseguíamos grabada, rellenábamos con nuestra imaginación la letra que no sabíamos y que podía encajar en la métrica”, recuerda en diálogo con Domingo.

Estos dos juegos —el de la academia y el de su infancia— lo transformaron en la persona que Trochón necesitaba para traducir las canciones de las obras a representar, que en su mayoría estaban en inglés.

“Si las hacíamos en el idioma original, primero que no todos las iban a cantar bien, y segundo, se cortaba esa conexión que el público deber tener cuando ve la obra completa”, explica Sebastián.

Trochón le dio un par de canciones y quedó sorprendido con su rapidez. Entonces se le sumó otra alumna, Laura Montuori, y juntos adaptaron West Side Story completo, que con el tiempo llegó a estrenarse a nivel profesional con esas letras. “Quedó buenísimo porque tenía más conexión con nuestro lenguaje y éramos más cuidadosos que las versiones españolas o mexicanas que encontrábamos tanto de este musical como de Kiss me Kate (Bésame Catalina)”, apunta.

Las adaptaciones funcionaron y no solo comenzaron a pasar de generación en generación en esta escuela, sino también en otras. “Me ha pasado de fijarme el repertorio de otras academias y darme cuenta de que son mis versiones, a las que les borraron el crédito porque eran de la Escuela de Luis Trochón”, comenta entre risas.

Pocos años después se estrenó en Canal 10 Localidades agotadas, un reality conducido por Reina Reech y Martín Fablet en el que se buscaba el elenco que iba a representar el musical Doña Flor y sus dos maridos. Las pruebas se hacían no solo con partes de famosos musicales sino también con canciones aisladas, como I will survive, de Gloria Gaynor o temas de los Bee Gees o Michael Jackson.

Trochón trabajaba en ese programa y designó a Sebastián para que hiciera las adaptaciones. “Ahí me enfrenté a unos desafíos que hasta el momento no había tenido, porque ¿cómo adaptás una canción como Billie Jean de Michael Jackson que la gente tiene muy grabada en su memoria?”, señala.

Entonces aprendió que había cosas que mantener, como por ejemplo la palabra Footloose en el famoso tema de la recordada película con Kevin Bacon, recurso que años después comprobó que también usaron en Argentina.

Con el tiempo Sebastián —que es Licenciado en Comunicación— no solo se transformó en actor, sino también en autor y director tanto de obras para niños como para adultos. Estuvo varias veces nominado al premio Florencio en distintos rubros y lo ganó como autor de las canciones de Robin Hood, el musical. Llegó a dirigir en España con la obra Seis, y como coach trabajó con la argentina Cristina Alberó (Conversaciones con mamá) y con Maxi De la Cruz (Mi querido Presidente). En noviembre estrenará en el Undermovie la comedia 3 contra Andrés, en la que actúa y dirige.

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"3 contra Andrés".
Andres Gorlo

Pasos a seguir

¿Respetar el texto o la métrica de la canción? Esa fue de las primeras cosas que debió resolver Sebastián al comenzar a adaptar. “La idea es que la canción hable de todo lo que habla la versión original, pero de forma que cuando vos la escuches lo sonoro también sea similar”, explica sobre un balance para el que agradece trabajar con un idioma tan rico como el español. “Siempre vas a encontrar algún sinónimo o la forma de dar vuelta la frase o usar un participio de un verbo para generar más estructura para jugar. Eso es lo que permite lograr muchas mejores versiones de casi todas las canciones ”, destaca.

Se alegra de que la Inteligencia Artificial todavía no sea una amenaza para su actividad porque, por ahora, solo consigue traducciones literales que no adaptan la sonoridad de las palabras a la musicalidad buscada.

Si su adaptación se va a utilizar a nivel profesional, es necesario pedir permiso a través de AGADU. No se precisa si las canciones van a ser parte de una muestra de un instituto de enseñanza o de una academia aunque luego vaya público a verla.

Sebastián trabaja por encargo. “Componer para tener guardado en el cajón, no, porque no tengo tiempo, siempre estoy haciendo algo actoral o de dirección. Siempre hago el chiste de que soy rápido si me ponen la zanahoria delante, o sea, me dicen ‘se necesita para tal fecha, ya hay producción y elenco apalabrado’”, comenta.

Recuerda la vez que lo convocaron de una revista de Carnaval, en la que había habido problemas internos. Lo llamaron el 1° de enero para reescribir casi todo el espectáculo y en menos de dos semanas lo tenía pronto al punto de que terminó siendo el director de la puesta en escena. Fue su debut fuerte en la fiesta de Momo, ya que antes había tenido una tímida participación en la murga Luna Pirata. En 2025 hará la puesta en escena de Yambo Kenia.

Otro de los espacios en los que despliega su talento de adaptador creativo son las fiestas privadas. Menciona la vez que adaptó canciones de Los Beatles para sorprender al patriarca de una conocida familia que cumplía 60 años y al año siguiente lo llamaron para hacer lo mismo con la esposa, pero esta vez con canciones del Club Nacional de Football.

Sebastián ha dado clase en casi todas las academias de comedia musical de Uruguay. Actualmente dicta talleres de composición musical junto a Fernando De León en Groove.

Como experto en el tema que, además entrena gente para participar de musicales, considera que en Uruguay el género está a veces bastardeado o es mirado de reojo. “Hay un tema de falta de producción para hacerlo como se debe. Aparecen más en vacaciones de julio para niños, pero en los que son para adultos, salvo honrosas excepciones, siempre hay una deficiencia o en técnica de sonido o no ponen músicos en vivo porque lo encarece o no colocan las luces que visten todo el espectáculo porque después viene otra obra…”, se lamenta. Por eso celebra que este año por primera vez Cofonte (Comisión del Fondo Nacional de Teatro) y Fonam (Fondo Nacional de Música) realicen una convocatoria extraordinaria para dar apoyo económico a la realización de musicales valorando que se hagan con músicos en vivo.

“Estos apoyos son importantes porque si el género se profesionaliza, primero que hay más trabajo y segundo que se brindan espectáculos de más calidad y eso redunda en más público”, enfatiza y pone como ejemplos los muy buenos espectáculos musicales que se hacen en colegios privados porque hay presupuesto.

Lo dice quien no solo ha visto obras en Uruguay, sino muchas en España, Londres, Francia, Brasil, Argentina y Perú. En el debe le estaría quedando Broadway, pero ya llegará, tampoco lo desespera. “Soy un enfermo de ver musicales en todos lados. Puedo llegar a ver dos o tres en el mismo día en la ciudad que esté. Uno aprende más de ver y conocer el detrás de bambalinas que de estar leyendo”, cierra el artista.

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Sebastián Bandera.
Andres Gorlo
Suceso

Chicago: 20 años de un espectáculo que marcó

Sebastián Bandera debutó como actor en 2004 en la piel de Mr. Cellophane en el conocido musical Chicago. La versión correspondió a la Escuela de Comedia Musical de Luis Trochón y marcó un antes y un después en la historia de los musicales en Uruguay según el artista. “Se habían hecho otros antes, pero nunca se dio una temporada tan fuerte, con banda en vivo —Estación Central Big Banda—, con funciones tres veces por semana, con la sala del Movie solo para esta obra y agotando entradas durante meses”, destaca.

Recuerda que al mismo tiempo se estaba dando también la primera versión de La Jaula de las Locas realizada por Nacho Cardozo.

Como anécdota cuenta que les negaron la sala durante meses, entonces Trochón recurrió directamente a los hermanos Lecueder, les mostró la obra y consiguió su aprobación.

Otra de las claves del éxito de Chicago para Sebastián fue el haber recurrido a un elenco de desconocidos, si bien a Trochón le ofrecieron convocar a gente como “Bananita” González, Silvia Novarese y Laura Sánchez para los roles protagónicos. “Con ellos también hubiera sido exitoso, pero él quería gente que hiciera todo, que hiciera su personaje y que además bailara con el cuerpo de baile”, remarca.

Cuenta que venían excursiones a ver el musical, incluso de Argentina. Otra anécdota es que en el escenario había una cachila que la gente creía que estaba solo de adorno, pero que al final el director Santiago Gutiérrez hacía andar.

“De todo ese elencazo hay gente que ha seguido dirigiendo y actuando. Noel Calcaterra (Roxie) está en Los Ángeles, Mariana Rava (Velma) en Argentina, Valeria Lorduguín (una de las presas) en México”, enumera y agrega: “Nos identificamos con el tesón, el trabajo, el compromiso. Luis nos enseñó a poner toda la carne en el asador y fue un sello que nos marcó”.

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Sebastián Bandera como Mr. Cellophane en "Chicago".

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