Jaime Clara se multiplica: “La rutina es valiosa para ordenar la vida”

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Jaime Clara
Jaime Clara 20221121, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

EL PERSONAJE

Es un animal de radio, pero nada de la comunicación le es ajeno: tiene amplia experiencia en prensa, TV, como escritor, comunicador corporativo, docente y caricaturista.

Jaime Clara es un animal de radio, así como un trabajador y madrugador obcecado, amante de las rutinas. Hizo sus pininos con solo ocho años atendiendo los teléfonos de la emisora CW 41 de su ciudad natal, San José de Mayo, donde se quedó hasta que lo echaron en épocas de la dictadura (sin que fuera alguien politizado y teniendo solamente 15 años) por pasar música “aberrante y tendenciosa”.

Desde entonces, casi siempre ha tenido presencia en el dial, siendo hoy una de las figuras más importantes de la grilla de Sarandí. Pero con 57 años, nada de la comunicación le es ajeno: tiene amplia experiencia en TV (en enero arranca en la conducción de Telenoche como sucesor de Daniel Castro), en prensa, como escritor (ha publicado varios libros de ensayo, poesía y cuentos), comunicador corporativo, docente y caricaturista. Además, es asesor de la Comisión de Patrimonio (se encuentra en esa dependencia del MEC por un pase en comisión desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca). “Soy un hombre de radio. Y lo he dicho en televisión”, dice Clara al ser entrevistado por Revista Domingo.

Está casado con la española Alva Sueiras (quien es hija y nieta de uruguayas), también comunicadora y docente, con 10 años de residencia en Uruguay. Hace ocho que están juntos y entre ambos manejan el sitio web Delicatessen.uy, dedicado a la cultura, la gastronomía y los viajes. “Nos gusta también mucho el teatro. En lo particular, me gusta muchísimo más que el cine. Trato de ver todo lo que pueda. Y escucho mucha música, pero reconozco que mis gustos en este campo son muy acotados. Todo lo abierto que soy para hacer el programa todas las mañanas a las 6:30 (“Es noticia”, por Sarandí), no lo soy para mis gustos musicales”, admite. Y agrega: “Me gusta la música francesa, el jazz... a Leo Maslíah lo pongo todo el tiempo, escuché mucho tango y tuve mi época de frecuentar Fun Fun todas las semanas. Pero los horarios hacen que uno ya no trasnoche tanto, mis días son muy largos. Duermo poco pero estupendamente bien. Y trato de desenchufarme el fin de semana y dedicarme al blog. Soy muy rutinario, porque de otra forma no podría hacer todo lo que hago. He escrito sobre lo valiosa que es la rutina para ordenar la vida de la gente. Creo que la rutina tiene muy mala prensa; a mí me ha servido mucho”.

La radio bajo la almohada

Jaime Clara es hijo de dos maestros (su padre llegó a ser inspector de escuela) y tiene dos hermanas: Isabel (dos años menor que él) y Mercedes (diez años más chica, actual directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo).

Desde pequeño mostró fascinación por la radio, al punto que dormía con un pequeño aparato de transistores bajo la almohada para escuchar las noticias. También participaba de cuanto concurso de preguntas y respuestas había, lo cual lo llevó a pisar por primera vez la CW 41 Broadcasting San José (hoy CW 41 a secas). “Vivíamos en un edificio de apartamentos en la entrada a la ciudad, frente a la Plaza 4 de Octubre. Y en verano, durante las vacaciones, mis padres no nos dejaban quedarnos en el fondo, por lo que las siestas las pasábamos en casa. Yo escuchaba mucha radio (sospecho que mi padre me la encendía, desde los 5 años, para que me durmiera de noche)”, recuerda.

Por esa época escuchaba el programa “El largo musical de la tarde”, que conducían Tomás Puerto y su esposa Marisa Delgado. Siempre llamaba para responder las preguntas que hacían al aire, hasta que un día acertó y ganó el premio mayor: una torta. Tomó su bicicleta y pedaleó raudamente hacia los viejos estudios de la radio, atravesando todo el pueblo. Allí le dieron el vale para ir a retirar el postre a una confitería, pero él se quedó sentado en un banquito mirando el estudio desde atrás de un vidrio. Puerto y Delgado lo vieron ahí, “como un desgraciadito”, y lo hicieron pasar para que los ayudara a atender los teléfonos. (Todavía recuerda los números de las dos líneas, por entonces de tres cifras solamente: 421 y 969). Desde allí nada lo detuvo: aprendió a “pinchar” las llamadas al aire (tenía que poner clavijas en un panel, cual viejo operador de Antel), a manejar los discos de 78 revoluciones, a operar una consola, a mamar los códigos de la radio...

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Jaime Clara.

Una (pequeña) voz en el éter

Dos años después, cuando tenía diez, le ofrecen salir al aire por CW 41 con pequeñas grajeas de información general. Así nace “Casos, cosas de todo un poco” (“presentado por Postres Chajá el postre que gusta más”). Era 1975.

“Mi padre me llevaba la revista Billiken, que en la contratapa tenía pastillas breves bajo el título ‘De todo un poco’. De ahí sacaba las cosas. También hacía sorteos. Y así me fui involucrando en distintas tareas”, rememora.

En 1978, su padre fue destituido y se fue a trabajar a Montevideo. Eso generó que él empezara a viajar más a la capital, donde empezó a hacer entrevistas que después pasaba en la radio de San José. Con 15 años y siendo ya operador, pidió un espacio propio en la programación. Así nace “Panorama, el programa distinto de la Radio San José”, que salía al aire los domingos de 21:30 a 22:30, primero junto a Dardo Sellanes y luego con Wilson Ramírez, un conocido periodista que fue corresponsal de El País durante muchos años. La experiencia duró 24 meses, en los que como hecho noticioso se destacó la Guerra de las Malvinas.

Pero un día el entonces director de la radio le sacó su programa por pasar “música aberrante y tendenciosa”. Más allá de la dictadura, Clara cree que la censura se debió a que en San José había un jefe de Policía inquisidor, un coronel de apellido Nova, que incluso no dejaba que la gente se reuniera en los cumpleaños.

La comunicación como profesión

Siendo todavía muy joven, cuando todas las emisoras seguían a Peñarol y Nacional, Radio Centenario (con el relator Gerardo Viña y el comentarista “Cacho” Mariño) decidió darle cobertura a todas las actividades de Defensor. Y para los días que no había fútbol, creó el programa “Panorama”, para el cual Clara fue convocado. Pero otra vez quedó sin trabajo por la censura, por leer un comunicado del PIT que había llegado por correo.

Dejó la radio y entró a la Universidad Católica (entonces Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras) a estudiar periodismo. En 1984, cuando estaba por empezar el segundo año, le salió una oportunidad para hacer la comunicación de las Cooperativas Agrarias Federadas. Allí trabajó durante casi diez años, con audiciones de radio que lo obligaban a madrugar a diario. “Fue mi primer sueldo como la gente”, dice.

En 1985, siendo todavía estudiante, comenzó a trabajar junto a su profesora María del Carmen Núñez en el programa de temporada “Veraneando en Sarandí”. En esa época la radio era dirigida por Jorge Nelson Mullins y contaba con Néber Araújo y Jorge Traverso como estrellas frente a sus micrófonos. “Nosotros veníamos después del informativo del mediodía, ‘Gigantísimo’, que conducían Julio Villegas, Mario Iván da Rosa y Jorge Arellano. Me sentía en la gloria. Y ahí conocí a Enrique Mrak, quien después fue determinante en toda mi carrera”, recuerda.

Luego dejó las Cooperativas Agrarias Federadas y comenzó a trabajar en la Oficina de Prensa del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. También empezó a dar clases en la Universidad Católica. Y dejó por un tiempo los medios, hasta que en 1996 lo vuelven a convocar de Radio Sarandí, para ser el productor del programa “En vivo y en directo”, que contaba con Jorge Burel, Ligia Amitrán y Jorge Mederos como conductores.

Desde entonces, Jaime Clara no ha parado. Una puerta abrió la otra. Y hoy, por imperio de las circunstancias, se verá obligado a cerrar algunas. Su designación como informativista de Canal 4 le hará recortar, seguramente, su horario en la radio de la calle Enriqueta Compte y Riqué. Pero advierte: “Los sábados en Sarandí son intocables”.

Los libros, la caricatura y su blog

En 1999 debutó con Sin pecado un adorno (poesía) y en 2009 hizo En campaña, una mirada sobre propaganda y marketing político. En 2015 editó La terrible presión de la nada. Otros libros son: En la larga noche, No está todo dicho, Otra forma de silencio, Medias verdades y El mejor día de la semana, sobre los 20 años de Sábado Sarandí.

En el dibujo empezó como autodidacta luego de coleccionar caricaturas de artistas como el uruguayo Hermenegildo “Menchi” Sábat (a quien tuvo oportunidad de entrevistar varias veces) y Rodolfo Arotxarena (“Arotxa”), quien hoy es su amigo. Luego estudió caricatura durante diez años. Hoy tiene como meta hacer al menos un dibujo al día, que sube a sus redes sociales.

Maneja Delicatessen.uy junto a su esposa, la española Alva Sueiras, quien vive en Uruguay desde hace diez años. Está dedicado a la cultura, la gastronomía y los viajes. Sueiras también es comunicadora, docente y aficionada al dibujo desde niña. Realizó su primera muestra “Grafitos de un imposible” en Madrid en el año 2005.

El perro verde.
El perro verde.

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