Tras la separación de One Direction, además de su exitosa carrera como solista, ahora se lanzó a lo grande en la actuación, coprotogonizando Dunkerque.
Harry Styles solo había hecho de Harry Styles en el cine, en los documentales de su banda One Direction. En esos títulos, llamados One Direction: This Is Us, de 2013, y Where We Are-The Concert Film, de 2014, la estrella de actuales 23 años hizo de sí mismo ante las cámaras, es decir, de talentoso músico y motor de One Direction: la "boy band" nacida bajo el calculado alero del programa de talentos de la TV inglesa The X Factor, y que desde 2010 ha sido un reguero de cifras impresionantes en la industria discográfica del Reino Unido y del mundo.
Casi 30 millones de discos vendidos y abultadas ganancias de cientos de millones de dólares son parte de una lucrativa carta de presentación que Harry Styles, en persona, traduce frente a la prensa con diplomático comportamiento y sin aires de divismo millennial. Ataviado con una camisa rosada con vuelos en el cuello, como si la prenda estuviera sacada de un fotograma de Entrevista con el vampiro, Styles habla de su debut en el cine, actuando como el soldado inglés Álex en la espectacular Dunkerque, la obra maestra del director Christopher Nolan, en cartel en Montevideo, que narra un episodio clave en la Segunda Guerra Mundial: el asedio nazi a 400 mil soldados ingleses y aliados atrapados en las costas francesas.
"Creo que cuando escuché por primera vez sobre el proyecto, incluso antes de que comenzaron a filmar, ya estaba con ansias de verla. La idea de Chris Nolan haciendo esta película es genial y si te gustan las películas es difícil no querer formar parte del proyecto ", dijo a la prensa.
El caso de Styles, en cuanto al cine, tiene similitudes con el de Justin Timberlake, porque ambos comenzaron en la arena de las "boy bands". Timberlake saltó en los 90 desde su banda NSYNC al cine con menos ventajas que Styles: Edison Force, su primer filme como actor, de 2005, solo se estrenó directo al video, y el éxito de Red Social llegó recién en 2010. La fortuna de Harry Styles, por el contrario, parece conectarlo con el éxito instantáneo. Aquí y ahora.
Bajo el agua.
Su single Sign of the times ya tiene más de 100 millones de visitas en YouTube y allí, cantando con una voz melancólica, Styles aparece levitando en una playa mientras entona Why are we always/ stuck and running/ from the bullets/ the bullets ("¿Por qué siempre estamos estancados y huyendo de las balas, las balas?").
Este éxito, parte del álbum solista posee similitudes con su papel en Dunkerque: mucho de su actuación, como uno de los miles de soldados que trata de salir con vida de una playa rodeada por el enemigo, tiene balazos sonando sobre su cabeza y está, claro, el mar como gran escenario. Actuar en un videoclip promocional quizás esté subvalorado, pero lo que hace Styles se ajusta a la intención del director Christopher Nolan de dotar de frescura a su joven elenco liderado por el novato Fionn Whitehead, quizás opacado por la fama del secundario Styles. Pero, sin duda, ambos son nuevos talentos.
Styles debió sortear un proceso de casting como todo el resto de los postulantes. De hecho, el director Nolan no lo tenía identificado en su radar como una estrella del pop, así que debió luchar por su rol igual que los demás.
Y algo que le llamó mucho la atención de esta estrella pop fue encontrarse con un guion casi sin diálogos, con ausencia casi total de la voz como herramienta de expresión. Y eso es un gran asunto a considerar para un cantante. "Creo que lo primero que pensé cuando leí el guion es que parecía mucho más corto que otros guiones de películas de Nolan. No tiene mucho diálogo y eso lo hacía más interesante. Lo crucial para nosotros fue toda esa tensión silenciosa, porque eso la hace ser la película que es", reflexiona.
En la cinta tuvo que realizar escenas físicas donde debía sumergirse en las aguas durante el hundimiento de barcos y en momentos de alta tensión. "La parte física fue el mayor desafío. Supongo que fue largo, pero fue difícil no ser consciente de lo poco que era (todo el proceso) en comparación con lo que los soldados (reales) vivieron. Lo que significa la película y dónde está ubicada, eso siempre se sintió como el foco principal y no nos dejó mucho espacio por la incomodidad personal de cada uno. Nadie andaba pensando: Oh, me duele la pierna o estoy muy cansado. Siento que teníamos todos algo que queríamos crear y crear de la mejor forma".
—Y aunque suene cliché, ¿puede una película cambiar la vida de un actor en ciernes?
—Creo que cuando estás creciendo, las cosas que absorbes a tu alrededor, sea cualquier tipo de arte o lo que sea que experimentas en tu vida cotidiana, te afecta y obviamente, te forma. Y pienso que, viéndolas desde una temprana edad, las películas son una manera increíble de hacerte entender quién eres y qué te gusta. Cuando reaccionás a determinadas cosas de una película, aprendés pequeñas cosas de ti. Así es que sí, creo que pueden cambiarte. Son tan emocionantes y obviamente algunas cosas les llegan más a algunas personas, pero hay que encontrar lo que a uno le hace sentido y eso puede producir un gran momento en ti.
Cámaras rumores y parejas
Styles empezó muy joven en el negocio del espectáculo. De adolescente, abrazó la fama global y se acostumbró a ser foco de los paparazzi; hoy, a sus 23, la sobreexposición le sigue por donde vaya. El escándalo farandulero siempre ha sido parte de su camino, por ejemplo, cuando en 2011 comenzó a salir con la presentadora de The X Factor, Caroline Flack, una profesional 14 años mayor; o cuando más tarde tuvo una relación con Taylor Swift, o cuando se unió a la modelo estadounidense Kendall Jenner. Últimamente fue noticia cuando su novia, Tess Ward, lo dejó por su pareja anterior. Pero lo cierto es que más allá de su vida amorosa Styles se está desmarcando del número juvenil de turno. Está creciendo frente a los medios de comunicación, frente a sus seguidores y, lo más interesante, frente a las cámaras de cine.
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