Henry Mullins, el melómano empedernido que dejó huella en la radio uruguaya: "Yo soy hijo de los Beatles"

El DJ y conductor radial que falleció este lunes vivía en Punta del Este, donde pasaba clásicos de la música a través de Aspen FM, y fue una voz clave de la radiofonía local. En 2021, Revista Domingo le realizó este perfil.

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Henry Mullins, productor musical, dj, en radio fm Aspen 103.5, foto Ricardo Figueredo, corresponsal Maldonado, Archivo El Pais, 20211115
Ricardo Figueredo/Archivo El Pais

Esta nota fue originalmente publicada el 14 de noviembre de 2021.
Es una de las voces más conocidas de Uruguay. Sinónimo de oldies y buena música. Henry Mullins (65) llegó a Punta del Este en 2020 para quedarse y ser el “punta de lanza” de Aspen FM, una emisora que llega a varios departamentos y es escuchada por muchos en el exterior. Vive en un apartamento ubicado frente a la radio, a tres cuadras de la Mansa y tres de la Brava, en pleno Gorlero.

“Por primera vez estoy en una FM netamente de clásicos. Eduardo Lamaison, el hijo de Roberto, un tipo de radio que tuvo la AM de Maldonado, me llamó cuando yo renuncié a Oldies y Metrópolis FM porque no quise pasar cumbias ni latino barato. Entonces quedé en banda. Y me dijo que me fuera con él a Punta del Este. Hace un año y poco que estoy acá con todos los clásicos de los 60, 70, 80, algo de los 90 y alguna cosa nueva que sea especial”, dice Mullins a Revista Domingo.

En todo este tiempo, la lectura que hizo sobre la población permanente de Punta del Este es que se trata de “gente grande”. Y que los jóvenes ya no van como antes. “De repente lo que ves es algún matrimonio con chicos de 14 años para abajo. Los jóvenes se han ido para Rocha o a otros lados. Y eso se nota en el puerto donde se reúnen todos: no son más de 500. No hay tanta juventud acá. Entonces, mi llegada a Aspen vino a cubrir un nicho que era muy importante”, señala.

Mullins destaca que la emisora puntaesteña tiene una gran calidad de salida al aire porque apostó a lo técnico. “Inclusive Lamaison se siente muy respaldado por mí, porque me gusta mucho el tema de la calidad del sonido, no soy solo un programador y locutor de radio. Traje clásicos como los que había en los programas románticos de Azul de los 90. Estoy haciendo Aspen con amor, donde pongo temas lentos, alguno en portugués. Estar en una FM de clásicos y pasar Beatles, Stones, Creedence, Led Zeppelin o música Disco me tiene muy contento”.

En toda emisión de radio es importante el feedback. Mullins sabe que no comunica quien habla, sino quien es escuchado: “Como Aspen llega lejos, me mandan mensajes de Rocha, de San Carlos, Pan de Azúcar, Solís, Piriápolis…. Y con el tema de la tecnología, te pueden escuchar en cualquier parte del mundo. Hay uruguayos que me siguen en sitios de Estados Unidos como Atlanta o California, o en Italia. Y me escriben por WhatsApp, es increíble. Hay gente que ha venido a la radio desde lugares como Bahía Blanca a sacarse una foto conmigo. Me dicen: ‘Me encanta escuchar cosas como The House of the Rising Sun (de los Animals), a los Carpenters, Cat Stevens o Procol Harum. Me vuelvo loco, son temas que en Argentina no se pasan’. Esas cosas me llenan”.

Aquellas boites

Henry Mullins comenzó a trabajar de muy joven como DJ en fiestas de colegio, hasta que empezó a pasar música los lunes (sí, los lunes) en el boliche Zum Zum, que funcionaba en la rambla del Buceo, en el edificio donde hoy está Océano. “Allí tuve un gran éxito y me trasladaron al Castillo de Lancelot. Y de ahí me fui a la discoteca El Pacha de Punta del Este, donde hice tres temporadas, una de ellas junto a Daniel Branáa. Después fuimos con él a Caracol de Paraguay, hasta que volví a Lancelot, donde llenábamos todas las noches”, recuerda.

Su vida profesional continuó en otros íconos de la noche montevideana como New York New York, Ton Ton (era moda en aquellos años repetir las palabras) y Frida. “Muchos conocimientos musicales los aprendí con Pepo González, de Océano FM”, dice en referencia a una institución de la radiodifusión uruguaya que todavía se mantiene en el dial. “Antes a estos boliches les decían boites. Y mucha gente salía ‘de trampa’ entre semana, por lo que había que poner música romántica, algo de Vinicius, de Sinatra, Natalie Cole, ese tipo de cosas. Aparte, era la época en la que todo eran vinilos. Yo la tecnología de ahora, las consolas, directamente no las sé manejar. En los software de radio ando volando; pero para pasar música, si no es con vinilos honestamente no sé manejarme, me quedé en aquella época”, anota.

Y agrega: “No quiero pecar de arrogante, pero hoy está caliente de nuevo el vinilo. Me gustaba pasar vinilos y cargar con todas esas valijas de discos que pesaban un montón”.

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Henry Mullins sale todos los días por Aspen FM de Punta del Este.

Animal de radio

Su desembarco en el dial era inevitable. Además de ser amante y conocedor de la música del mundo, y de tener una voz única, Mullins provenía de una familia muy conocida en el éter. Su tío paterno, Jorge Nelson Mullins, fue uno de los dueños de la radio Sarandí junto a Carlos Solé. Y conducía el programa Las tres tareas de la buena voluntad, uno de los éxitos más grandes de la década de 1960, que apoyaba a distintas obras filantrópicas. A su vez, su padre fue locutor de Radio Rural. Y su madre, cantante de ópera.

Después de golpear varias puertas, los hermanos Berch y Aram Rupenian le dieron una oportunidad. “Yo nunca estudié locución, pero ellos me enseñaron más o menos a vocalizar y empecé a tener unos programas en Radio Independencia, que era la emisora de la juventud junto a Radiomundo. Estuve años allí hasta que me fui a Azul FM y después a Metrópolis”, recuerda.

En esta última fundó Oldies FM junto a un amigo, Alejandro Fugazot. “Esa receta funcionaba porque no había una FM de oldies en Montevideo. Solamente Del Plata se parecía en algo”, acota.

Fiel a la música

Aunque hay quienes todavía asocian a Mullins con Metrópolis y Oldies FM, donde trabajó durante muchos años, su experiencia con la emisora tuvo un final abrupto. O, como mínimo, inesperado para sus radioescuchas.“Un día el hijo y el dueño de la radio me dijeron que querían copiar algunas recetas musicales que estaban funcionando, con reguetón y cumbias. Y querían que yo presentara esa música. Me sentí mal, les dije que no podía hacer eso por respeto al público que me ha escuchado toda la vida. No aguanté, no puedo prenderme a ese palo. Entonces, les dije que me dieran el despido”. Mullins considera que muchas canciones de reguetón representan una “involución musical” y “el conformarse con poco”. “Esta generación sin dudas no tendrá nostalgia alguna de lo que hoy escucha. Es más, cuando tengan 40 años y les pongan estas letras se van a querer matar”, dice y se ríe.

Mientras sostiene estos duros conceptos sobre ese género musical nacido en Puerto Rico, también destaca que “la música tropical es una cosa muy diferente y puede ser muy buena” y que hay bandas uruguayas “espectaculares” como No Te Va Gustar o La Vela Puerca que “salvaron a mucha juventud de la cumbia villera”. Desde su punto de vista, la música es fácil de clasificar: o es buena o es mala. “Hay temas comerciales con poco contenido o poca letra que son buenísimos. Lo de ahora es música muy descartable, le cantan al pum pum y el pam pam, con vocabulario inadecuado. Yo entiendo que hay música para bailar y para escuchar. Pero a veces miro los Grammy Latinos y habiendo artistas tan talentosos como Alejandro Sanz o Franco de Vita, no puedo creer que no estén y que estén estos locos”, sostiene e insiste: “Hay muchas fiestas del 24 de agosto, de la Noche de la Nostalgia, que terminan con cumbias. Yo ya no entiendo nada. Por eso es lindo saber que en el Este hay una FM de clásicos, en la que sabés qué vas a encontrar. Hoy en Montevideo hacés zapping por el dial y no sabés qué es lo que vas a escuchar. Las radios se parecen todas, porque tratan de copiar las recetas”.

Según el DJ, en países como Suecia, Holanda o Estados Unidos, cada radio tiene su esquema, su perfil. “Acá es todos contra todos, no entendés nada”, cuestiona.

“No soy un hombre que generó riqueza, pero tampoco me ha ido mal”, dice cuando se le pide que evalúe sus cuatro décadas junto a la música, aunque su estilo de vida le ha generado problemas de salud y de otro tipo (se separó hace poco). Hace algunos meses tuvo COVID-19 y asegura que las dos dosis de la vacuna le “salvaron la vida”, porque tenía “todos los boletos” para no contar el cuento. Henry Mullins puede ser escuchado en vivo por Aspen FM de lunes a viernes de 15:00 a 19:00 horas. En enero, cuando hay más público en Punta del Este, estará de 17:00 a 21:00 horas.

La radio, los Beatles y los animales

Radio Aspen Punta

Desde el año pasado trabaja en la radio Aspen de Punta del Este (103.5 FM). Su rango de cobertura alcanza a todo Maldonado, llegando a Rocha y Treinta y Tres e incluso a la Ciudad de la Costa y la franja costera de Montevideo. Además, cuenta con dos repetidoras en el interior: en Salto, 105.9 Ozono FM, y en Rocha 104.7 Vida FM.

Paul y los Beatles

Es difícil que un melómano como Herny Mullins enumere los grupos o artistas que más lo han marcado. La lista podría ser interminable. Pero el conductor facilita la entrevista y responde de forma contundente: “Yo soy hijo de los Beatles, muero con el cuarteto de Liverpool”. Y admite que fue “uno de los que lloró” en los conciertos de Paul McCartney en Montevideo.

Amante de los perros

El comunicador es amante de los perros. Y tiene tres: Batty, un bulldog inglés que está viviendo con él en Punta del Este (foto), Lola (una ovejera) y Dora (raza “perro”), que fue recogida de la calle. “Por ahora está Batty conmigo, pero es de mi hijo grande y se lo quiere llevar”, dice con pena. Mullins tiene dos hijos varones.

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