GABRIELA VAZ
Cansancio, frío, somnolencia, estreñimiento, depresión; son sensaciones que todo el mundo sufre de vez en cuando y no por ello pueden adjudicarse a enfermedad alguna. Sin embargo, estos son algunos de los síntomas del hipotiroidismo, una afección que padecen entre el 5% y el 15% de las mujeres mayores de 60 años pero que también es bastante frecuente en el resto de la población.
Si bien su tratamiento es fácil y poco costoso, la dificultad de llegar al diagnóstico es lo que complica el panorama y aumenta los riesgos. Las pacientes con hipotiroidismo que deseen ser madres deben controlarse en forma especial, ya que de lo contrario su afección puede repercutir en el embarazo, así como en la salud del bebé.
El hipotiroidismo es la enfermedad más común de la tiroides, una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la parte anterior del cuello, bajo la nuez de Adán. Esta glándula produce hormonas esenciales para el organismo, ya que brinda energía a todas las células. Asimismo, ayuda a regular el crecimiento y desarrollo, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la temperatura corporal y la tasa metabólica del cuerpo, es decir, la velocidad con la que la comida se transforma en energía.
SÍNTOMAS ENGAÑOSOS. En ciertas ocasiones, la tiroides no funciona adecuadamente y fabrica pocas hormonas, lo cual se conoce con el nombre de hipotiroidismo. En esos casos, el organismo sufre la falta de energía, lo cual se manifiesta por diferentes síntomas de diversa índole de acuerdo al grado de desarrollo de la enfermedad.
Tal como explica la profesora Cristina Belzarena, directora de la clínica de Endocrinología del Hospital de Clínicas, "en las formas más severas los síntomas son muy impactantes, y la persona puede hasta entrar en coma, pero eso es algo muy infrecuente. El hipotiroidismo severo provoca poca energía. El paciente se vuelve más lento físicamente y en su ideación. Tiene frío, la piel se seca y el cabello, que a veces se cae, también. Sufre somnolencia, estreñimiento, edemas (hinchazón) en ojos, cara y manos. En las mujeres provoca irregularidades menstruales, tanto hemorragias intensas como ausencia de menstruación, y voz gruesa. Todo cuesta más".
Afortunadamente, hoy en día se ven muy pocos hipotiroidismos severos porque se están detectando a tiempo. No obstante, en las formas más leves hay problemas para detectarlo. "¡Cuán frecuente es que alguien se sienta cansado o con poca energía, que tenga somnolencia, estreñimiento o frío! Esos síntomas pueden corresponder a cualquier otra cosa y no necesariamente se asocian con esta enfermedad," señala Belzarena.
MUJERES. El hipotiroidismo puede desarrollarse espontáneamente o por una razón externa. En el primer caso, una afección de la glándula es lo que lleva a esa situación. "Lo más frecuente es una patología del tipo de las auto inmunes, donde el sistema inmunológico agrede a su propia tiroides como si fuera de otra persona y se la hubieran transplantado, entonces trata de destruirla", indica la catedrática.
Luego se observan hipotiroidismos inducidos por tratamientos. "Por ejemplo, se detectan después de una cirugía donde se hace una extirpación parcial o total de la glándula, o luego de tratamientos con yodo radiactivo, el cual tiene el efecto de destruir parte de la glándula. Esas son las situaciones más frecuentes de hipotiroidismo producido o provocado".
La endocrinóloga señala además que esta enfermedad, en su versión "espontánea", no se puede prevenir, ya que es la evolución de un proceso que a veces lleva decenas de años y en general comienza por una agresión a la glándula que no es percibida. Suele notarse cuando la tiroides se agranda, lo que se conoce como bocio.
Esa patología tiene el nombre de un japonés que lo describió en 1912: la tiroiditis de Hashimoto. "El nombre parece impactante, pero les aclaramos a los pacientes que no se asusten, porque básicamente se trata de que el organismo está luchando contra la afección y la tiroides trata de defenderse para funcionar mejor agrandándose y forma un bocio. En otras ocasiones, con la misma causa, el organismo directamente destruye la tiroides y se va el hipotiroidismo sin haber tenido bocio antes".
Tanto en esta, "como todas las enfermedades tiroideas", apunta Belzarena, la prevalencia es desde el doble hasta cinco veces más en las mujeres que en los hombres. Y además, esa incidencia aumenta con la edad. En las féminas mayores de 60 o 65 años, está registrado que entre un 5% y un 15% sufre de hipotiroidismo, lo que constituye una tasa muy alta. ¿Las razones? Según indica la médica, el que afecte más a las mujeres es un hecho estadístico, "pero no se sabe porqué."
TSH ESTABLE. El tratamiento para compensar -o bien sobrellevar- el hipotiroidismo es muy sencillo. Apenas consta de darle al cuerpo, a través de comprimidos, la hormona que la propia tiroides no está fabricando adecuadamente. Las hormonas tiroideas son dos: T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina). La primera actúa como reserva y da un nivel básico y constante de hormonas, mientras que la T3 actúa más a corto plazo y en picos. Por eso el tratamiento habitual es en base a T4, para mantener un nivel constante.
"Lo importante es buscar la dosis adecuada, para que el paciente mantenga en su sangre un nivel normal de hormonas tiroideas. No es bueno que esté hipotiroidea, pero tampoco que tenga síntomas y riesgos como si la tiroides fabricara un exceso".
Si bien hay casos de hipotiroidismo transitorio, la inmensa mayoría son definitivos. Pero la especialista señala que "con lo que está avanzando la medicina, decir `de por vida` es muy drástico. Los endocrinólogos decimos que ojalá todas las insuficiencias glandulares las tratáramos tan fácil como el hipotiroidismo. Son comprimidos baratos y fáciles de conseguir que se toman una vez al día y van dando un nivel en sangre estable durante un mes o mes y medio, por lo que si la persona olvida tomarlo algún día no pasa nada. Es un tratamiento tremendamente cómodo y simple".
Habitualmente, se puede regular la cantidad de T4 dosificando una hormona llamada TSH (thyroid stimulating hormone), que es la que controla a la tiroides. "Cuando esa hormona está bien, la dosis es adecuada. En la mayoría de los casos, haciendo una dosificación cada seis meses o cada año se logra una estabilidad. Hay casos en que cuesta un poco más", indica Belzarena.
Además de manifestarse por elementos clínicos, el hipotiroidismo puede detectarse por alteraciones en exámenes de laboratorio, por ejemplo al notar que aumenta el colesterol.
La endocrinóloga aclara que actualmente eso es muy común, pero de todas formas, frente a un paciente que sufre una hipercolesterolemia, es aconsejable practicarse un análisis de TSH para observar si esa afección puede responder o no a un hipotiroidismo.
Por otro lado, existen medicamentos que pueden inducir a esta patología. Entre ellos los más frecuentes son el litio, que se usa como antidepresivo, y la amiodarona, que se utiliza por trastornos del ritmo cardíaco. La directora de la clínica de Endocrinología alerta que quienes toman esos fármacos deben controlar su TSH con cierta frecuencia, o por lo menos hacerlo alguna vez durante el tratamiento.
Uno de cada tres mil niños nace con cretinismo
Estadísticamente, uno de cada 3.000 niños nace con hipotiroidismo, según cifras relevadas internacionalmente. En casos severos, en los cuales la enfermedad recibe el nombre de "cretinismo", los infantes directamente nacen sin tiroides, o bien, en formas más leves, ésta funciona mal pues se desarrolló en forma incompleta. Eso se detecta al nacimiento, mediante un examen obligatorio.
El bebé con esa afección puede identificarse porque duerme mucho, llora poco, es torpe, perezoso e inactivo, tiene dificultad para la succión, está estreñido, su piel es pálida, seca y fría, y la aparición de los dientes puede demorarse.
Si el cuadro no se reconoce ni trata y continúa progresando, puede producir retardo mental y retraso en el crecimiento, algo que se nota con bastante rapidez.
"Pero eso, por suerte, no lo vemos más. Desde hace unos diez años, por ley, a todos los recién nacidos se les hace un examen de TSH, que es la forma de detectarlo. Así se sabe que cada 3.000 se salva uno, que de no haber sido diagnosticado y tratado, tendría trastorno mental", señala la catedrática de Endocrinología, Cristina Belzarena.
La especialista afirma también que las mujeres con hipotiroidismo que planean tener un bebé deben certificar que su TSH está normal antes de comenzar a intentarlo. De lo contrario, pueden tener desde dificultad para embarazarse hasta repercusiones en el embarazo y en el bebé.
Además, la docente señala que es importante tener en cuenta que "una vez que se embarazan necesitarán más dosis que las que tomaban antes, aunque estuvieran estables. Es decir, durante el período de embarazo tienen que controlarse todos los meses".
Las enfermedades de la tiroides afectan de dos a cinco veces más a mujeres que a los hombres.